Macroeconomía
Nuevo varapalo al Gobierno: BBVA y Airef también desploman el crecimiento del PIB este año
El banco rebaja su estimación al 4,1%, mientras que la autoridad independiente lo hace al 4,3%, casi tres puntos por debajo de la estimación del Gobierno
Suma y sigue con los recortes a las previsiones del Gobierno. Si la semana pasada fue Funcas quién rebajó su estimación de PIB para este año al 4,2%, y el martes fue el Banco de España el que recortó el crecimiento hasta el 4,5%, hoy han seguido sus pasos BBVA Research y la AIReF, que han dado un nuevo varapalo a las previsiones del departamento de Nadia Calviño, que preveía un crecimiento para este ejercicio del 7% y una inflación esperada del 1,3%, supuestos que se alejan diametralmente de las perspectivas durante los últimos días.
El centro de estudios económicos del banco ha recortado 1,4 puntos su previsión de crecimiento del PIB español en 2022, hasta el 4,1%, al tiempo que ha rebajado 1,6 puntos, hasta el 3,3%, el crecimiento estimado para 2023, debido, principalmente, al impacto de la guerra en Ucrania y disparado la inflación al 7,5%. Así lo refleja el nuevo informe de ‘Situación España’ presentado por el director de BBVA Research y economista jefe de Grupo BBVA, Jorge Sicilia, que junto al responsable de Análisis Económico, Rafael Doménech, y el economista jefe, Miguel Cardoso, han sentado la bases de este desplome: el impacto de la invasión de Ucrania, las sanciones impuestas a la economía rusa y el incremento en los precios, sobre todo los combustibles y la electricidad, durante los últimos meses. Por tanto, si bien descienden los problemas sanitarios asociados a la pandemia, aumentan los relacionados con el entorno geopolítico, los cuellos de botella en las cadenas de suministro y la inflación.
Los economistas de BBVA creen que el consumo privado podría mitigar su desaceleración gracias a la flexibilización de las restricciones asociadas a la pandemia y al ahorro acumulado durante el confinamiento. Asimismo, consideran que las políticas de demanda expansivas apoyarán el crecimiento del gasto, pero también presionarán los precios al alza. Pese a la rebaja de las previsiones, los datos del PIB español del primer trimestre mostrarán un crecimiento “importante”, del orden del 1,4%, aunque en los próximos trimestres se notará más la “desaceleración” derivada de la guerra en Ucrania, principal factor de la revisión a la baja de las proyecciones, según han explicado Sicilia y Doménech, que insistió en que “hay muchos elementos” que apoyarán el crecimiento económico, como el consumo; el “buen comportamiento” del mercado de la vivienda; una “buena temporada turística”, con posible trasvase de turistas a España, y el despliegue de los fondos europeos, “que
Según detalla el informe, los efectos de la invasión de Ucrania por parte de Rusia se transmitirán a la economía española por diferentes canales, aunque el impacto a través de la relación directa con ambos países será limitado. En primer lugar, la guerra conllevará una “reducción de la demanda de bienes y servicios por parte de Rusia y Ucrania”, mientras que las sanciones impuestas a Rusia por la Unión Europea “reducirán significativamente las relaciones comerciales” con este país. No obstante, los economistas del servicio de estudios de BBVA apuntaron a que ”tanto las exportaciones españolas a estos destinos como la inversión extranjera directa en España de rusos y ucranianos, y el peso de los visitantes rusos en el turismo español son limitados”, aunque “no quedaremos exentos de sufrir cuellos de botella que complique la cadena de suministro”. La exposición del sistema financiero a las economías de ambos países es también muy pequeña.
Por su parte, la Autoridad Independiente de Responsabilidad Fiscal (AIReF) ha llegado a las mismas conclusiones que BBVA y ha recortado su previsión de crecimiento de la economía española al 4,3%, dos puntos menos que en sus anteriores estimaciones de octubre (6,3%), y ha elevado la tasa de inflación media para el conjunto del año desde el 1,8% hasta el 6,2%.
Según las conclusiones del informe sobre los presupuestos iniciales de las Administraciones Públicas 2022 publicado hoy, la economía española se ha visto afectada “en mayor medida que otras economías de su entorno por la sucesión de shocks de oferta dada su elevada dependencia energética y la rápida transmisión de los incrementos de precios de las materias primas energéticas a los costes de la electricidad”. Señala además que las tensiones de precios están provocando una “merma en la capacidad de compra de los hogares y en la competitividad frente al exterior”, al tiempo que han propiciado un “cambio de tono en la política monetaria” y mayor volatilidad en los mercados financieros.
La directora de la División de Análisis Económico de la entidad, Esther Gordo, confirmó en rueda de prensa que la guerra en Ucrania ha sido el “detonante” del cambio en las previsiones macroeconómicas, aunque ha señalado que ya a lo largo de 2021 fueron emergiendo determinados problemas que la invasión ha agravado, como es el caso de las disrupciones en las cadenas de valor y de la crisis energética.
La AIRef también ha rebajado con fuerza su estimación del impacto positivo del Plan de Recuperación en 2022, pasando de un crecimiento asociado a dicho plan del 2,5% del PIB a un 1,8%, al prever que los recursos llegarán a la economía en un entorno más adverso, ”caracterizado por cuellos de botella y presiones inflacionistas”, y, por tanto, con un menor multiplicador, que pasa del 1,2 al 0,9.
En términos fiscales, el director de la división de análisis presupuestario, Ignacio Fernández-Huertas, al menos ratificó una de las tendencias marcadas por el Ejecutivo y anunció una previsión de déficit público del 4,2% del PIB para 2022, seis décimas menos respecto a la anterior previsión. Esto se debe, fundamentalmente, a la reducción del coste de las medidas covid y a que la evolución de los ingresos en 2021 y al inicio de 2022 ha sido “mucho más positiva de lo esperado”, lo que permitió cerrar 2021 en un 6,9% del PIB, un punto mejor de lo esperado en octubre.
También señala que la rebaja del PIB afectará negativamente a la recaudación y al empleo -al haber menos cotizaciones y más gasto en prestaciones-, mientras que la inflación tiene efectos contrapuestos: cada punto de IPC suma 2.000 millones de recaudación, principalmente en IVA, pero eleva el gasto en pensiones en 1.500 millones por cada punto de inflación.
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