Armonización fiscal

Bruselas lanza una ofensiva para que las multinacionales paguen más impuestos

Planteará en julio una tasa digital y avanzar en 2023 hacia la armonización de sociedades

El comisario de Economía, Paolo Gentiloni, durante la presentación del plan
El comisario de Economía, Paolo Gentiloni, durante la presentación del planVIRGINIA MAYO / POOLAgencia EFE

La UE no quiere desaprovechar los vientos de cambio que soplan desde Estados Unidos. Por eso, confía en que la llegada de Joe Biden a la Casa Blanca y sus intenciones de poner en marcha un mínimo en el impuesto de Sociedades facilite el acuerdo en el seno de la OCDE y eso acabe convenciendo a los socios europeos más reticentes que siempre han boicoteado las propuestas de Bruselas para que las multinacionales paguen más impuestos.

Hasta el momento, los intentos de armonizar Sociedades y la puesta en marcha de la denominada tasa Google se han encontrado con fuertes resistencias por parte de países como Finlandia, Suecia, Irlanda, Malta o Luxemburgo. Estos Estados son conocidos por su planificación fiscal agresiva y siempre han supeditado el acuerdo en el seno de la UE a un pacto global. A pesar de esto, Bruselas no se da por vencida y ayer presentó un plan renovado que culminará el 2023. A corto plazo, presentará una nueva propuesta a mediados de julio sobre la tasa Google acorde con los estándares internaciones en la OCDE –«muy diferente» a la de 2018, según reconocen fuentes diplomáticas– y más adelante propondrá un nuevo marco para la fiscalidad de las multinacionales, con una base imponible común y después una redistribución de los ingresos fiscales entre los Estados miembros.

La Comisión Europea quiere adaptar los impuestos al siglo XXI y calcula que los agujeros fiscales cuestan cada año a las arcas públicas hasta 166.000 millones de euros. Bruselas quiere que las multinacionales acaben tributando allá dónde generan sus beneficios y no sólo dónde mantienen su sede fiscal como sucede actualmente. Esto propicia que mediante empresas pantalla y sofisticada ingeniería financiera sea posible eludir impuestos. «Debemos repensar la política fiscal en Europa. Así como nuestra economía hace la transición a un nuevo modelo apoyado por Next European EU (fondo de reconstrucción). La renovación de la relación transatlántica ofrece una oportunidad para hacer decisivos progresos hacía una reforma global», aseguró el comisario de Economía Paolo Gentiloni.

A juicio de las autoridades comunitarias, este marco “asegurará que las empresas pueden operar sin barreras fiscales indebidas en el Mercado Único” y también “garantizará que las disparidades en los regímenes fiscales de los Estados miembros no socavan su capacidad para recaudar fondos para financiar las prioridades nacionales”.

Al igual que todas las propuestas en el ámbito de la fiscalidad, esta medida requerirá el visto bueno de los Veintisiete para salir adelante y Bruselas es consciente de que “no será fácil” encontrar que todas las capitales del bloque den su visto bueno. Así lo ha expresado el comisario de Economía, Paolo Gentiloni, quien se ha mostrado “bastante optimista” de cara al futuro de las negociaciones en la OCDE y ha dicho que esto daría un “empujón” a nivel europeo. “No puedo imaginar que la UE evite participar en un acuerdo global”, ha afirmado en una rueda de prensa para presentar el plan fiscal. Este hecho y la “necesidad” de que la UE rediseñe su sistema tributario para adecuarlo a la nueva economía digital son las dos razones que el italiano utiliza para argumentar que la UE saque adelante “algo que no era capaz de hacer hace cinco o diez años”. “No es fácil, será necesario construir consensos, pero es posible”, ha insistido.

De su lado, el vicepresidente económico del Ejecutivo comunitario, Valdis Dombrosvkis, ha recordado también que durante los últimos años la UE ha aprobado reformas fiscales que exigían el criterio de unanimidad entre los Estados miembros.