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Sánchez garantizó en enero el futuro de Nissan en Barcelona, ahora al borde del cierre

El presidente del Gobierno publicó en Twitter un mensaje de tranquilidad a los trabajadores de la planta antes de que la pandemia golpease a España

Sesión de control al Gobierno
Sesión de control al GobiernoPoolPool

Las promesas han quedado reducidas a preocupación. La plantilla de la fábrica barcelonesa de Nissan lleva años sufriendo recortes de personal y de sueldo. Hace apenas un año, los empleados de la Zona Franca de Barcelona tuvieron que aceptar a regañadientes un ERE a 600 trabajadores. La posibilidad de que la planta dejase de fabricar la “pick-up» Clase X de Mercedes Benz generó nuevas dudas sobre su continuidad. El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, mandó un mensaje de tranquilidad a sus trabajadores y a la industria automovilística en España. “El mantenimiento de empleo en la planta de Nissan en Barcelona está garantizado”, publicaba en su cuenta de Twitter el pasado 22 de enero. Pero un nuevo contratiempo ha diluido esa afirmación. La crisis económica generada por la pandemia del Covid-19 ha sentenciado la fábrica de Nissan en Barcelona, y su desaparición dejará sin trabajo a 3.000 trabajadores. Así lo anunció el diario japonés “Nikkei”, el cual aseguró que la producción del centro de la Zona Franca sería trasladada a las plantas de Renault, con la que Nissan tiene una alianza.

“El mantenimiento del empleo en la planta de Nissan en Barcelona está garantizado. Durante nuestro encuentro de hoy en #Davos2020, el Gobierno de España y @Alliance_RNM hemos reafirmado nuestra voluntad para seguir trabajando juntos para asegurar la viabilidad de la factoría”, decía el tuit completo del presidente del Gobierno. El anuncio de cierre llega como un jarro de agua para el Ejecutivo que se ve incapaz de cumplir con lo prometido ante una crisis de enormes dimensiones. La ministra de Trabajo y Economía Social, Yolanda Díaz, ha asegurado que el posible cierre de la planta de Nissan en Barcelona representa “una enorme preocupación para el Gobierno y el país”, ya que tendría un impacto de “largo alcance”. Al Gobierno solo le queda esperar un milagro. “Ojalá que los peores designios no se cumplan”, ha manifestado Díaz en un encuentro virtual de Nueva Economía Fórum, en el que intervenía el director general de la Organización Internacional de Trabajo (OIT), Guy Rider.

Los malos augurios crecieron a finales de enero, con el anuncio definitivo del cese de fabricación de la “pick-up” Clase X de Mercedes Benz. Este modelo suponía una producción de 15.000 unidades, dejando a la planta con una producción únicamente de 50.000 unidades y poniendo en peligro su continuidad. Los trabajadores ya se temían lo peor. Las promesas de Gianluca de Ficchy, presidente de Nissan Europe, sobre la continuidad del empleo no convencieron a los trabajadores que convocaron protestas. Finalmente, la crisis del Covid-19 ha sido la gota que ha colmado el vaso. Según asegura “Nikkei”, los planes de la compañía para sobrevivir a este revés pasan por reducir su producción un 20% y replantear su mapa productivo. Esa reestructuración pasa por el cierre de la fábrica de Barcelona, cuya producción ha caído hasta el 30% de su capacidad, por debajo del nivel necesario para ser rentable, según apunta el diario japonés.