Textil

Qué es la “moda rápida” y por qué puede ser una amenaza para el planeta

La “fast fashion” genera mucho volumen de ventas con precios “tirados”, pero el sector se queja del “desprestigio” para otras marcas que sí cuidan más su calidad e impacto ambiental. 900.000 toneladas de ropa terminan cada año en vertederos

Dos personas sujetan dos bolsas después de entrar a la primera tienda física temporal de Shein en Madrid,el pasado 2 de junio
Dos personas sujetan dos bolsas después de entrar a la primera tienda física temporal de Shein en Madrid,el pasado 2 de junioCézaro De LucaEuropa Press

La industria textil se recuperó en España un 19 % durante los cinco primeros meses de 2022, según el barómetro de la Asociación Nacional del Comercio Textil (Acotex), y con ella, los riesgos ambientales asociados a la ‘fast fashion’ que perjudican al resto del sector. Este crecimiento se produce tras una caída del 40 % en 2020 y del 13 % en 2021 pero lleva incluido el de la “moda rápida” o de usar y tirar que, de acuerdo con Eduardo Zamacola, presidente de Acotex, implica “mucho volumen, mucha rotación y precios tirados”, además de generar problemas que suponen un “desprestigio” para otras compañías que cuidan más su calidad y su impacto ambiental.

La industria de la moda era, ya en 2015, responsable del consumo de 79 billones de metros cúbicos de agua, 1.715 millones de toneladas de emisiones de carbono y 92 millones de toneladas de residuos, según los datos recopilados entonces por el Parlamento Europeo, en un informe en el que alertaba del aumento del 50 % de estas cifras para 2030 si el modelo de negocio no cambia. Otro estudio publicado por la Asociación Ibérica de Reciclaje Textil (ASIRTEX) advertía a finales de 2020 de que más de 900.000 toneladas de ropa termina cada año en vertederos.

El gigante chino Shein

El problema, de acuerdo con la responsable de biodiversidad y consumo de Greenpeace, Celia Ojeda, se ve acentuado por la ‘fast fashion’ que produce “grandes cantidades de ropa y genera un elevado impacto ambiental” en tres ámbitos: “la destrucción de hábitats, la cantidad de emisiones y la contaminación de aire y agua”.O jeda y Zamacola incluyen en esta tipología a marcas como el grupo textil chino Shein, cuyo modelo se basa en “mucha rotación y mucho volumen a precios muy tirados” y que ha sido valorado en una reciente ronda de financiación en EEUU en 92.000 millones de euros, más que la suma de Inditex y H&M juntas, valoradas en 62.000 millones y 18.500 millones de euros, respectivamente.

Vaqueros de 5 euros y 7.500 litros de agua

Según el presidente de Acotex, Shein “hace muchísimo daño al sector”, porque “si un pantalón vaquero cuesta 5 euros, cuando detrás de cada prenda hay un equipo de diseño, de planchado, lavado y etiquetado, uno de mercadotecnia..., ya me dirás tú qué le estoy trasladando al consumidor: que no vale nada”. Por ejemplo, la fabricación de ese mismo pantalón, recuerda Ojeda, precisó “7.500 litros de agua, cantidad equivalente a la que bebe de media una persona en siete años”.

Microtemporadas

En cuanto a la sobreproducción de ropa, “nos han incitado a comprar y consumir de manera masiva porque nos lo han puesto delante de los ojos y nos han dicho que tener más es mejor”, lamenta la portavoz de Greenpeace, lo que ha derivado en la creación artificial de “más de 50 microtemporadas, que son casi tantas como semanas tiene un año”. Y “a mayor consumismo, mayor contaminación”, ha agregado Zamacola, aunque también es cierto que tras la gran caída de negocio provocada por la crisis del coronavirus, ahora mismo “la prioridad no es la sostenibilidad, sino la supervivencia”, con el riesgo añadido de que, si la Unión Europea decide imponer nuevos impuestos ambientales a la industria “desaparecerían los márgenes de beneficio y tendríamos que cerrar las tiendas”.

Una de las formas de afrontar el problema es aplicar un proceso de economía circular en el sector abordando “el reciclaje de productos para que el consumidor, en vez de tirar la prenda, pueda devolverla a la tienda para poder reutilizar las materias primas”, si bien este tipo de acciones requiere inversión. Ojeda ha añadido que el consumidor también debe colaborar ¿empezando a comprar de forma diferente¿, con opciones como ¿utilizar mucho lo que tienes en el armario o combinar de manera diferente lo que ya tienes¿, además de arreglar las prendas o comprar artículos de segunda mano. Efe