Retrasa la recuperación
El Banco de España recortará otra vez el PIB de 2022 e insiste en no subir las pensiones con el IPC
Avisa que la temporalidad está bajando porque también cae el empleo y critica que la reforma laboral no ha contemplado medidas para hacer más atractiva la contratación indefinida.
La economía española no recuperará la riqueza que tenía antes de la pandemia hasta bien entrado 2023. Es lo que cree el Banco de España, que acaba de presentar su informe anual. También anuncia que revisará la baja el crecimiento del PIB para este año, aunque no avanza cifras todavía. El Banco de España reclama, una vez más, vez un pacto de rentas, que incluya también a los pensionistas, y una política fiscal selectiva. También sugiere más imposición al consumo –menor en España que en la Unión Europea– y, en el futuro, a la energía, los hidrocarburos y el transporte. Ve la economía plagada de incertidumbres. Plantea algunas objeciones a la reforma laboral. Hay más indefinidos, pero la reducción de la temporalidad podría proceder de la sustitución de empleo temporal por fijo, pero también de la destrucción del empleo temporal.
Desgrana una serie de retos ineludibles: impulsar creación de empleo, mejorar la formación, hacer frente a la desigualdad, incrementar el tamaño de las empresas, sacar el máximo provecho a los fondos Next Generation y el afrontar el reto de la consolidación fiscal, con especial incidencias en la revisión del gasto de las administraciones públicas. Propone más gasto en educación y en inversión pública. En pensiones, propone actuaciones en gastos, ingresos o en ambos. Son los mensajes principales del Informe Anual de la Institución y que incluye algunos que quizá no sean del agrado del Gobierno, aunque más de una parte del Gobierno que de otra.
El Banco de España ha presentado su Informe Anual, que es una especie de Hoja de Ruta para la economía, elaborado por el equipo que dirige el Gobernador Pablo Hernández de Cos. La recuperación de la actividad, que comenzó en el verano de 2020, tras el primer impacto negativo de la pandemia, prosiguió en 2021 y al principio de 2022, aunque con menor fuerza de lo esperado. Por otra parte, “la recuperación ha sido incompleta, rodeada de incertidumbres y heterogénea por áreas geográficas y ramas de actualidad”. Es decir, no ha sido igual para todos.
Luces y sombras
El diagnóstico de la economía española que hace el Banco de España incluye luces y sombras y levantará algunas ampollas en el Gobierno de Pedro Sánchez y en el que equipo económico que lidera Nadia Calviño. El PIB crece, pero en el primer trimestre del año todavía está un 3,4% por debajo del que había antes del comienzo de la pandemia, “mientras que en el conjunto del área euro, el PIB ya superó un 0,4% de las cifras precrisis”. España, en cualquier caso, no recuperará su riqueza anterior a la Covid 19 hasta bien entrado el año 2023.
Ángel Gavilán, director general del Banco de España, explicó en la presentación del Informe Anual que la “recuperación económica se enfrenta a obstáculos considerables, que son especialmente evidentes en la economía española, que precisa una política fiscal selectiva y un pacto de rentas”. Cree que las perspectivas, en el corto plazo, afectadas por la guerra de Ucrania son “muy inciertas”. Todo dependería de la respuesta de las políticas económicas, que han mitigado el impacto de la pandemia pero deben adaptarse a un entorno cambiante. Todo también tiene explicación, también el peor comportamiento de la economía española desde el principio. El elevado peso del turismo en la economía, la peor evolución del consumo privado, porque los hogares disponían de menos dinero y han optado por el ahorro, justifican el retraso en la recuperación. Además, el desequilibrio de las cuentas públicas todavía es muy elevado. Todas esas circunstancias aumentan las incertidumbres y aunque la exposición española a la guerra de Ucrania es reducida, los efectos indirectos del conflicto bélico sobre la economía “serán significativos”. El Banco de España, por otra parte, valora de forma positiva “los ERTE”, que “han sido efectivos a la hora de favorecer la reincorporación al empleo, aunque su efectividad parece disminuir a medida que aumenta su duración”.
La inflación es ahora una de las grandes preocupaciones del Banco de España y, sobre todo, lo que denomina “el riesgo de la materialización de efectos indirectos y de segunda vuelta”. Los primeros son los derivados del encarecimiento de los costos energéticos, que se trasladan al precio de otros bienes y servicios, ya que las empresas intentan mantener sus márgenes. Los segundos, son los originados por un repunte de la inflación que genera mayores subidas salariales –que también se trasladas a los precios de los productos-, porque los trabajadores tratan de evitar una pérdida de poder adquisitivo. Además, habría que incluir las subidas de las pensiones si se ligan, como ha ocurrido, al IPC. Señala además el gobernador sobre los tipos de interés que “habrá política monetaria expansiva mientras los tipos de interés no superen el 1 o el1,5%”.
El Banco de España defiende que estos efectos indirectos y de segunda vuelta no se han materializado en España de forma acusada, pero advierte de que existe ese peligro. Por eso, vuelve a proponer una vez más un “gran pacto de rentas”, en el que empresas y trabajadores compartan “la inevitable merma de renta parala economía nacional que implica el aumento de los precios de las importaciones de materias primas”. En definitiva, reclama ciertos sacrificios en salario y beneficios empresariales. Propone evitar cláusulas de indiciación automática de salarios a la inflación pasada o cláusulas de salvaguarda, compromisos plurianuales y compromisos explícitos de moderación de márgenes empresariales.
