Empleo
Más del 40% de los españoles vivirá del Estado tras el confinamiento
Solo un tercio de la población dispondrá de un empleo remunerado cuando acabe el confinamiento. En Cataluña peligra casi medio millón de trabajos del turismo, el 14% de ocupados, y 21.000 millones
Como todas las crisis, el impacto final del terremoto depende tanto de la primera sacudida como de la efectividad de las medidas que se toman ante las réplicas. Los titubeos y el pánico pasan factura, al igual que el proteccionismo. Y lo hacen con una traducción inmediata en el desempleo, una lección magistral que dejan los dos precedentes inmediatos: la Gran Depresión del 29 y la crisis financiera de 2008. La falta de ambición para reactivar la economía cuanto antes y apoyar a las empresas solo puede dejar miseria y una sociedad subsidiada. Ese es el panorama al que se enfrenta España, con solo un tercio de la población con un empleo remunerado y un 41% del país dependiendo de una u otra forma de los cheques del Estado, vía pensiones o prestaciones. El «sueño bolivariano» hecho realidad.
Como muestra del desafío basta con tomar un sector motriz, el último que se incorporará a la actividad cuando arranque la desescalada. El turismo, aporta por sí solo el 12,3% del PIB, casi 148.000 millones de euros, según los últimos datos del Instituto Nacional de Estadística (INE). La ministra de Trabajo, Yolanda Díaz, por un desliz o por precipitación, afirmó hace unos días que el turismo no comenzaría a reactivarse hacia final de año, lo que implica la pérdida del grueso del ejercicio. Esa decisión, de carácter político, provocaría una caída del 81,4% del PIB turístico, unos 124.000 millones de euros de acuerdo a las estimaciones de valor del PIB del sector, según la patronal Exceltur. Si las cifras en millones de euros pueden resultar frías no hay más que establecer su traslación al mercado laboral. El dato es dramático: se perderán cerca de 2,6 millones de empleos. España verá reducido a cenizas el 12,7% del empleo total de la economía.
No todo el territorio sufrirá igual. Las regiones donde la industria tiene mayor peso capearán mejor la contracción económica este año, no menor del 6,6% y hasta un 13,6% en el peor de los escenarios previstos por el Banco de España. Las regiones y provincias más industrializadas podrán arrancar antes su tejido productivo por la capacidad de almacenaje de las mercancías, pero en otras el empobrecimiento será devastador si el Gobierno no sale de su «burbuja de confinamiento», extiende de una vez las pruebas y acelera la desescalada con un plan sin fisuras ni rebrotes descontrolados.
Es el caso de las comunidades autónomas más dependientes del turismo, como el caso de Canarias, donde el 40,4% del empleo está vinculado al sector, casi 350.000 puestos de trabajo, o Baleares, donde el 32% del empleo está ligado al sol y playa. Pero también de aquellas que, como Cataluña, tienen a casi medio millón de trabajadores turísticos, el 14% de su población ocupada, y ha visto cómo caían las llegadas internas como consecuencia del «procés» y de los disturbios que incendiaron Barcelona desde octubre del pasado año. La pérdida del turismo internacional y la menor aportación del nacional por culpa de la violencia independentista deja en el aire 21.000 millones de euros y pasará factura a esos cerca de medio millón de trabajadores.
Multiplicar esta situación en toda España por el resto de sectores económicos deja un panorama desolador con un 33,6% de la población activa sin trabajar. Según las previsiones del Banco de España, entre los 3,19 millones de parados previos al Covid-19 y los casi 4,6 millones de «parados temporales» generados por la epidemia, España llegará a tener a 7,79 millones de trabajadores inactivos. En un escenario de ocho semanas de confinamiento, la cifra de españoles afectados por Expedientes de Regulación de Empleo Temporales (ERTE) será de 3,1 millones, según las estimaciones del organismo, que se sumarán a unos 900.000 por las prestaciones por cese de actividad de los trabajadores autónomos y otros 600.000 por las prestaciones por desempleo de trabajadores temporales, con un total de 4,6 millones de afectados, lo que comportará un coste conjunto para las arcas públicas de 6.000 millones de euros, el 70% por mayor subsidio de desempleo y el 30% en menores cotizaciones a la Seguridad Social.
A ese 33,6% de la población inactiva, hay que sumar los 8,9 millones de pensionistas, lo que deja un 61% de la población mayor de 16 años sin trabajar. Así, de un total de 47,1 millones de habitantes, excluidos los menores de 16 años, solo 15,28 millones tendrá una ocupación remunerada cuando finalice el estado de alarma, con lo que cada español con trabajo tendrá sobre sus espaldas el peso de otros dos inactivos. La dependencia del Estado será enorme. A los 8,9 millones de pensionistas, los 3,19 millones de parados y los 4,6 millones de parados temporales, hay que añadir 2,6 millones de funcionarios.Casi un 41% de los españoles dependerán directamente de los Presupuestos del Estado y de la Seguridad Social, un porcentaje aún mayor si se contaran los menores dependientes de esos cheques. El sueño socialista que supondrá un lastre para las cuentas y el endeudamiento presente y futuro.
La EPA que hoy se dará a conocer hoy no reflejará todo el impacto de la crisis del coronavirus, puesto que la pandemia solo afectó a uno de cada seis días analizados en esta encuesta. Aun así, según la patronal de empresas de trabajo temporal Asempleo, se perderán 160.000 ocupados, hasta los 19,8 millones, y la tasa de paro subirá casi medio punto, hasta el 14,2%. Asempleo apunta a que, suponiendo que las medidas restrictivas finalicen a mediados del mes de mayo, el mercado laboral se estabilizará en este mes, «a medida que la actividad económica retome progresivamente su pulso habitual». Por ello, la patronal de las agencias de colocación cree que habrá que esperar hasta el mes de junio para poder observar crecimientos en la afiliación, aunque moderados.
En los próximos tres meses, Asempleo prevé que el empleo siga contrayéndose hasta que no finalicen las restricciones de movimiento. De hecho, estima que las cifras de paro registrado y afiliación a la Seguridad Social del mes de abril mostrarán que la afiliación volverá a caer con fuerza, en línea con las cifras de marzo.
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