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Calviño, la derrota de Sánchez

Todo su bagaje en Europa, al final, no le ha servido para alzarse con la Presidencia del Eurogrupo

Reapertura del Teatro Real
Reapertura del Teatro RealRicardo RubioEuropa Press

Casi a sus 52 años, Nadia Calviño por un momento ha saboreado las mieles del éxito. En la segunda vuelta de la votación a la Presidencia del Eurogrupo ha tocado con las yemas de los dedos el cargo. Sin embargo, todo su bagaje en Europa de nada le ha servido para convertirse en la primera mujer aupada hasta la Presidencia del Eurogrupo. El fracaso de Calviño representa un severo varapalo a la política comunitaria e internacional del Gobierno de Sánchez. Su derrota supone, sin lugar a dudas, no sólo un duro revés para sus aspiraciones políticas, sino también para las del propio jefe del Ejecutivo español.

La candidatura de Calviño representaba el 80% del PIB de la UE, gracias al respaldo de Alemania, Francia, Italia, Portugal, Grecia y Finlandia. Pese a ello, la fórmula por la que se rige la votación, un país un voto, ha inclinado el fiel de la balanza hacia el ministro de Finanzas irlandés, Paschal Donohoe.

Con su derrota, pierde también España en un momento decisivo y con el PIB en caída libre. El presidente de la eurozona deberá impulsar la aprobación del Fondo de Reconstrucción. En juego está nada más y nada menos que el reparto de 750.000 millones de euros entre las maltrechas economías europeas, tras el paso del tsunami del covid-19.

De nada ha servido a esta tecnócrata, tenaz y discreta, sus dotes en el arte de la negociación, ni su paso durante cuatro años por la Dirección de Presupuestos comunitarios. En aquella época, por su despacho desfiló lo más granado del mundo económico europeo del momento. Sin embargo, su conocimiento profundo de la burocracia europea no le ha sido suficiente para ganar esta carrera. Su pérdida, además, la reposicionará internamente en el Gobierno, en el que su ortodoxia perderá fuelle frente al vicepresidente segundo del Ejecutivo.