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Sánchez empeora el ranking reputacional de España

Una pena que nuestro país siga penalizado por un Gobierno cuyos planteamientos nos apartan del Top-10 mundial

Pedro Sánchez, con gesto victorioso
Pedro Sánchez, con gesto victoriosolarazon

Los indicadores de percepción de la reputación internacional de los 55 países de mayor PIB del mundo muestran para España un descenso del puesto 12 en 2019 al 13, en 2020. Se trata de la percepción específica que de nuestro país tiene el público general de –entre otros– los países del antiguo G-8: Estados Unidos, Japón, Alemania, Reino Unido, Francia, Italia y Canadá. Destacar también el fuerte coste reputacional que durante este año ha experimentado China por su opacidad y gestión relacionada con el nacimiento de la pandemia del Covid-19.

En el caso español, la posición en el ranking refleja todavía la recuperación operada durante los pasados años, que comprenden nuestro último ciclo de crecimiento 2014-2019, tras la fuerte desaceleración de 2008 y los consiguientes ajustes y profunda recesión 2009-2013. La estima y la confianza se mantiene estable en los 75 puntos en una escala 0-100. Aunque sigue apoyándose en las variables llamadas blandas, «soft», relacionadas con el talante de sus ciudadanos, entorno natural o estilo de vida; frente a las más «duras», relacionadas con las TIC´s, el uso eficiente de los recursos, las empresas y marcas comerciales, o la transparencia, que siguen siendo más débiles aunque con cierta mejoría.

Una pena que nuestro país siga objetivamente penalizado por un Gobierno cuyos planteamientos y Presupuestos Generales, aprobados raspado por Bruselas, nos apartan del Top-10. Por medidas relacionadas con las variables de carácter económico-empresarial, el entorno institucional-político, o el sistema educativo, que este Ejecutivo insiste en modificar sin consenso y cuando mantiene cerrado su propio portal de transparencia.

Y mientras seguimos perdiendo convergencia real con la eurozona y cayendo en PIB por habitante, sigue nuestro progresivo distanciamiento del mismo G-8, en el que un día tuvimos el sano objetivo de ingresar. Cediendo como va a ceder nuestro PIB este año un 12% mínimo, ya sobrepasados además de Rusia, por India, Brasil, Corea del Sur, o Australia, lo que nos desplaza al puesto 14 del PIB mundial. Todo lo cual demandaría un plan consensuado de acción global para una más rápida y completa recuperación de nuestro aparato productivo de acuerdo con el alto potencial de nuestra economía. Pero eso parece hoy imposible en el país donde un 18 de abril de 1188 comenzaron las Cortes de León, primeras del mundo donde el pueblo llano tenía voz, el testimonio más antiguo de sistema parlamentario.