Sin tregua
La alta inflación hace que salarios, rentas y pensiones pierdan poder adquisitivo
El IPC se dispara un 6,7%, su mayor repunte en los últimos 30 años
No comenzará el año 2022 con muchas alegrías. La inflación continúa desbocada y disparó su tasa interanual hasta el 6,7%, más de un punto por encima de la tasa de noviembre (5,5%) y su nivel más alto en 30 años. La causa directa: el encarecimiento de la luz y, en menor medida, de los alimentos. Esto provocará que se inicie el año con una pérdida de poder adquisitivo generalizada, ya que las prestaciones de los pensionistas y los salarios de los empleados públicos –queda en el aire si se atreverán a subir el salario mínimo– quedarán por debajo de la inflación.
Los Presupuestos Generales recogen la subida del 2% de los sueldos de los funcionarios públicos, que no compensará el despegue inflacionario del último trimestre. Peor suerte correrán los trabajadores del sector privado. Cada vez es más clara la división entre el empleo público y el no público, y con el IPC disparado esa brecha se va acentuar más, ya que el incremento que tendrán los funcionarios será de media casi el doble que el firmado en la mayoría de convenios sectoriales –entre el 1% y el 1,5%– y mucho más que en puestos al margen de dichos convenios, aunque algunas grandes empresas lo harán por encima del 4% o más.
Otros trabajadores tendrán más suerte. El dato del IPC interanual de diciembre se utiliza en algunos convenios como referencia para las revisiones salariales. Aquellos convenios que contengan una cláusula de salvaguarda para compensar la subida inicial del año con el IPC interanual de diciembre tendrán que tomar como referencia el 6,7% en caso de que el INE acabe confirmando el dato a mediados de enero.
Los pensionistas disfrutarán de un mayor incremento –medio punto más–, pero no servirá para compensar el descalabro de los precios. Casi 10 millones de pensiones contributivas verán aumentar un 2,5% su paga mensual por la revalorización media de las tasas anuales de inflación de los últimos doce meses –hasta noviembre–, aunque al haber quedado en el entorno del 3%, el Ejecutivo se verá obligado a compensar ese desfase con una subida adicional, aunque fuentes ministeriales no lo han confirmado. La pensión mínima de jubilación se situará en 721,7 euros mensuales, mientras que la máxima será de 2.819,1 euros. Las pensiones mínimas y no contributivas y el ingreso mínimo vital (IMV) sí que estarán en el rango compensatorio, al elevarse un 3%. Por su parte, el indicador público de renta de efectos múltiples (Iprem), que sirve para calcular diferentes ayudas y prestaciones, aumentará el 2,5%, hasta los hasta los 579,02 euros.
2022 se estrenará pues con una inflación desconocida desde hace treinta años, consecuencia de las subidas generalizadas de precios, que los analistas creen que se mantendrán en el tiempo. Con este panorama, los españoles deberán hacer frente a un inicio de año complicado, con los hogares perdiendo poder adquisitivo y con los productos básicos y energéticos sin freno a sus precios. Precisamente el precio de la energía es el responsable principal –no el único– de esta situación. Por ello, el Ejecutivo ha prolongado durante cuatro meses más las rebajas de impuestos y cargos en la factura eléctrica para tratar de evitar que el encarecimiento de la energía se convierta en una carga insostenible para familias, autónomos y empresas. Pero, si diciembre ha cerrado como el mes más caro de la historia en los precios mayoristas de la luz, 2022 va a comenzar en niveles nunca antes vistos en el mercado eléctrico. Y los mercados de futuros marcan una cuesta hacia arriba hasta el segundo cuatrimestre. Tampoco dan tregua los carburantes. La gasolina ronda ya los 1,5 euros el litro, al borde del récord histórico, y las empresas empiezan a encarecer productos y servicios para paliar estos incrementos. El gas arrancará el 1 de enero con una subida del 5,48% respecto a enero de 2021, un empujón hacia arriba limitado por las medidas de contención implementadas.
El precio de la vivienda nueva se espera que tenga una subida sostenida en torno al 4% por el encarecimiento de las materias primas y los cuellos de botella del transporte y el comercio internacionales, mientras que los alquileres, que en 2021 cayeron una media del 4,5%, verán un nuevo despegue al son de la inflación.
La cesta de la compra será en la que las familias notarán más la explosión de los precios y ese 6,7% con el que se va a cerrar diciembre. El INE ha dado la alerta con antelación sobre la electricidad y los alimentos, que han tenido un peor comportamiento en los últimos 30 días. Las grandes cadenas de distribución advierten ya que el repunte de un 1,3% de la compra en diciembre es solo un aperitivo de lo que va a llegar.
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