Jubilación

Más inmigrantes para afrontar el aumento del gasto en pensiones del 13%

La patronal catalana Foment apuesta también por la necesidad de fomentar la natalidad

Más de un millón de euros en ayudas para promover el emprendimiento en menores de 30 años de pequeños municipios
Más de un millón de euros en ayudas para promover el emprendimiento en menores de 30 años de pequeños municipiosJesús G. FeriaLa Razón

El gasto medio en pensiones en España irá en aumento hasta el 13% del PIB en 2050, seguido de una fuerte reducción en los posteriores 20 años con la desaparición de la generación del “baby boom”, y se quedará en un 10,3% sobre el PIB.

Para aliviar la presión sobre el sistema público de pensiones, la patronal catalana Foment del Treball proponen dos medidas: la promoción de sistemas de pensiones mixtos y privados para aliviar la carga sobre las arcas públicas e incentivar la natalidad en España, así como la inmigración.

En un extenso informe bajo el epígrafe ‘El reto demográfico europeo del siglo XXI: pensiones y el caso de España’, los empresarios catalanes remarcan que un sistema mixto-privado permitiría a los pensionistas mantener unos “mayores estándares de vida y abandonar una jubilación precaria”.

En la segunda opción, argumentan que tanto la tasa de fecundidad europea (1,52 hijos por mujer) como española (1,27 hijos por mujer) están muy alejadas de la tasa natural de sustitución (2,1 hijos por mujer), y que tiene que procederse al diseño, desarrollo e implementación de políticas públicas que favorezcan la natalidad y aumenten esta tasa de fecundidad.

Por otro lado, existe la vía de la inmigración, aunque desde Foment apuntan que “debería hacerse de manera eficiente, buscando los perfiles relevantes para la economía española y con políticas de atracción de talento”.

Las proyecciones actuales, según explica Foment, indican que la inmigración neta no compensará este déficit de nacimientos y la presión sobre la Seguridad Social, porque se prevé que se reduzca del 0,9% de la población al 0,4 % ya para 2030, y permanezca así hasta 2070, reduciendo todavía más las cifras absolutas.

Sin embargo, según la Comisión Europea, una buena gestión de la inmigración puede repercutir muy significativamente sobre el gasto público en pensiones, y muy especialmente en un país como España.

Esperanza de vida

Cuando nacieron los sistemas de pensiones, a principios del pasado siglo, la esperanza de vida al nacer era de 52 años y solo el 45% de cada generación llegaba a los 65 años, la edad en la que todos los sistemas fijaron el retiro. Ese 45% apenas vivía once años más de media.

En 1970, la esperanza de vida era de 73 años y el 70% de las personas alcanzaban los 65 años. Quienes se jubilaban, además, vivían 15 años más de media. En pleno envejecimiento, los países desarrollados abrazaron las políticas de prejubilación. Con España como alumna aventajada.

Hoy, el 90% de cada cohorte cumple los 65 años con 21,6 años de media por delante cobrando una nómina de jubilación. Solo Francia nos supera, aunque allí la tasa de fecundidad (1,88 hijos por mujer) casi da para mantener estable la población.

En 2050, cuando el sistema colapse si no lo remedia un vuelco demográfico, cada jubilados de 65 años tendrá 24 años más por delante para disfrutar de su retiro.

El envejecimiento es un hecho: en 1960 solo había un 8% de la población con más de 65 años, hoy ese porcentaje es del 23% y en 2050 será del 31,5%, según las proyecciones del Instituto Nacional de Estadística. Un 11,6% serán octogenarios.