Lo que viene en 2022
Los españoles, ante ante la cuesta de enero más empinada del siglo
La espiral inflacionista golpea a casi todo. La luz, el gas y el combustible seguirán al alza en el arranque de 2022. También subirá el precio de la vivienda, de los alimentos y de los coches por el alza del impuesto de matriculación previsto para el mes que viene
Lo de la cuesta de enero que se le viene encima a los españoles en 2022 va a ser como los míticos puertos de montaña del Tour de Francia como el Tourmalet, el Mont Ventoux o Luz Ardiden: de categoría especial. La espiral inflacionista en que se haya sumida la economía española por la vertiginosa recuperación económica mundial y la escasez de materias primas, con subidas de precios no vistas en varias décadas, aventuran un arranque de año duro para el bolsillo de las familias. El resumen de la situación es bastante sencillo: casi todo va a subir. Y algunos servicios básicos, como la luz, el gas o los combustibles, de forma notable. Aunque el Gobierno y los organismos internacionales insisten en repetir que la inflación es un fenómeno temporal y que es cosa de meses que quede atrás, las finanzas particulares tendrán de momento que aguantar un enero de vértigo.
Para empezar, el precio de la luz, desbocado en la segunda mitad de año, va a arrancar 2022 con la misma tendencia alcista. El comportamiento de los precios del gas natural, el combustible que utilizan los ciclos combinados que sirven para casar el precio de la electricidad en la mayoría de las horas, está acelerado. Desde los 90 euros MWh que marcó en noviembre ha escalado hasta los 138 euros MWh en las negociaciones del Mibgas, el mercado nacional. Y no parece que vaya a aflojar ya que para enero el mercado fija un precio de 136,8 euros MWh y de 136,6 euros de media para el primer trimestre de 2022.
Otros afectados por la crisis energética son la gasolina y el gasóleo, que se han encarecido cerca de un 25% desde que comenzó el año debido al aumento de la movilidad tras la primera fase de la pandemia y a la oferta limitada de petróleo que mantienen los grandes países productores. Así, la gasolina estuvo cerca de alcanzar su máximo histórico en noviembre tras encadenar tres meses de subidas después del verano, mientras que el gasóleo no se pagaba tan caro desde hace casi ocho años. Pese al descenso registrado en el último mes, ambos carburantes son a día de hoy cerca de un 27% más caros que en la misma semana de 2020, y alrededor de un 13% superiores respecto a 2019.
Tampoco va a dar tregua el precio de la vivienda, que se espera se incremente en línea con el IPC. Y es poco probable que los hipotecados a tipo variable sigan recibiendo buenas noticias del euribor. Tras tocar mínimos en el entorno del -0,5%, los expertos auguran un repunte en 2022 que lo lleve hasta el -0,3%. Eso, si el BCE no tiene que tomar cartas en el asunto para embridar la inflación y sube los tipos de interés, lo que aceleraría su escalada.
En el transporte, Adif tiene esperanzas de que la competencia abarate los precios del AVE. Pero lo cierto es que el encarecimiento del coste de la energía también puede dar al traste con estas previsiones. El transporte aéreo es más pesimista y vaticina subidas de los precios de los billetes por el encarecimiento del petróleo. También subirá el precio del 40% de los coches debido a los cambios que se introducirán en el impuesto de matriculación a partir del 1 de enero. Y la fórmula de cálculo arroja un aumento de casi el 2% del precio de los peajes estatales.
Vivienda
Los que vayan a comprar casa en 2022 tendrán que pagar más. Según los diferentes análisis, la vivienda seguirá subiendo el año próximo. Idealista calcula incrementos por debajo del IPC (5%). En la misma línea, el servicio de análisis de Bankinter prevé revalorizaciones próximas a la inflación, en el entorno del 2%. Las subidas serán más acusadas en al caso de la vivienda nueva, donde instituciones como el Banco de España han alertado de que la escasez de oferta está presionando más al alza los precios al no ser suficiente para satisfacer toda la demanda.
Carburantes
Aunque el precio de los carburantes ha dado un ligero respiro esta semana, llenar el depósito cuando arranque 2022 será más caro que este año. Con los últimos datos disponibles del Boletín Petrolero de la UE en la mano, llenar un depósito medio de gasolina de 55 litros cuesta ahora en torno a 81 euros, casi 17 euros más que hace un año, mientras que en el caso de repostar con gasóleo asciende a 74 euros, alrededor de 16 euros más que en la misma semana de diciembre de 2020. Ambos carburantes han recuperado ya de largo los niveles pre covid.
