Impuestos

Ayuso muestra a Calviño qué es responsabilidad fiscal

Madrid tiene la menor deuda de todas las regiones, registró superávit y aporta el 70% de la caja común con impuestos atractivos

La Comisión Europea ha avisado a España por su elevada deuda y alto paro, y exige un plan de consolidación fiscal creíble. En su informe, critica la subida de las pensiones y sueldos públicos con el IPC y el aumento de gasto, pidiendo una política fiscal «prudente», limitando el gasto a nivel nacional por debajo del crecimiento potencial a medio plazo. Bruselas pide responsabilidad fiscal y una senda creíble de reducción de deuda.

La respuesta del Gobierno ha sido anunciar ese mismo día un aumento de la contratación pública de 30.000 puestos adicionales, la mayor de la historia reciente, que serán financiados con más deuda. A eso se añade que el Gobierno ya ha disparado la contratación pública desde marzo de 2019 en más de 306.000 personas. Ese exceso de contratación pública pone en peligro el salario de los funcionarios actuales al hacer las cuentas insostenibles y además es un truco para presentar unas cifras de reducción de paro a todas luces decepcionantes. La Comisión Europea y Eurostat certifican que el Gobierno de España ha consumido el mayor estímulo monetario de sus economías comparables, ha sido el que más ha aumentado la deuda y el que peor recupera el PIB y el empleo, Grecia y Portugal lo hacen mucho mejor y además tienen mayor exposición al turismo.

En un ejercicio sorprendente de echar balones fuera, Nadia Calviño ha dicho a Isabel Díaz Ayuso que Bruselas exige «responsabilidad fiscal» como si la Comunidad de Madrid fuera irresponsable.

La realidad es que la Comunidad de Madrid ha demostrado ser más responsable y, además de mejorar las cuentas públicas, ha dejado respirar a los contribuyentes con una fiscalidad atractiva.

La Comunidad de Madrid registró superávit presupuestario en 2020 y 2021, y tiene la menor deuda de todas las comunidades autónomas, un 14,8% del PIB comparado con una media de 25,9%. Todo ello lo hace aportando el 70% de los fondos de la caja común para garantizar los servicios públicos fundamentales. Es decir, la Comunidad de Madrid es la más solidaria y, además, la más responsable fiscalmente, y lo hace con impuestos atractivos y apoyo al tejido productivo. La Comunidad de Madrid, además, tiene menos economía sumergida, un 16,2%, que la media nacional y el resto de las comunidades autónomas, que se mueven entre el 20% y el 29% del PIB. Incluso el País Vasco tiene un 17%. Según el Instituto de Estudios Económicos, una fiscalidad orientada al crecimiento es clave para esa menor tasa de economía no reglada.

La Comunidad de Madrid ha demostrado que se pueden mantener servicios públicos excelentes, combatir la pandemia, crear empleo, generando casi un tercio de todos puestos de trabajo creados en la recuperación, y mantener una fiscalidad que facilite la inversión y el crecimiento de la economía.

Lo que demuestra la realidad es que la consolidación fiscal aumentando gastos corrientes e impuestos de Calviño y Montero ha sido un auténtico fracaso. El Gobierno de España ha duplicado el déficit estructural hasta ser el mayor de la Unión Europea, 50.000 millones de euros anuales, ha aumentado la deuda más que ninguno comparable, 200.000 millones, y deja la peor recuperación de todo nuestro entorno.

Disparar el gasto y subir impuestos nunca genera una consolidación fiscal sostenible. Los pocos ingresos que se rascan expoliando a los contribuyentes al no deflactar los impuestos a la inflación y subir varias figuras, se desvanecen en cuanto se ralentiza la economía o llega una recesión, pero los gastos se consolidan y aumentan anualmente generando un agujero imposible de solventar. El Gobierno, en época de bonanza, dice que hay que gastar porque se inventa que gastamos poco, y en época de crisis dice que hay que gastar todavía más y nunca consolida las cuentas, aumentando la deuda sin control y pasando al siguiente el agujero.

Calviño y Montero siguen creyendo que subiendo los impuestos van a reducir la deuda, y la realidad muestra lo contrario. España no recauda menos que la media de la Unión Europea porque tenga impuestos bajos, sino porque tiene mucha mayor economía sumergida, que no puede emerger por el enorme coste fiscal, mucho mayor paro, que no se reduce lo suficiente por el enorme coste de contratación, y empresas mucho más pequeñas, que no pueden crecer por los escollos fiscales y burocráticos. España es un ejemplo más del error de la política extractiva y confiscatoria a la argentina, cuanto más sube los impuestos, menos crece, menos ingresa a medio plazo y menos empleo crea.

Efectivamente, Calviño debería mirar el ejemplo de Ayuso en la Comunidad de Madrid. Impuestos atractivos, dejar respirar a empresas y familias, y –gracias a ello– más solidaridad con los demás, mejor consolidación fiscal, menor déficit y deuda, y mejor crecimiento. No hay mejor política social que dejar que los contribuyentes lleven a cabo su proyecto personal en libertad. El socialismo solo busca enemigos externos para disfrazar su fracaso.