Finanzas
Los fondos de inversión han sido tradicionalmente uno de los mejores vehículos financieros para sacar partido a nuestro dinero. A menudo, las instituciones que los comercializan hablan de sus bondades frente a otras fórmulas de inversión para ganar dinero. Si bien, en algunos casos sí que es cierto, no siempre se cumple esta regla, especialmente si se hace un análisis con cierta perspectiva. Éso es, al menos, lo que se deprende del estudio realizado por Pablo Fernández, profesor de Finanzas del IESE, en el que analiza la rentabilidad de los fondos de inversión en el periodo comprendido entre 2005 y 2020. Así, revela que su rendimiento medio en España en los últimos 15 años fue muy inferior a la del bono del Estado español a 15 años o los obtenidos por invertir en empresas del Ibex 35.
Tras analizar el periodo comprendido entre diciembre de 2005 y diciembre de 2020, la investigación concluye que la rentabilidad atesorada por los bonos del Estado se situó en el 64,7%, lo que arroja un promedio anual del 3,4%; mientras que el beneficio obtenidos por aquéllos que invirtieron en compañías de índice de referencia bursátil se sitúan en esta horquilla de tiempo en el 50,2% (2,7% anual). Por su parte, el informe muestra que la rentabilidad de los 614 fondos de inversión españoles con 15 años de historia, sobre los que se ha hecho la indagación, alcanzó el 39,3%, lo que representa un 1,9% anual, 1,5 y 1,2 puntos porcentuales menos, respectivamente, que la deuda y las acciones del Ibex. De los fondos analizados, 93 de ellos (15,14%), superaron la rentabilidad de los bonos a 15 años y 146 (23,78%), la del selectivo. Sin embargo, el dato que más llama la atención es que 52 fondos (el 8,4%) obtuvieron rentabilidades negativas.
Pese a ello, hay notables diferencias entre estos productos financieros. Y es que los inversores que apostaron por el fondo que mejor ha funcionado en estos tres últimos lustros ha cosechado una rentabilidad acumulada del 511% (12,82% anual). Por el contrario, el fondo que peor comportamiento ha tenido en este periodo se ha depreciado un 74% (8,69% en el año). De esta manera, cada euro invertido en 2005 en el fondo con mejor evoluciónse habría convertido, a diciembre de 2020, en 6,11 euros; mientras que ese mismo euro invertido en el de peor recorrido se habría quedado reducido a tan solo 26 céntimos.
El estudio establece, además, un ranking entre los fondos más y menos rentables. El «top ten» lo encabeza Bankinter EE UU Nasdaq 100-R FI, con la mencionada rentabilidad acumulada del 511%. Le sigue Mutuafondo Tecnológico-A FI, comercializado por Mutua Madrileña, con el 422%; Kutxabank Bolsa Nueva Economía-Estándar, con el 342%; Rural Tecnológico Renta Variable Estándar FI, de Caja Rural, con el 299%; Caixabank Comunicación Mundial Estándar, con el 292%; Merchfondo, de Andbank España, con el 284%, y BBVA Bolsa Tecnología y Telecomunicaciones, que ha tenido revalorización en estos quince años del 278%.
Por el contrario, los peores comportamientos de los fondos analizados correspondieron a BBVA Bolsa Europa Finanzas FI, con una depreciación entre 2005 y 2020 del 74%; AC Patrimonio Inmobiliario, con el 62%, y R4 Multigestión Total Opportunity, con el 51%.
El análisis también hace hincapié en el gran número de fondos de inversión que se comercializan en nuestro país, y que prácticamente no ha variado pese a las fluctuaciones del patrimonio y número de los fondos sufridas en los últimos años. Y es que en 2005 su patrimonio se situaban en 245.322 millones de euros y su partícipes en 8,56 millones Esta cantidad disminuyó dramáticamente a partir de 2007 hasta tocar fondo en 2012, con un patrimonio que se había visto mermado en más de un 50% (122.322 millones de euros) y más de cuatro millones de partícipes menos. Ni siquiera en estos años más duros, el número de fondos se contrajo significativamente, ya que entre 2007 y 2012 experimentó un inapreciable descenso del 0,19%. El patrimonio de los fondos de inversión ascendió, a 31 de diciembre de 2020, a 276.497 millones de euros; los partícipes, 12,64 millones, y su número, a 2.701 millones, con una rentabilidad ponderada del 1,04%.
Discrimincación fiscal
El estudio también indica que si un inversor realizara directamente con su dinero las mismas operaciones que lleva a cabo el gestor de su fondo, obtendría una rentabilidad diferente, ya que se ahorraría las comisiones, pero tendría costes adicionales por custodia y transacción de valores y, sobre todo, tendría que pagar más impuestos. En este sentido, destaca la discriminación fiscal que se produce con estos instrumentos de inversión a favor de los fondos y en contra del inversor individual. «Es injusto que un inversor que realiza directamente con su dinero las mismas operaciones que un gestor pague más impuestos y, además, antes», subraya.
A tener de lo expuesto, si desea invertir, quizá sea conveniente echar la vista atrás y hacer una indagación del comportamiento de los distintos productos de ahorro a su alcance, porque no es oro todo lo que reluce.