Un año sin que el IVA reducido llegue a los productos sanitarios

Ya ha pasado un año desde que los ministros y ministras del Consejo de Asuntos Económicos y Financieros de la Unión Europea (ECOFIN) pactasen la reforma de la directiva europea del IVA. ¿El objetivo? Que los Gobiernos nacionales –sin necesidad de pasar por Bruselas– puedan fijar tipos de IVA reducidos o cero a productos y servicios que satisfacen necesidades básicas. Por ejemplo, los productos sanitarios, que el texto del acuerdo menciona expresamente. En concreto, cita los «equipos, aparatos, dispositivos y artículos médicos, así como el material auxiliar y los equipos de protección».

Son doce meses tras el acuerdo del ECOFIN y nueve meses después de la publicación de la reforma de la directiva europea del IVA (abril de 2022) sin que España haya dado paso alguno al respecto. Cabe destacar que, en la actualidad, aproximadamente el 85% de los productos sanitarios en nuestro país tienen un IVA del 21% –el tramo impositivo más alto–, lo que le convierte en uno de los estados europeos que aplica una mayor tasa de IVA a bienes que, tal y como ha demostrado la pandemia, son imprescindibles para la salud de la población y esenciales en situaciones de emergencia.

El Gobierno ya lo ha hecho una vez. A lo largo de la pandemia de la Covid-19 aplicó el 0% de IVA a productos vinculados al abordaje del nuevo coronavirus. Sin embargo, más allá de medidas temporales, fuentes del sector sanitario defienden políticas estables y mantenidas en el tiempo en este sentido. Una reducción del IVA para todos los productos sanitarios, alegan, aumentaría la disponibilidad de recursos para mejorar la asistencia sanitaria.

«El ahorro que supondría para el conjunto de sistemas de salud autonómicos sería superior a los 1.000 millones de euros, según nuestras estimaciones», señala Margarita Alfonsel, secretaria general de la Federación Española de Empresas de Tecnología Sanitaria (Fenin), que representa a cerca de 500 empresas fabricantes y distribuidoras.

Con este ahorro «se podrían realizar las inversiones en tecnología que nuestro Sistema Nacional de Salud (SNS) necesita para reducir su actual nivel de obsolescencia», indica. Y es que más del 60% de los equipos instalados en hospitales y centros de salud tienen una edad superior a 10 años, según se pone de manifiesto en el informe «Perfil tecnológico hospitalario en España 2021» publicado por Fenin.

Aplicar tipos de IVA reducidos o cero permitiría a los servicios de salud de las comunidades autónomas acometer inversiones para renovar el equipamiento o bien incorporar innovaciones tecnológicas. «Así mismo, tendría un gran impacto en una mayor accesibilidad de los pacientes a las tecnologías sanitarias, que son los usuarios finales de estos productos, especialmente para aquellos con menores recursos económicos», asegura Alfonsel.

Así, esta Federación se ofrece a trabajar con el Gobierno y, en concreto, con el Ministerio de Hacienda y Función Pública –a cuya titular, María Jesús Montero, Fenin ha remitido una carta–, para que se analice el impacto que esta medida tendría para los pacientes y los servicios de salud, y construir una hoja de ruta conjunta.

«Seguiremos fomentando el diálogo y ofreciendo nuestra colaboración a la administración y continuaremos incidiendo en las ventajas de aplicar esta reducción para los sistemas de salud y la sociedad», afirman fuentes de la asociación, que confían en que el Ejecutivo sea favorable a la reducción impositiva de los productos sanitarios.