A 1.000 euros

El SMI sube un 11% en pandemia con las empresas asfixiadas

Díaz y los sindicatos lo elevan a 1.000 euros desde el 1 de enero. «Las siete plagas de Egipto que anunciaron (por subir el salario mínimo) no son verdad», afirma la ministra

España es un país de pequeñas empresas. Tanto que es un auténtico quebradero de cabeza para mejorar la competitividad, un indicador crucial para el despegue económico y que, con carácter general, se dispara cuantos más trabajadores se contratan. En concreto, el porcentaje de empresas con menos de cinco trabajadores alcanzó el 78 % del tejido empresarial en 2019. Todas ellas y pese a la pandemia deberán afrontar una nueva subida del Salario Mínimo Interprofesional (SMI) hasta los 1.000 euros brutos mensuales en 14 pagas. Deberán aplicarlo, además, desde el pasado 1 de enero, según el acuerdo alcanzado ayer por el Gobierno y los sindicatos.

Un acuerdo del que, de nuevo, se descolgaron los empresarios, que consideran desproporcionado el incremento del SMI en un momento en el que sectores como la hostelería, el pequeño comercio, o las actividades vinculadas al turismo acumulan miles de empresas «zombies», que transitan por el alambre, al límite de la quiebra. Una de cada diez, según los datos del Banco de España y hasta 130.000, según los datos recabados por los gestores administrativos, que en sus últimas encuestas recogen que un 30% de las pequeñas y medianas empresas han cerrado 2021 en pérdidas, con 700.000 empresas atravesando «serios problemas de liquidez». Un reflejo son los 3,1 millones de parados registrados y los 105.043 trabajadores en ERTE vinculados al Covid el pasado enero, casi 2.500 trabajadores más que al finalizar 2021. Pero la agenda ideológica del Gobierno de Pedro Sánchez mantiene su compromiso de alcanzar un SMI equivalente al salario medio en España en 2023 por encima de la situación que atraviesan miles de pequeñas empresas asfixiadas entre los impuestos, la inflación y los costes laborales.

Y es que se trata de la cuarta subida aprobada por el Gobierno de Sánchez, que lo elevó a 900 euros en 2019 desde los 735 euros. En 2020 se incrementó hasta los 950 euros y desde septiembre pasado se estableció en 965 euros.

Con la subida a 1.000 euros aprobada ayer, los empresarios han tenido que asumir una subida del 11,1% en el SMI en plena pandemia, desde el alza a 950 euros decretada el 22 de enero de 2020, a las puertas del Gran Confinamiento, y pese a las dificultades a las que se han enfrentado los pequeños y medianos empresarios.

Poco importan las advertencias que realizó en su momento el Banco de España, que cifró en hasta 180.000 los empleos destruidos por la subida del 22,3% de 2019. De hecho, la propia Yolanda Díaz restó credibilidad a esas «predicciones». «Las siete plagas de Egipto que anunciaron (por subir el SMI) no son verdad», dijo.

«No hay ningún dato que permita corroborar lo que se está diciendo. Es ciencia-ficción. En el sector agrario tenemos un récord de afiliados, con más de 840.000 ocupados. Lejos de ese mantra que se repite de que se destruye empleo, tenemos récord de afiliaciones a la agricultura, a pesar de haber subido un 31% el SMI hasta el año actual. Lo mismo sucede con los autónomos», remarcó.

La vicepresidenta indicó que «la patronal española sabe» que los causantes de la inflación no son los salarios y «también sabe» que esta medida es «buena» para la economía española. Ante la subida del SMI para 2023, que deberá situarlo en el 60% del salario medio, Díaz ha subrayado que se convocará al Comité de Expertos lo antes posible para que empiecen a trabajar sobre el alza para el próximo año. En todo caso, Díaz garantizó que el Gobierno «cumplirá» con el compromiso.

Los líderes sindicales, presentes la comparecencia, afearon a la CEOE y Cepyme su «insumisión» ante el acuerdo que suscribieron en 2018 para situar el salario mínimo de convenio en 14.000 euros anuales en 2020.