Pensiones

Las pensiones por invalidez ofrecen más de 900 euros mensuales a casi un millón de afectados

En casos de incapacidad permanente absoluta, la persona afectada no podrá volver a trabajar, por lo que percibirá una prestación vitalicia y del 100% de la base reguladora

Unas 950.000 personas en España cobran una pensión de invalidez
Unas 950.000 personas en España cobran una pensión de invalidezCristina BejaranoLa Razón

El sistema de pensiones español es un tema que se encuentra a la orden del día generando numerosas dudas no solo entre la sociedad sino también en el Gobierno, ya que a través de diferentes medidas pretende evitar el posible colapso de dichas pensiones.

La pensión es una cantidad de dinero que un organismo oficial público, como la Seguridad Social, paga a una persona ya sea de forma temporal o de por vida por una situación concreta. En España se puede cobrar una pensión por varios motivos, siendo la jubilación la más habitual en la que actualmente más de 7,3 millones de personas en esta situación perciben un dinero mensual, seguidas por las pensiones de viudedad e incapacidad permanente.

La prestación económica por invalidez o incapacidad permanente respalda a unas 950.000 personas en España, las cuáles reciben cerca de 990 euros mensuales, según datos de la compañía líder en salvaescaleras para el hogar TKE Home Solutions.

Asimismo, 3 de cada 4 personas que reciben esta pensión eran empleados por cuenta ajena, un 12% autónomos y un 10% del total de los casos tuvieron lugar en el trabajo debido a un accidente o a una enfermedad profesional.

Desde la web de la Seguridad Social, explican que las pensiones por incapacidad permanente tratan de “cubrir la pérdida de rentas salariales o profesionales que sufre una persona cuando estando afectada por un proceso patológico o traumático derivado de una enfermedad o accidente, ve reducida o anulada su capacidad laboral de forma presumiblemente definitiva”.

Por lo tanto, estas ayudas se ofrecen a aquellas personas que por enfermedad o accidente no pueden continuar trabajando, siendo un tribunal médico el encargado de evaluar los casos de quienes tras 545 días de baja aún no han podido recuperarse.

No obstante, existen diferentes grados de incapacidad permanente, en el que el dinero que se perciba dependerá directamente de esto así como de la base reguladora calculada por la Seguridad Social, en la que se tienen en cuenta múltiples variables como los motivos de invalidez, la edad e incluso el tipo de jornada.

Incapacidad permanente parcial

En este caso, desde un tribunal médico conceden este grado de invalidez cuando la enfermedad o accidente ha reducido en un 33% el rendimiento de una persona. Como la persona afectada podrá continuar trabajando, recibirá un único pago de la pensión en la que se percibe el equivalente a 24 mensualidades de la base reguladora.

Todas las personas en las que su invalidez se produce en un ambiente laboral, por un accidente o enfermedad profesional, tienen derecho a percibir esta prestación, mientras que si se produce por una enfermedad común, el trabajador deberá tener cotizados 1.800 días de los últimos 10 años.

Incapacidad permanente total

A diferencia del caso previo, el trabajador no puede volver a su empleo habitual, sino que tendrá que trabajar en otro puesto que se adapte a su nueva situación, por lo que si un albañil pierde una pierna, tendría que dejar su trabajo actual y pasar, por ejemplo, a un puesto de oficina.

En la incapacidad permanente total al no poder regresar al puesto actual, la persona recibe una pensión vitalicia del 55% de la base reguladora. Sin embargo, si la persona tiene más de 55 años, esta prestación se podrá ampliar al 75% debido a la problemática de acceder de nuevo al mercado laboral. Si esta invalidez se crea a raíz de una enfermedad común, es necesario haber cotizado un mínimo de años para poder recibir la pensión.

Incapacidad permanente absoluta

A pesar de que tanto en la incapacidad permanente parcial y total el afectado podía continuar desarrollándose en el ámbito laboral, en esta situación los empleados no podrán trabajar debido a una gran pérdida de movilidad o una enfermedad grave o crónica.

En casos como alzhéimer o artritis reumatoide, dicha pensión es vitalicia y ofrece el 100% de la base reguladora debido a la imposibilidad de volver al trabajo. Este porcentaje puede aumentar si por ejemplo se genera a raíz de un accidente laboral o una enfermedad profesional derivada de alguna falta de medidas de higiene o seguridad en el puesto de trabajo

Gran invalidez

Por último, este es uno de los casos más difíciles, ya que además de no poder trabajar, la persona necesita ayuda de otras personas para continuar con su vida diaria. Estas personas reciben la misma cuantía que en el caso de la incapacidad permanente absoluta además de un complemento mensual, el cuál no podrá ser inferior al 45% de la pensión.

Esta ayuda mensual se percibe ya que en muchos casos es necesario pagar a alguien que se encargue de los cuidados del afectado. Para calcular este complemento, se toma la base de cotización, en la que se suma el 45 % de la base mínima vigente en el momento del accidente o enfermedad al 30 % de la última base de cotización del trabajador.

Asimismo, esta gran invalidez que afecta al día a día de estas personas hace necesario en muchos casos adaptar algunas zonas del hogar, en la que en casos de discapacidad o incapacidad permanente, diversos organismos ofrecen subvenciones y ayudas para reformar las viviendas.