Internacional

Comisión Europea

La UE no quiere cuarentenas «a la española» de 14 días para turistas

Bruselas marca el camino a una apertura gradual de las fronteras para salvar el turismo. Presenta un plan en tres fases y con corredores seguros entre los países miembros

Con todas las prevenciones posibles, pero también con la voluntad de salvar la temporada turística europea y de, poco a poco, ir volviendo a la normalidad o a lo que se entienda por ésta. El Ejecutivo comunitario propuso ayer una batería de recomendaciones de cara a la paulatina apertura de las fronteras interiores europeas de acuerdo a criterios sanitarios. Sin cuarentenas generales forzosas como las quiere imponer España –toque de atención a Pedro Sánchez para que descarte su intención de aislar durante 14 días a todos los extranjeros que lleguen a nuestro país– o sin acuerdos discriminatorios entre países que obedezcan a intereses económicos o políticos y no de tipo epidemiológico.

Sin cuarentenas generalizadas

Bruselas descarta cuarentenas generalizadas como la que quiere poner en marcha el Gobierno español, ya que «no tienen sentido» entre países que han aplicado medidas de confinamiento y distancias de seguridad. Tampoco cree en los denominados «pasaportes de inmunidad», ya que no hay evidencias científicas suficientes sobre si las personas que se han contagiado pueden o no volver a hacerlo ni sobre la fiabilidad de los test.

Salvar el 10% del PIB

El objetivo es amortiguar de la mejor manera posible el severo golpe al sector del turístico, que supone hasta el 10% del PIB europeo, y evitar ciudadanos europeos de primera y de segunda en relación a lo que diga su pasaporte. A pesar de la buena voluntad, Bruselas reconoce que la potestad o no de abrir las fronteras sigue recayendo en cada Estado miembro, al igual que las competencias sobre sanidad. Así que el margen de maniobra de Bruselas para marcar el camino sigue siendo escaso, aunque voluntarioso.

Un plan, tres fases

«Tan pronto como la situación sanitaria lo permita, los ciudadanos deberían poder ponerse al día con amigos y familiares, en su propio país o a través de las fronteras, con todas las medidas de precaución necesarias», asegura el texto desvelado por el Gobierno europeo, que después pasa a detallar un plan de tres fases, pero sin fechas concretas.

Primera fase

Actualmente, nos encontraríamos en la primera de ellas, con medidas muy restrictivas para el movimiento y los desplazamientos entre países, salvo para ciertos colectivos concretos.

Segunda fase

En las segunda fase, en la que algunos países pueden comenzar a adentrarse próximamente, se trataría de levantar las prohibiciones más severas entre «las regiones, áreas y Estados miembros con una evolución positiva y una situación epidemiológica similar». Para que este diagnóstico no dependa de la criterios arbitrarios de las capitales, Bruselas confía en que los países sigan las recomendaciones del Centro Europeo de Prevención de Enfermedades a través de un mapa que detalla el avance del virus.

Decisiones objetivas

Según explican fuentes diplomáticas, esto no impide que un país pueda abrir sus fronteras a un país vecino y cerrarlas a otro pero esta decisión debe estar basada en estándares objetivos y no se puede aplicar criterios de discriminación entre los ciudadanos. Por ejemplo, todos los viajeros provenientes de ese país al que se han abierto las fronteras podrán circular sin cortapisas, independientemente de su nacionalidad.

Acuerdos entre países

Esto puede dar lugar a corredores entre zonas consideradas seguras. Algunos Estados ya están llegando a acuerdos o tienen intenciones de hacerlo y lo harán de manera gradual, no de golpe.

Tercera fase

En la tercera fase desaparecían las restricciones pero se mantendrían las medidas sanitarias. En todo momento, se abre la puerta a dar marcha atrás si los planes de desescalada en los Estados conllevan rebrotes de la epidemia. La situación sigue siendo excepcional.

Protocolo para hoteles

Bruselas también cree que hay que desarrollar protocolos claros para hoteles y resto de alojamientos turísticos, con especial hincapié para las zonas comunes y que estas normas deben estar claras antes de la llegada de turistas.