Un «Rallo» deslumbrante

Miguel Hernández (1910-1942), el poeta de Orihuela, el de las Nanas de la Cebolla, también compuso el rutilante poemario «El rayo que no cesa». Muchos años después, en la misma España brilla la inflación, moderada al 6,8% –muy alta– para jolgorio del Gobierno, aunque Juan Ramón Rallo ya advirtió en estas páginas de algunas «trampillas» en su cálculo, pero esa es otra historia.

Rallo, doctor en economía y un liberal esférico –es decir, por todas partes– acaba de publicar un libro tan enciclopédico como deslumbrante, llamado a ser un referente durante muchos años: «Anti-Marx, crítica a la economía política marxista» (Deusto). Son dos tomos –casi 1.700 páginas en total– que componen una obra capital para cualquier fondo de biblioteca económica. Es, claro, una lectura exigente, quizá para especialistas –como lo es El Capital–, pero cuya existencia debería conocer cualquiera que esté interesado por la política y la economía.

El propio Rallo explica la importancia de Marx (1818-1883) un personaje con una influencia equiparable a Jesucristo o Mahoma o, al menos, a Lutero, Buda o Confucio, con la diferencia de que sus ideas triunfaron desde la «ciencia» y no desde la fe. «O al menos –escribe Rallo– lo hicieron aparentemente». El titulo «Anti-Marx» evoca el «Anti-Dühring» de Engels (1820-1895), compañero de Marx, publicado para criticar al filósofo socialista que refutaba las tesis del autor de El Capital.

El libro de Rallo –que requiere una lectura reposada y tiempo por su extensión y erudición– es la crítica integral más extensa y ordenada de la teoría económica marxista, alejada de cualquier animadversión personal hacia Marx. Rallo parte del hecho de que «la crítica permite mostrar la superioridad de las ideas que salen victoriosas de la crítica» y precisa que «la historia de las ideas también avanza entre contradicciones». «Anti-Marx» es uno de esos libros tan importantes que solo aparecen cada mucho tiempo. Antes o después –sobre todo por su extensión y rigor– será traducido, sobre todo al inglés, y se convertirá en un clásico. Tiempo habrá para el estudio detallado, un esfuerzo que merece mucho la pena, de este Rallo –con «ll»– deslumbrante, que tampoco cesa, como el del poeta Miguel Hernández.