Opinión

El año que murió Elvis

Trabajadores en el mercado municipal Maravillas de Madrid
Trabajadores en el mercado municipal Maravillas de MadridAlberto R. RoldánLa Razón

Mi padre tenía un Seat 131 con el que íbamos a veranear a Los Alcázares. En aquella época las vacaciones, quien las tenía, se disfrutaban del tirón. Y entretanto yo, en la tele, veía «El monstruo de Sanchezstein». Que nadie busque ningún paralelismo, por favor. El año que murió Elvis, fue el primer y único año de nuestra historia reciente en que España sufrió una inflación anual superior al 20%. Un 26,39% para ser exactos. Y menos mal que fue solo un año, porque si se hubiera repetido un año más, el acumulado habría hecho que, por ejemplo, el alquiler de un piso de 500 euros pasara a 799, un carro de la compra de 90 euros a 144 y un café de 1,40 a 2,23. Y eso en solo dos años. ¿Qué sueldo podría aguantar eso?

El año que murió Elvis, fue el último en que España sufrió una inflación mensual que alcanzara el 3%. Bueno, para ser exactos el penúltimo. Porque el último fue el pasado marzo. El Instituto Nacional de Estadística (INE) informa en su página web del dato de IPC desde febrero de 1961. Estos 61 años tienen 732 meses. De todos ellos, los meses con mayor inflación por ese orden han sido: mayo de 1976, enero, julio y agosto de 1977 y marzo de 2022.

Digo todo esto para ponernos en perspectiva sobre la magnitud del dato que el INE nos confirmó hace unos días. Y sobre todo para tomar consciencias de la importancia de tomar medidas, de manera urgente, para limitar el alza de los precios.

Es cierto que las decisiones de política monetaria se toman en Francfort, sede del Banco Central Europeo. Pero no lo es menos que, desde España, también se puede afectar al nivel de precios desde la política fiscal que comprende gasto público e impuestos. Y viendo la magnitud del dato de marzo, no estaría de más que el Gobierno se pusiera las pilas y planteara un plan de contingencia para actuar en caso de que la inflación siguiera subiendo. Porque nadie quiere que la economía española vuelva a los tiempos de «Cuéntame».