Opinión

Precios y salarios, un dilema insoluble

Subidas de sueldos muy atas pueden ser inasumibles por el 90% de miniempresas que concentran también un porcentaje similar del total del empleo

Los secretarios generales, de UGT, Pepe Álvarez (i), y de CC OO, Unai Sordo (d)
Los secretarios generales, de UGT, Pepe Álvarez (i), y de CC OO, Unai Sordo (d)larazon

Rafael Termes (Sitges, 2018; Madrid, 2005) fue un banquero catalán, afincado en Madrid, que presidió entre 1977 y 1990 la patronal bancaria. Tenía pocos pelos en la lengua y las ideas claras. Defendía que «la inflación es el más inmoral de los impuestos». En primer lugar, suele pasar inadvertido, lo que facilita que los contribuyentes sean exprimidos sin ser conscientes de ello. Además, condena a trabajadores y empresas a afrontar un dilema insoluble entre precios y salarios.

Mañana jueves, sindicatos y empresarios se reúnen para la negociación del V Acuerdo para el Empleo y la Negociación Colectiva (AENC) y todo indica, tras haberse disparado la inflación hasta el 7,4% –y puede subir más cuando los efectos de la guerra de Putin se extiendan–, que puede arder Troya. UGT y CC OO, lideradas por Álvarez y Sordo, están obligadas a pedir subidas salariales de incluso el 5%. Conocen los riesgos, sobre todo el secretario general de CC OO, pero están atrapados y nadie entendería que no reclamaran mantener el poder adquisitivo.

Por el otro lado, el presidente de la CEOE, criticado internamente y al que esta vez no le bastará salir en la foto, no puede ceder demasiado, como en otras ocasiones. La maldición inflacionaria es perversa. Funcas –el segundo centro de análisis económico más prestigioso del país– explicaba ayer que «una inflación más elevada erosionaría la capacidad de compra de los hogares». Es cierto.

El dilema insoluble es que los trabajadores quieren mantener o mejorar su poder adquisitivo, algo que exige alzas salariales importantes, que pueden ser inasumibles por ese 90% de miniempresas que concentran también un porcentaje similar del total del empleo. Afecta, solo de forma tangencial, a las grandes empresas, que apenas superan el medio millar en toda España. Alzas salariales notables en pequeñas empresas se trasladan a precios de productos más elevados, lo que vuelve a horadar el poder adquisitivo de los salarios y así sucesivamente.

No es obvio y no se puede pedir a la mayoría de los trabajadores que lo entiendan y lo acepten, pero conduce al desastre, porque los que mas pierden son los menos favorecidos. Por eso, la inflación es inmoral y plantea un dilema casi imposible y que solo se corrige con sacrificio.