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Producir en el exterior, la “evolución lógica” con la que Pascual quiere batir los 100 millones de ventas internacionales

La compañía arandina de alimentación ha comenzado a fabricar sus productos en aquellos países donde tiene más presencia

Instalaciones de Pascual en Aranda de Duero (Burgos)
Instalaciones de Pascual en Aranda de Duero (Burgos)Grupo Pascual

Veinticinco años después de lanzar su negocio en el exterior, Pascual está decidido a convertirlo en uno de los principales ejes de su futuro crecimiento. Lo que nació como una forma de dar salida a los excedentes de la compañía de alimentación con sede en Aranda de Duero (Burgos) fue evolucionado con el paso del tiempo hasta la fabricación de productos específicos para exportar a los mercados en los que está presente la compañía. Un clásico modelo al que ahora Pascual quiere dar una vuelta de tuerca con la producción en algunos de estos países. Una “evolución lógica”, como explica Tomás Meléndez, director de Internacional de Pascual, con la que el grupo buscar dar un salto cualitativo a su modelo internacional. Y cuantitativo. Si sus planes salen como están pensados, Pascual pasará de facturar 34 millones de euros a 70 en cuatro años y a rondar los 140 millones en ocho o diez años, según explica.

Pascual tiene presencia en 52 mercados y es líder en su segmento en algunos de ellos. Es en estos países en los que está más implantado en los que va a lanzar su nuevo modelo, basado en acuerdos para producir y distribuir localmente bajo modelos de “joint venture”. Se trata, dice Meléndez, “de países donde tenemos marca, que conocemos, y en los que tenemos un socio de referencia”. Con el modelo, Pascual aportará su experiencia y conocimiento del consumidor, además del “know how” para la producción de sus marcas, mientras que los socios contribuirán con su conocimiento del país, capacidad de distribución, estructura fabril y red comercial. El grupo calcula que, produciendo en los países de destino, se reducen los gastos entre un 30 y un 40%, lo que sumado al presumible incremento de ventas, les permitirán cuadrar las cuentas y crecer en ventas.

Los países en los que Pascual tiene más presencia y, por tanto, serán lanzadera de esta nueva estrategia, tienen todos un punto en común: son países en vías de desarrollo. Y su elección no es fruto del azar. Como explica Meléndez, se trata de lugares con “grandes ventajas” porque tienen una población joven para la que el consumo de proteína es fundamental. “Y para lograrla a precio asequible, están el pollo, el cerdo y los lácteos”. Además, añade, Pascual cuenta con una ventaja sobre sus competidores como es su gama de productos sin frío para países donde tener una nevera no es algo tan corriente como se pueda pensar. Angola, por ejemplo, supone alrededor del 15% del negocio internacional de Pascual, que es líder del mercado de yogures y ahora buscará ampliar su liderazgo a otros productos fabricando leche en polvo y batidos. En Guatemala, donde la compañía arandina ha creado una “joint venture” con Hermanos Castillo, un conglomerado con más de 90 empresas y presencia también en Honduras o Panamá; fabricará yogures de larga vida y bifrutas.