Mercados
El BCE se reúne de urgencia para atajar el “incremento desordenado” de las primas de riesgo
Lagarde prepara una batería de medidas para poner freno al rápido deterioro que han sufrido las primas de riesgo en las economías más débiles, como la española
“No vamos a tolerar cambios en las condiciones de financiación que vayan más allá de los factores fundamentales y que amenacen a la transmisión de la política monetaria”. Esta advertencia lanzada ayer por Isabel Schnabel, miembro del Comité Ejecutivo del Banco Central Europeo (BCE), se ha consumado hoy con la convocatoria de una reunión de urgencia del Consejo de Gobierno del Banco Central Europeo (BCE) para tomar medidas ante el inesperado movimiento alcista de las condiciones de los mercados de financiación, que ha llevado a que las rentabilidades exigidas a los bonos en la mayoría de los países de la Unión Europea, pero especialmente en Italia o España, se hayan disparado y sus valores hayan alcanzado esta semana niveles de 2014, por encima del 4% en el caso de la deuda transalpina y del 3% en el de la española.
La propia presidenta del BCE, Christine Lagarde, recordó la semana pasada que el BCE dispone de instrumentos para combatir la fragmentación, como la capacidad de reinversión de la deuda adquirida bajo el programa antipandemia (PEPP), que será implementada con total flexibilidad de tiempo y jurisdicciones. “Como ya hemos demostrado, desplegaremos otros instrumentos existentes o aquellos necesarios para evitar que la fragmentación impida la adecuada transmisión de la política monetaria”.
Esta cita de urgencia puede marcar una nueva estrategia del banco emisor y anunciar nuevas herramientas que pongan freno al rápido deterioro que han sufrido las primas de riesgo en las economías más débiles de la euro, sobre todo las del arco sur, como España, Italia o Grecia.
Aunque han reconocido que no se ha marcado un nivel específico para las primas de riesgo o para los rendimientos de la deuda, ha advertido de que “no toleraremos una fragmentación que impida la transmisión de la política monetaria”, aunque, de momento, no ve motivos inmediatos para ordenar la intervención del BCE ni para cambiar su decisión de dar por terminado su programa de compra de activos y de subir los tipos de interés -que en primer término los ha elevado en 25 puntos básicos para el mes que viene- durante este año -ya ha anticipado otra subida de la tasa en septiembre-. Ahora, con las alarmas encendidas, el BCE debe decidir la intensidad con la pondrá en marcha sus medidas correctivas, que dependerá de la evolución de las perspectivas de inflación.
La rentabilidad exigida en el mercado secundario al bono español con vencimiento a diez años alcanzaba el martes el umbral del 3% por primera vez desde mayo de 2014. El diferencial del bono español a diez años respecto del bono alemán equivalente (la conocida como prima de riesgo), que se consolidó por encima de los 100 puntos básicos desde principios de mayo, ha acelerado su incremento en la última semana desde el entorno de los 110 puntos básicos antes de la reunión del BCE del pasado jueves hasta rondar los 130 puntos básicos actualmente. A media mañana de hoy y una vez conocida la reunión del BCE, el rendimiento de la deuda española a largo plazo bajaba del 3%, a la espera de ver las medidas que toma. Ahora mismo, el interés del bono español descendía 12,2 puntos básicos y se situaba en el 2,982% y la prima de riesgo se establecía en 125,9 puntos básicos, casi diez menos que al cierre del martes. Esto sucedía porque el interés de la deuda alemana bajaba menos a esta hora, solo 2,1 puntos básicos, hasta el 1,723%.
Los mercados también estarán hoy pendientes de la posible decisión de la Reserva Federal de Estados Unidos de volver a subir los tipos de interés en una reunión que ha generado expectativas por la posibilidad de que se anuncie un incremento del 0,75%, ante el inesperado repunte de la inflación en mayo. Hace unos días, la Oficina de Estadísticas Laborales reveló que el índice de precios al consumo se disparó hasta el 8,6% el mes pasado, la cifra más alta de los últimos cuarenta años y ligeramente por encima de la esperada por los analistas, especialmente después de que en abril la inflación registrara su primera bajada en siete meses. Por eso, aunque la Fed había planeado inicialmente subir los tipos de interés gradualmente en incrementos de medio punto, ya no se descarta que el banco central opte por una política fiscal más agresiva y suba los tipos 0,75 puntos este miércoles.
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