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Andrés González, economista, analiza el importe correcto para dar en las bodas: “Depende”
La pregunta de cuánto dinero regalar en una boda vuelve a la mesa: un experto asegura que los 150 euros de rigor ya no cubren el cubierto, y califica estos enlaces como una destrucción de riqueza

La temporada de bodas trae consigo una pregunta que atormenta a miles de invitados cada año: ¿cuánto dinero es apropiado regalar? Lo que para muchos es un gesto de cariño, para otros se convierte en un verdadero quebradero de cabeza financiero. Según el economista Andrés González, la cifra que se maneja habitualmente en España como un estándar no escrito ronda los 150 euros por persona. Este importe se ha consolidado como el punto de partida para un debate que va mucho más allá del simple detalle con los novios, adentrándose en el terreno de las expectativas sociales y la economía personal.
Sin embargo, la cuestión no es tan sencilla como fijar una cantidad universal. A la pregunta del millón, el economista responde con una palabra que ya se ha hecho viral en su perfil de TikTok: "Depende". González sostiene que el regalo debería, en teoría, ajustarse a la calidad y el coste del evento, un factor que complica enormemente el cálculo para los asistentes. El principal problema, según apunta, es que esos 150 euros a menudo ni siquiera alcanzan para cubrir el coste real del cubierto que los novios pagan por cada uno de sus invitados, lo que genera una situación delicada tanto para quien regala como para quien recibe.
En este sentido, esta cifra de referencia ha generado un intenso debate social. Mientras que una parte de la población la considera una cantidad justa y razonable, otra corriente de opinión defiende que las expectativas han cambiado drásticamente. Para este segundo grupo, la aportación mínima debería ascender ya a los 250 euros o incluso más, especialmente en las grandes ciudades, lo que refleja una creciente presión social sobre el bolsillo de los invitados, a menudo agravada por la inflación y el coste de la vida.
Más allá del sobre: los otros gastos de los invitados
Por otro lado, es fundamental tener en cuenta que el regalo en metálico es solo una parte de la inversión total que supone acudir a una boda. Para la mayoría de los asistentes, la celebración implica una serie de gastos fijos ineludibles. Estos desembolsos adicionales incluyen el desplazamiento hasta el lugar del enlace, el coste del alojamiento si la boda se celebra fuera de su ciudad de residencia y, por supuesto, la compra de una vestimenta adecuada para la ocasión, gastos que pueden superar con creces el propio regalo.
Además, la presión por acertar con la cantidad ha hecho que ganen popularidad las alternativas al tradicional sobre. Cada vez más parejas optan por crear listas de boda en tiendas o facilitar un número de cuenta para contribuir a su luna de miel. Estas opciones, si bien eliminan la incertidumbre sobre el importe, no resuelven el dilema de fondo sobre cuál es la aportación esperada y pueden seguir generando incomodidad entre quienes disponen de un presupuesto más ajustado.
Con todo, la visión del economista sobre estos eventos es contundente y poco romántica. Desde una perspectiva puramente financiera, Andrés González concluye que las bodas son una categoría de gasto que, lejos de generar un retorno o un valor tangible a largo plazo, simplemente "destruye riqueza" para ambas partes: tanto para los que se casan, que asumen una deuda considerable, como para los que asisten, que afrontan un desembolso importante por un evento de apenas unas horas.