Opinión

El FEGA debe ponerse la pilas

El organismo debe despejar las dudas sobre la nueva PAC

Vista de un olivar en la provincia de Córdoba
Vista de un olivar en la provincia de CórdobaSalasAgencia EFE

En el Fondo Español de Garantía Agraria (FEGA), organismo autónomo del Ministerio de Agricultura, van a tener que ponerse las pilas. Luis Planas ha decidido concentrar en él, que ha cambiado de máximo responsable hace poco, la tarea de diseñar la aplicación de la mayoría de las reglas del juego de la nueva PAC que se aplicará en España a partir del 1 de enero de 2023, pero que ya afectarán a las siembras que se realicen en las próximas semanas. Urge que se despejen las dudas, que son muchas, sobre esas nuevas reglas. La semana pasada tuvo lugar una reunión sobre esta cuestión de una delegación del ministerio con los responsables de las comunidades autónomas. El encuentro bien puede calificarse de puro trámite porque los miembros del equipo de Planas no respondieron a una parte de las consultas y dudas planteadas por los segundos. Habla el ministro de hacer una campaña de información a los beneficiarios de las ayudas de la PAC para dar a conocer las reglas del juego. Loable propósito que, para ser eficaz, debe reunir dos condiciones: la primera, que los del ministerio, y más en concreto el FEGA, tengan claras las cosas y sepan las respuestas a las dudas que existen; la segunda, que lo hagan con mucha rapidez porque los beneficiarios de las ayudas, especialmente los agricultores, tienen que sembrar, o por lo menos adoptar sus decisiones de siembra, ya mismo.

Eso por un lado. Por el otro, al FEGA compete también, salvo que cambien las cosas, calcular los importes de las ayudas que se van a recibir en cada una de las explotaciones a partir del año que viene. Dejando al margen la decisión de cada uno de los beneficiarios de acogerse a los ecoesquemas que se han diseñado, que es voluntaria, la realidad es que cuando se reciba esa comunicación (todo apunta a que será a principios de 2023) en bastantes explotaciones se llevarán sorpresas muy negativas, porque la cantidad de dinero que recibirán bajará mucho en relación con las cifras actuales. Planas va a tener bastante difícil explicar esos recortes a los que bien podrían comenzar a llamarse en sentido irónico «el planazo».