Macroeconomía
Sánchez deja más deuda, más inflación, menos crecimiento, más paro y al país en la cola de la recuperación de la UE
La situación económica de Irlanda pone en evidencia al Gobierno de España. Irlanda, con bajos impuestos y libertad económica, creció un 5,9% en 2020. España perdió un 10,8%. La política económica extractiva y confiscatoria del Gobierno de España ha sido un fracaso
La Comisión Europea ha vuelto a cercenar las estimaciones de recuperación de España. Desafortunadamente se ha convertido en algo habitual. España será el último país de la Unión Europea en recuperar el PIB de 2019. El dato ya es malo en sí mismo, pero es todavía peor si lo ponemos en el contexto del mayor estímulo fiscal y monetario de la historia reciente. El Gobierno de España es el que más ha acudido al endeudamiento y el apoyo del Banco Central Europeo (BCE) y, además, el primero que recibió fondos europeos. Tras consumir más de 200.000 millones de euros de apoyo fiscal y monetario, con el BCE comprando el 100% de las emisiones netas del Estado español, el resultado no podía ser más pobre.
Sánchez deja más deuda, más inflación, menos crecimiento y más paro que nuestros comparables. Grecia y Portugal, con más exposición al turismo y una economía mucho más débil, salen antes de la crisis y además reduciendo el paro más rápido. Su Gobierno se obstina en repetir que crecemos más que la media de la UE, pero rebotar no es crecer y, además, es falso.
Irlanda, con impuestos atractivos y un modelo económico de libertad y apertura, creció un 5,9% en 2020 cuando España se desplomaba un 10,8%, peor que Grecia y Portugal. En 2021, Irlanda creció un 13,5%, por encima de su tendencia prepandemia. España se quedó en un mísero 5,1% de rebote. En 2022, la Comisión Europea espera un crecimiento de Irlanda de 5,4% y de España un rebote de solo un 4%, convirtiendo a nuestro país en el último en recuperar el PIB de 2019. Hasta Portugal y Grecia lo hacen mejor sin aumentar tanto la deuda y el déficit como el Gobierno español.
El paro en Irlanda será del 4,9% en 2022 según la Comisión Europea, en España del 13,4%, solo equiparable al desempleo de Grecia. La deuda de Irlanda se situará en el 50,3% del PIB en 2022 y con un déficit de menos del 0,4% del PIB. España cerrará 2022 con una deuda de 115% sobre PIB, según la Comisión, y el mayor déficit de la Unión Europea, 4,9% del PIB.
Irlanda ha vuelto a demostrar que la mejor política social es atraer riqueza, inversión y empleo. Sus servicios públicos no solo no han sufrido por tener una política fiscal atractiva, sino que los países de Europa con fiscalidad atractiva, Irlanda, Luxemburgo, Holanda y otros han demostrado mantener unos servicios públicos excelentes con una fiscalidad orientada al crecimiento y no al expolio.
Las nuevas estimaciones de la Comisión Europea no dejan lugar a dudas. Las políticas del Gobierno de Sánchez dejan al país en la cola de la recuperación y a la cabeza en endeudamiento y aumento de la presión fiscal.
La política económica extractiva y confiscatoria del Gobierno de España ha sido un fracaso incuestionable que va a dejar secuelas muy negativas en la economía española. No es solo Irlanda. En la Unión Europea hay doce países con mejor fiscalidad y mejor desempeño.
Portugal decidió mantener las ventajas fiscales a la inversión y rentas altas y también deja en ridículo la política extractiva de Calviño y Montero. Recuperará el PIB de 2019 ya en 2022 y deja a España en un pobre lugar tanto en paro (5,7% en Portugal 2022), déficit (-1,9% del PIB) y reducción de deuda, ya que según la Comisión Europea reducirá la deuda de 135% a 119% sobre PIB, mientras España la reducirá solo 5 puntos y eso si lo hace, que es debatible.
Los que dicen que el ejemplo de Irlanda no vale porque es «un paraíso fiscal», simplemente mienten. Como ya hemos dicho, hay doce países en Europa con fiscalidad más atractiva que España. Nuestro país está entre los cinco países con mayor esfuerzo fiscal de Europa, según el Instituto de Estudios Económicos y el Círculo de Empresarios. España tiene más economía sumergida, empresas más pequeñas y mucho más paro que nuestros comparables, y las subidas de impuestos constantes de los gobiernos solo han llevado a empeorar esos tres problemas cuando vemos los datos comparados con los socios comunitarios.
Tras consumir 200.000 millones de euros de estímulo fiscal y monetario, el Gobierno de España vuelve a demostrar que subir impuestos y aumentar gasto corriente político es una política antisocial.
Irlanda, al igual que muchos otros socios europeos, nos vuelven a recordar que existen numerosos ejemplos de impuestos bajos, alto crecimiento y servicios públicos excelentes que demuestran que la verdadera política social es el crecimiento y la inversión.
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