Energía
Cepsa prueba por primera vez en España biocombustibles avanzados en un barco
El uso de estos carburantes puede llegar a disminuir las emisiones de gases de efecto invernadero hasta en un 85% en comparación con los fósiles tradicionales, según la energética
A diferencia de otros medios de transporte como el tren o el coche, la descarbonización a través del uso de motores eléctricos es una opción todavía lejana en el caso del transporte aéreo y casi imposible en el del marítimo. Por eso, la apuesta por combustibles menos contaminantes es la vía más realista y a mano para avanzar en la reducción de emisiones en ambos medios de transporte. Y en progresar por este camino andan las petroleras. Cepsa ha realizado con éxito la primera prueba en España de biocombustibles avanzados (2G) en uno de los barcos que utiliza la compañía, el Montestena, propiedad de Ibaizabal, según ha informado la energética.
El biofuel utilizado en la prueba, producido a partir de aceites usados (con certificado de origen sostenible de ISCC) y combustible de muy bajo azufre (VLSFO, por sus siglas en inglés) fue cargado en la planta de Bioenergía de Cepsa, situada en el Parque Energético San Roque (Cádiz), y suministrado por una de las embarcaciones que la compañía utiliza en sus operaciones de bunkering en la bahía de Algeciras. Previamente, la compañía había sometido este biocombustible a análisis y ensayos en su Centro de Investigación para verificar que cumple con todas las especificaciones y estándares de calidad. Los resultados de la prueba, que ha durado varias semanas, “han demostrado un óptimo funcionamiento y rendimiento de los motores”, según ha asegurado la empresa.
Cepsa ha asegurado que, en vista de estos resultados, ya está preparada para ofrecer estos biocombustibles avanzados a sus clientes del sector marítimo, quienes ya han mostrado interés. La energética asegura que el biocombustible se puede utilizar en los buques sin realizar modificaciones y tiene como característica que está prácticamente libre de óxido de azufre (SOx) y con un elevado potencial de reducción de las emisiones de CO2 frente a los combustibles fósiles habituales. Mediante la utilización de estos biocombustibles la empresa afirma que se puede llegar a disminuir las emisiones de gases de efecto invernadero de todo el ciclo de vida -desde la producción del combustible hasta su uso a bordo del buque (well-to-wake)- hasta en un 85%, en comparación con los combustibles fósiles tradicionales.
Objetivo: liderar el sector
El desarrollo de estos biocombustibles se enmarca en el plan estratégico 2030 de Cepsa, “Positive Motion”, mediante el que la compañía impulsa la descarbonización del transporte pesado (marítimo, aéreo y por carretera) a través de la producción de moléculas verdes, principalmente biocombustibles e hidrógeno verde. En concreto, Cepsa aspira a liderar en 2030 la fabricación de biocombustibles en España y Portugal, con una producción anual de 2,5 millones de toneladas.
Junto a estos biocombustibles, Cepsa ofrece a sus clientes de transporte marítimo alternativas bajas en carbono, como el gas natural licuado (GNL). Esta apuesta, según asegura, está en sintonía con el conjunto de medidas “Fit for 55″ de la Comisión Europea, que incluye la iniciativa legislativa “FuelEU Maritime”, cuyo objetivo es impulsar el uso de combustibles alternativos sostenibles en el transporte marítimo para alcanzar una reducción de la intensidad de emisión de gases de efecto invernadero del 2% en 2025, 6% en 2030 y 75% en 2050, en comparación con los niveles de 2020.
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