Sostenibilidad

Repsol e Iberia efectúan el primer vuelo con combustible producido en España a partir de residuos

El uso de este biojet ha evitado emitir 1,4 toneladas de CO2 a la atmósfera, una reducción del 23%

El avión de Iberia repostando biojet de Repsol antes del vuelo Madrid-Barajas en el Aeropuerto Adolfo Suárez Madrid-Barajas, a 3 de noviembre
El avión de Iberia repostando biojet de Repsol antes del vuelo Madrid-Barajas en el Aeropuerto Adolfo Suárez Madrid-Barajas, a 3 de noviembreLa Razón

Este pasado miércoles 3 de noviembre Repsol e Iberia reafirmaron su apuesta por la producción y uso de biocombustibles para la aviación realizando el primer vuelo con biojet producido en España a partir de residuos. Este vuelo Madrid-Bilbao con baja huella de carbono es un paso más hacia la descarbonización del sector de la aviación y ha supuesto una reducción de emisiones de 1,4 toneladas de CO2 a la atmósfera, al emitirse solo 4,6 toneladas en lugar de 6 (un 23% menos).

El biojet utilizado pertenece al primer lote del mercado español producido a partir de residuos en la refinería de Petronor de Repsol (cerca de Bilbao) el pasado mes de agosto. El vuelo regular IB 426 ha sido operado con un avión Airbus A320neo de Iberia, con capacidad para 180 pasajeros y actualmente uno de los aviones más eficientes del mundo. Gracias al tipo de motor utilizado, es un 50% más silencioso y respetuoso con el medio ambiente, ya que emite 5.000 toneladas menos de CO2 al año y un 50% de NOx. Además, en su apuesta por los “vuelos verdes”, se ha trazado la ruta más recta para ahorrar combustible. Para el repostaje se ha utilizado un vehículo de suministro de combustible de aviación de propulsión eléctrica con cero emisiones, y en todas las operaciones en tierra se ha recurrido a vehículos más eficientes que Iberia ha desplegado en todos sus aeropuertos de España, como el mototok, un avanzado vehículo eléctrico dirigido por control remoto para realizar la maniobra “pushback” del avión. A bordo, Iberia también ha probado diferentes envases que le permitan sustituir los plásticos de un solo uso.

El lote fabricado en agosto en Petronor constaba de 5.300 toneladas de combustible y su uso, según la compañía, evitará la emisión de 300 toneladas de CO2 a la atmósfera, el equivalente a 40 vuelos Madrid-Bilbao. Esta fue la tercera producción de biojet en España realizada por Repsol tras la fabricación de otros dos lotes pioneros en las refinerías de Puertollano y Tarragona, a mediados de 2020 y principios de 2021, respectivamente, donde se utilizó biomasa como materia prima. En este último lote se utilizaron, en cambio, residuos como materia prima, integrando así herramientas de economía circular en el proceso. De este modo se mejora la gestión de los residuos, transformándolos en productos de alto valor añadido.

Elías Unzueta, gerente de Petronor Innovación, explicó en la planta que el lote de biojet utilizado en el vuelo “se ha producido a partir de los residuos de la industria agroalimentaria nacional. En el proceso además se apoya a las pymes”. En concreto, el productor del residuo (aceites y grasas) es la empresa Lipsa; y la empresa Oleofat se encarga del pretratamiento necesario para adecuar la calidad del residuo a los procesos de refinería. En concreto, con 100 unidades del aceite residual se producen 80 de biocombustible, y el resto se reutiliza en otras fases de la producción. “El resultado es un producto indistinguible del queroseno tradicional”, añadió.

Esta iniciativa forma parte del convenio de colaboración hacia una movilidad más sostenible firmado por Repsol e Iberia el pasado mes de julio y está en consonancia con los Objetivo de Desarrollo Sostenible (ODS). El vuelo realizado ayer supone un hito en la hoja de ruta del convenio. “Necesitamos el impulso del mercado. Ahora mismo no hay apenas producción de biocombustibles para la aviación, lo que ocasiona que tenga unos precios muy elevados, hasta cinco veces más caros. Por ello este tipo de apoyo empuja el mercado y hace que los combustibles sostenibles sean más asequibles”, declaró Teresa Parejo, directora de Sostenibilidad de Iberia.

La producción de combustibles con baja huella de carbono es fundamental en la descarbonización de los combustibles para transporte aéreo, un segmento donde la electrificación no es viable por el momento. La principal ventaja de los ecocombustibles (tanto biocombustibles sostenibles como combustibles sintéticos) es que ofrecen una alternativa baja en emisiones para cualquier medio de transporte que utilice un motor de combustión y, además, se producen y distribuyen aprovechando las infraestructuras ya existentes.

Entre los objetivos recogidos en el Plan Estratégico 2020-2025 de Repsol se encuentran producir 1,3 millones de toneladas de biocombustible al año para 2025, y alcanzar los 2 millones al año en 2030. Con la producción actual y la prevista para los próximos años, Repsol se anticipa a las medidas que la Comisión Europea ha presentado para fomentar el uso de combustibles sostenibles de aviación. “El objetivo de la UE es que en 2025 el 2% del combustible de un avión sea sostenible (siendo el resto queroseno), el 5% en 2030 y el 63% en 2050″, explicó el comandante del vuelo, Ismael Serrano.

Objetivo cero emisiones netas en 2050

Repsol tiene el objetivo de liderar la transición energética y uno de sus principales ejes estratégicos es alcanzar las cero emisiones netas en 2050. Entre sus apuestas para conseguirlo está obviamente el impulso de los combustibles sostenibles, que lleva fabricando desde 1998 para vehículos por carretera, y apostando por ellos para la aviación desde hace 15 años. En esta línea, en octubre de 2020 anunció la construcción de la primera planta de biocombustibles avanzados de España, que se pondrá en marcha en 2023, en Cartagena, y tendrá una capacidad de 250.000 toneladas anuales de biocombustibles producidos a partir de residuos y válidos para coches, camiones y aviones.

Por su parte, los combustibles sintéticos (e-fuels) son los menos desarrollados por el momento, pero también los más prometedores por las materias primas que utilizan. En España, un referente en este tipo de ecocombustible también es Repsol. La empresa energética desarrolla en el puerto de Bilbao una de las mayores plantas de producción del mundo, que estará operativa en 2024, y utilizará como materias primas el CO2 capturado en la cercana refinería de Petronor, la única de España equipada con este sistema, e hidrógeno (H2) producido con electricidad 100% renovable. La planta tendrá una capacidad de producción de más de 2.100 toneladas anuales.

Asimismo, Iberia forma parte IAG, que ha sido el primer grupo aéreo en comprometerse a lograr cero emisiones netas en 2050. Además, en 2030 las aerolíneas de IAG operarán un mínimo de un 10% de sus vuelos con combustible de origen sostenible. El Grupo adquirirá un millón de toneladas de combustible de aviación sostenible al año, lo que permitirá reducir las emisiones de carbono en dos millones de toneladas para 2030, lo que equivale aproximadamente a la absorción de CO2 de un bosque con una extensión similar a 400.000 campos de fútbol.