Opinión
Calviño, la ambición y su sueldo de 400.000 euros
El BEI es otro paso en su carrera. Tiempo al tiempo
En menos de una semana Nadia Calviño, la ambición personificada, ha sido protagonista en varias ocasiones. La primera, con motivo de su cese en el Gobierno español. La segunda, por el discurso triunfalista durante el traspaso de la cartera a su sucesor al frente del Ministerio de Economía. La tercera, al aparecer sonriente y contenta en el palco de la famosa sala de conciertos de Viena donde tiene lugar el de Año Nuevo. La cuarta, porque se supone que ya es la nueva máxima responsable del Banco Europeo de Inversiones (BEI), con un sueldo más que aceptable, vamos, de cerca de 400.000 euros al año, que se ve completado con un tratamiento fiscal que firmaríamos todos ahora mismo, y con otras prebendas varias, entre las que figuran los derechos a una futura pensión, que multiplica por bastante la cuantía de la máxima española.
Calviño, una protegida del fallecido Pedro Solbes y también de Joaquín Almunia, hizo carrera de alta funcionaria, primero en Madrid y luego en Bruselas, a la sombra de ambos, cuando estos ocuparon puestos de comisario en la capital comunitaria. En 2018, y como barruntaba que Pedro Sánchez podía llegar a presidente del Gobierno, intentó todo lo posible para acercarse a la que estaba llamada a ser su mano de derecha e izquierda, la cordobesa Carmen Calvo. Y logró su objetivo, dejando de ser directora general de Presupuesto de la Comisión Europea para ponerse al frente del Ministerio de Economía de España, como paso previo para volver otra vez a Bruselas de comisaria española. No pudo ser porque se cruzaron Sánchez y Borrell en su camino, pero esa es otra historia. Desde entonces ha intentado «largarse» de España en cuanto ha tenido ocasión: que si al Fondo Monetario Internacional, que si al Eurogrupo, hasta que, al final, a la tercera ha sido la vencida.
Se despidió con un discurso triunfalista que los hechos desmienten una y otra vez. Pondré tan solo un ejemplo: en los cinco años largos que ha sido responsable de la economía española, nuestro país ha perdido tanta riqueza que puede volver a ser beneficiario del Fondo de Cohesión, aunque Sánchez no lo pida. La ambición de Calviño no conoce límites y el BEI es otro paso más en su carrera. Tiempo al tiempo.
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