Los 20 céntimos benefician a las rentas altas
El Banco de España apunta que las previsiones indican que la inflación se moderará en los próximos meses, pero estas previsiones están sujetas a muchas incertidumbres y dependen, entre otras cosas, de la evolución de la guerra de Ucrania y de las políticas económicas. Además, la incidencia de la inflación sería muy heterogénea en los distintos tipos de familias y empresas españolas. De hecho, constata que, en los últimos meses, los hogares con menor renta, aquellos en los que la persona de referencia era mayor de 65 años y los que tenían educación secundaria o inferior afrontaron una inflación superior a la que soportaron los hogares con mayor renta, menor edad y mayor educación. Además, las estimaciones del Banco de España apuntan a que las rebajas de impuestos indirectos aprobadas en 2021 habrían reducido la inflación promedio más para los hogares con menor renta que para las familias de mayores ingresos. Por el contrario, la bonificación de 20 céntimos por litro de combustible sugiere que la inflación soportada por los hogares de mayor renta podría reducirse de forma más intensa que la enfrentada por los hogares de menor renta. En otras palabras, los famosos “20 céntimos” benefician más a las familias con más ingresos.
Retos
El Banco de España también enumera y describe los que considera retos y políticas parea un crecimiento sostenible y equilibrado de la economía española”. Identifica hasta 15, pero se centra en siete: 1) El reto de impulsar la creación de empleo y reforzar su estabilidad 2) el reto de la formación y el incremento de capital humano 3) el reto de hacer frente a la desigualdad 4) el reto de incrementar el tamaño empresarial, facilitar la reasignación sectorial y fomentar la innovación 5) el reto de sacar el máximo provecho a la ejecución del programa Next Generation 6) el reto de la consolidación fiscal y 9) los retos de las políticas europeas. Quizá los más urgentes y también importantes sean la creación de empleo y la consolidación fiscal.
Los responsables del Banco de España hacen una valoración ambivalente de la Reforma Laboral recién aprobada. Admiten que, en los últimos meses, la contratación indefinida se ha acelerado significativamente y la contratación temporal se ha reducido. Sin embargo, advierten de que la reducción de la temporalidad “podría provenir tanto de la sustitución de empleo temporal por fijo como de la destrucción de empleo temporal”. En definitiva, más empleo indefinido, pero menos empleo total. No obstante, el Banco de España considera que hace falta disponer de un tiempo más amplio para obtener conclusiones definitivas.
La consolidación fiscal es el otro reto verdaderamente capital de la economía española y su eterna asignatura pendiente. En definitiva, se trata de ajustar ingresos y gastos, para reducir -y en su caso eliminar- los déficits y también empezar a reducir la deuda pública, algo que en el mejor de los casos llevará décadas y será una rémora permanente. El Banco de España defiende una revisión exhaustiva del gasto de todas las Administraciones Públicas, con dos objetivos, incrementar la efectividad del gasto y distribuirlo donde promueva un crecimiento económico más robusto y equitativo. Propone aumentos de gasto en educación y en inversión pública para impulsar el crecimiento y reducir desigualdades. Por supuesto, y tampoco es una novedad, aborda la delicada situación económica del sistema de pensiones y, desde el lenguaje habitual de los bancos centrales propone “de acuerdo con las estimaciones disponibles, que incorporan las medidas recientemente adoptadas en este ámbito, hacer frente a los incrementos del gasto en pensiones que se derivarán del envejecimiento poblacional requerirá nuevas actuaciones de futuro por el lado de los ingresos, de los gastos o de ambos”. Traducción: la vinculación de las pensiones al IPC plantea más que retos, problemas y habrá que tomar medidas, entre ellas incluir a los pensionistas en el Pacto de Rentas, lo que significaría que también soportarían algún sacrificio.
Revisión tributaria
El Banco de España, por último, es partidario de una revisión integral del sistema tributario español. En Informe recuerda que los expertos en la materia opinan que “existen ganancias potenciales, en términos tanto de eficiencia como de equidad, provenientes de otorgar un mayor peso relativo a la imposición sobre el consumo frente a la imposición sobre la renta”. Como ya ha indicado en varias ocasiones, entiende que “una eventual recomposición de la cesta tributaria en España debería revisar el gasto fiscal asociado a los beneficios fiscales establecidos en la tributación sobre el consumo”. En resumen, eliminación progresiva de los tipos reducidos del IVA, algo que se compensaría -para las rentas menores- con distintos tipos de ayudas directas. La bonificación en los tipos del IVA, en definitiva, beneficia más a los ricos que a los pobres. Además, a medio y largo plazo, el Banco de España, para conseguir los objetivos medioambientales considera imprescindibles aumentos de impuestos en la energía, los hidrocarburos y el transporte. En definitiva, toda una verdadera hora de ruta que, casi toda seguridad, ni el Gobierno ni la oposición harán suya.
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