Macroeconomía

Bruselas pide a España “prudencia fiscal” y que la inversión se haga con los fondos europeos

Alerta al Gobierno de que la economía española es una de las que mayores desequilibrios macroeconómicos mantiene y le advierte de que no puede mantener tan altos los niveles de desempleo

Paolo Gentiloni
Paolo GentiloniJOHANNA GERON / POOLEFE

Inversión sí, gasto no. Bruselas pide a los países altamente endeudados como España que lleven una política fiscal “prudente” en 2022. Según fuentes diplomáticas comunitarias, esto significa que los Estados con unas finanzas precarias- agravadas por el estallido de la pandemia- deberán mantener a raya el gasto corriente para que su incremento no supere el 0,5% del PIB y utilizar preferiblemente el maná europeo del fondo de reconstrucción para poner en marcha las inversiones en ámbitos como educación o infraestructuras.

La Comisión Europea ha publicado esta mañana un informe que sitúa a nuestro país como uno de los 12 que sufren desequilibrios macroeconómicos. España, dependiente de negocios con una gran interacción social como turismo ( en algunas comunidades autónomas la pérdida de ingresos ha sido del 80%) y hostelería, es uno de los más afectados por la pandemia del coronavirus, lo que redunda en el aumento vertiginoso del déficit público y la deuda. Además, los altos niveles de desempleo seguirán escalando (hasta alcanzar el 15,7% este año) a pesar de que nuestro país será el que más crezca de los Veintisiete en 2021. Tal y como vaticinó Bruselas en las últimas previsiones económicas, este análisis publicado hoy también considera que la recuperación será desigual según los sectores y que el turismo será la actividad económica que más tardará en salir de esta crisis, lo que llevará a que nuestro país no recupere los niveles pre-pandemia hasta finales de 2022.

Este texto alerta de que la sostenibilidad de la deuda española afronta un “riesgo alto” a corto plazo. Según los expertos europeos, la deuda española supone alrededor de un 25% del PIB tanto este año y el que viene. A pesar de esto, la recuperación económica ayudará a la reducción de esta variable. Bruselas espera que la deuda pública alcance el 120% esta año y decrezca lentamente hasta el 116,9% el que viene. Además, los técnicos comunitarios resaltan que las condiciones del mercado continúan siendo favorables y que el gasto en intereses ha bajado en los últimos siete años a niveles no vistos desde 2010, a pesar de que desde entonces se han duplicado los niveles de deuda. Según los datos del Ejecutivo comunitario, el gasto en intereses fue del 2,3 % el año pasado.

A pesar de que el mensaje para los países altamente endeudados como España es de prudencia a la hora de abrir el grifo del gasto público, estas recomendaciones de hoy han venido acompañadas por el anuncio de que las normas fiscales europeas permanecerán metidas en el cajón este año y el que viene.

En marzo de 2020, por primera vez en la historia, el Ejecutivo comunitario decidió activar por primera vez la cláusula de escape para eximir a los estados de cumplir las normas fiscales reguladas por el Pacto de Estabilidad y Crecimiento. Desde entonces, los Estados han gozado de una bula total para poder inyectar dinero público como modo de luchar ante los estragos económicos ocasionados por la pandemia del coronavirus. Esto ha permitido a los países europeos no tener que vigilar los límites de déficit público ni de deuda fijados en un 3% y en un 60% respectivamente. Hoy, la Comisión Europea ha confirmado que este periodo de excepcionalidad durará hasta el año 2022 y que el Pacto de Estabilidad y Crecimiento no resucitará hasta 2023. En el mes de marzo, el Ejecutivo comunitario ya se decantaba por esta opción, pero el veredicto no era definitivo.

El avance de las campañas de vacunación en la UE tras el renqueante ritmo de vacunación durante los primeros tres meses del año y el fin progresivo de las restricciones ha inyectado en las últimas semanas una sensación de optimismo en la UE que se une a la llegada de los fondos europeos del fondo de reconstrucción. A pesar de esto, Bruselas considera que no será posible recuperar los niveles previos a la crisis hasta finales de 2022, con importantes diferencias entre algunos países de la zona euro. Por eso, fuente diplomáticas advierten del peligro de retirar los estímulos demasiado pronto.