Luz
El precio de la luz está desatado y lo estará una larga temporada todavía. Esta misma semana, la energía ha superado los 300 euros por megavatio hora en el mercado mayorista, una subida que está impactando en el recibo de la luz. Un hogar medio pagará este año, de medio, un 10% más en luz que en 2018. Y en el arranque del próximo, la situación no mejorará por las tensiones con el suministro de gas.
Gas
Si el precio de la luz está disparado es en buena medida porque el del gas que alimenta las centrales de ciclo combinado también lo está. Y, en los próximos meses, no aflojará. Desde los 90 euros el MWh que marcó en noviembre ha escalado hasta los 138 en las negociaciones del Mibgas, el mercado nacional. Y para enero, el mercado fija un precio de 136,8 euros y de 136,6 de media para el primer trimestre de 2022.
Coches
La falta de chips y el encarecimiento de las materias primas están incrementando sus precios. Además, desde el 1 de enero, habrá cambios en el impuesto de matriculación, lo que aumentará el precio de un 40% de vehículos nuevos, según calcula el sector.
Alimentos
La inflación provocada por la explosiva recuperación y la escasez de materias primas está impactado ya en los alimentos. Y puesto que se trata de un fenómeno que según el BCE y el Banco de España se mantendrán unos meses, es de esperar que encarezca todavía más los alimentos. En noviembre, subieron un 3%, con subidas de la carne (1,1 %), pescado y marisco (+1,2 %), la leche, el queso y los huevos (+0,9 %) y el pan y los cereales (+0,6 %).
Telefonía
La subida de tarifas en el sector de las telecomunicaciones es un «clásico» de cada arranque de año. El que viene, Telefónica ya tiene previsto un incremento de 3 euros del precio de varias tarifas «antiguas» de su oferta convergente Fusión, que están fuera de catálogo desde hace varios meses. Esto supondrá que, por ejemplo, los clientes que todavía tienen contratado Fusión 0 de 300 Mb pasarán de pagar 55 euros a pagar 58 euros. El resto de operadoras no han anunciado, de momento, incrementos para el arranque de ejercicio.
Transporte
El transporte se enfrenta a una doble amenaza para sus precios: la inflación y el precio del petróleo. En el caso de la aviación, la IATA ya ha advertido de que los billetes de avión se encarecerán por el alza de los precios y el del petróleo, que se está recuperando espoleado por la recuperación. En el caso del tren, desde el gestor de las infraestructuras ferroviarias (Adif) esperan que la introducción de competencia en España -habrá un tercer operador, Iryo, en el segundo semestre- contribuya a que haya más competencia y bajen los precios. No obstante, el ferrocarril se alimenta de energía eléctrica y no es ajeno a los altos costes de los últimos meses, lo que podría hacer descarrilar las esperanzas de Adif de que los billetes sean más baratos y más gente viaje en tren.
Peajes
El sistema automático para calcular su precio apunta a una subida media de los peajes estatales del 1,97% el año que viene, según apuntan fuentes del sector concesional a LA RAZÓN. La actualización del precio medio de lo que se paga en las autopistas es fruto de una fórmula de revisión automática anual que el sector pactó con el Gobierno en 2002 y que tiene en cuenta el IPC medio entre los meses de octubre de un año y del siguiente que, posteriormente, se pondera en función de la evolución de los tráficos. No obstante, el Gobierno tiene potestad para modificar el resultado del sistema.
Hipotecas
La política de bajos tipos de interés que mantiene el Banco Central Europeo (BCE) ha desplomado en los últimos años los tipos hipotecarios iniciales hasta el 1,485%. Esta política ha provocado también que el euribor, el indicador al que están referenciados la mayoría de los préstamos hipotecarios variables en España, siga en tasas muy cercanas a los mínimos históricos -cerró noviembre en el -0,487%-. No obstante, es poco probable que siga cayendo mucho más allá de estos límites y que siga abaratando las cuotas de los hipotecados. De hecho, analistas que siguen de cerca el mercado hipotecario como los de Bankinter esperan que el indicador suba hasta el -0,32% el próximo ejercicio y al -0,18% en 2023.
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