Récord eléctrico
El Gobierno fracasa con la luz: está tan cara como en 2008
El coste de la electricidad rompe su techo histórico y el megavatio hora marca un nuevo récord al situarse por encima de los 106 euros
El Gobierno que iba a acabar con las subidas de la luz tiene el precio de la electricidad como nunca en la historia: a 106,57 euros el megavatio hora, nuevo récord que pulveriza los 103 euros del 11 de enero de 2002. El Gobierno que pretendía rebajar el recibo eléctrico lidia con 15 de los 21 primeros días de julio por encima de los 90 euros MWh –dos de ellos por encima de los 100 euros/MWh– y un precio que en las horas más baratas de hoy ni siquiera bajará de esos 100 euros. Como consecuencia, el Gobierno que prometió acabar con las oscilaciones en el recibo y cargaba cuando estaba en la oposición contra subidas del 8% en el verano de 2014 y se hacía cruces cuando el megavatio hora alcanzaba los 90 euros tiene la electricidad media más alta desde 2008. De hecho, el coste del megavatio hora está a solo un euro de batir esa plusmarca.
En lo que va de año, la media de precio durante esos primeros 21 días de julio supera los 92 euro el MWh, el precio medio más alto en un mes desde que hay registros. La media de los siete primeros meses del año, hasta el día de hoy, arroja un precio de 63 euros MWh, a poco más de un euro del precio histórico medio de 2008 (64,4 euros MWh), año en el que se alcanzó otro récord cuando el 3 de julio el barril de Brent cotizó a nada menos que 143,95 dólares. Estas cifras implican una subida del precio de la energía del 85,8% respecto al precio de 2020, marcado por los confinamientos, y del 32,4% respecto a 2019.
El Gobierno de Sánchez no solo no ha logrado bajar los precios de la electricidad, que suponen una cuarta parte de la factura final, algo más que complejo en pleno proceso de descarbonización que se arrastra desde hace años, sino que la ha subido un 32,6% respecto al precio medio de las dos últimas legislaturas del PP (47,6 euros MWh) contra el que cargaban sin piedad los dos socios de la actual coalición de Gobierno.
La rebaja impositiva anunciada a bombo y platillo tras la presión a diestra y siniestra –después de que el Ejecutivo se negara, primero, a efectuarla «por no garantizar una reducción del recibo» para luego admitir que el 21% de IVA eléctrico, uno de los más caros de Europa, es insostenible para los consumidores en las actuales circunstancias– se desinfla derretida por la tórrida ola de calor justo cuando el Congreso va a aprobarla.
Y es que, hace solo un mes, la ministra de Hacienda, María Jesús Montero, por entonces portavoz, avanzaba que se iba a abaratar la factura de la luz con dos medidas de calado: la reducción hasta final de año del IVA de la luz del tipo general al reducido del 10%, y la suspensión durante tres meses de la tasa de generación eléctrica del 7%. En concreto, la rebaja de la factura iba a alcanzar un 12%, con unos ahorros de más de 1.257 millones.
Pues bien, para un cliente con una potencia contratada de 4,4 kilovatios acogido a la tarifa regulada o PVPC, en la que se encuentran más de diez millones de consumidores, y un consumo mensual de 250 kilovatios hora (KWh) al mes (distribuido en 70 KWh en horario punta, 60 KWh en horario llano y 120 KWh en valle, el más barato), el recibo de la luz en los 20 primeros días de julio asciende a los 56,69 euros, solo un 4% más barata que la del mismo periodo de junio (2,47 euros menos), cuando se alcanzó el recibo más alto de 2021, con 62,94 euros (un 3,6 % más que en mayo, que era hasta el de junio el mayor del año). Es decir, que las rebajas impositivas que iban a abaratar un 12% el recibo eléctrico solo atenúan un 4% la factura de la luz más cara del año.
Si se compara la factura final de los 20 primeros días de julio con la del mismo periodo de 2020 sería un 36% más cara (15 euros) y si la comparación se hace con los primeros 20 días de julio de 2019 un 16% mayor (8 euros más). Sin embargo, los expertos pronostican que se van a seguir pulverizando todos los registros. Algo que el Ejecutivo contempla ya impasible, derrotado por unos elementos que antes, cuando transitaba por la oposición, achacaba a la inacción gubernamental ante los «lobbies» eléctricos. La ministra para la Transición Ecológica, Teresa Ribera, y su compañero en Consumo, Alberto Garzón, muy beligerante en el asunto hasta que la realidad del coste de la revolución energética ha quemado las excusas, admitieron ayer que la tensión proseguirá sin remedio: «Nos vamos a manejar en horquillas de precios altos».
La transición verde no sale gratis
En este nuevo rally eléctrico confluyen tres factores: los precios del gas para generación eléctrica, que se encuentran disparados sobre los de consumo general, los precios de los derechos de emisión de CO2, igualmente estratosféricos como consecuencia de las políticas de la UE para sobrecargar las tecnologías más contaminantes hasta hacerlas ineficaces (una transición que, como todo, abonan los consumidores) y, por último, la fuerte demanda por las olas de calor. El precio del gas natural en el mercado (Mibgas) para generación eléctrica está hoy a 37,48 euros MWh. Hace un mes estaba 10 euros más barato.
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