Claves
Huelga de agricultores en España: ¿Cuáles son sus demandas al Gobierno?
Las movilizaciones constituyen una llamada de atención a las instituciones por la forma de gestionar la Política Agraria Común
Los agricultores y ganaderos españoles han levantado su voz con firmeza, decididos a no ceder hasta que sus demandas sean escuchadas y atendidas de manera concreta. Las protestas, que han irrumpido en las calles de ciudades como Sevilla, Zamora, Murcia o Valladolid en la última semana, continúan resonando en toda España, intensificándose desde este martes con cortes en carreteras en comunidades como Cataluña, y el ministro de Agricultura, Pesca y Alimentación, Luis Planas, ha expresado su voluntad de dialogar, aunque las organizaciones profesionales exigen medidas tangibles y efectivas.
La frustración y el malestar en el sector agrario son palpables, exacerbados por las condiciones restrictivas y la burocracia asociada a las normativas comunitarias. Los altos precios, agravados por la situación en Ucrania y la sequía, han generado una creciente inquietud entre los agricultores y ganaderos, quienes reclaman un plan de acción ambicioso que aborde de manera integral las preocupaciones del sector, tanto a nivel nacional como europeo. A la par de las peticiones particulares de cada nación miembro, las protestas que se están llevando a cabo en gran parte de la Unión Europea constituyen una llamada de atención a las instituciones comunitarias por la forma de gestionar la Política Agraria Común (PAC).
Competencia desleal extracomunitaria
Una de las principales preocupaciones del sector es la competencia desleal proveniente de países extracomunitarios, como Marruecos. Las importaciones a bajo precio de productos agrarios de terceros países amenazan la viabilidad de las producciones locales y generan una competencia injusta. Los agricultores exigen un aumento de los controles en las fronteras para garantizar que los productos importados cumplan con las normativas internas de la UE y las cantidades arancelarias establecidas en los acuerdos de libre comercio.
"Los agricultores luchan frente a un mercado desregulado que importa productos agrarios de terceros países a bajo precio que presionan a la baja los de la UE y a los producidos en España. Estas producciones extracomunitarias no cumplen las normativas internas de la UE y representan una contradicción e hipocresía en la actuación política de la UE, entre la política comercial y la política agraria común propia", destacan en su comunicado conjunto la Asociación Agraria Jóvenes Agricultores (ASAJA), la Coordinadora de Organizaciones de Agricultores y Ganaderos (COAG) y la Unión de Pequeños Agricultores y Ganaderos (UPA).
Además, se alzan voces contra los acuerdos de libre comercio que, según los agricultores, agravan sus problemas. La resistencia a la ratificación de acuerdos como el de Mercosur y la demanda de una recuperación de la preferencia comunitaria son puntos clave en la agenda del sector, que busca proteger su soberanía alimentaria y evitar la competencia desleal que pone en riesgo la producción local.
Menos burocracia
La burocracia asfixiante también está en el punto de mira de los agricultores. Las exigencias normativas excesivas y los trámites administrativos complicados dificultan la operatividad de las explotaciones agrarias y aumentan los costos de producción. Los agricultores reclaman una simplificación de los procedimientos y una mayor flexibilidad en las exigencias ambientales para poder cumplir con los objetivos sin comprometer su viabilidad económica. “¿Cómo se supone que vamos a usarlos si en muchas de las zonas de cultivo ni siquiera hay internet?”, pregunta Pedro Barato, presidente nacional de Asaja para El País.
Menos rigidez en las medidas
Entre las demandas específicas del campo español se encuentran medidas para hacer frente a la sequía y facilitar el relevo generacional en el sector. Los agricultores solicitan un presupuesto reforzado para los seguros agrarios, que puedan cubrir los daños causados por catástrofes naturales cada vez más frecuentes debido al cambio climático. Además, demandan políticas que promuevan la incorporación de jóvenes al campo, con ayudas a la contratación y medidas para facilitar el acceso a la tierra.
Una flexibilización en las medidas ambientales, las cuales generan preocupación al ser de cumplimiento obligatorio para todos los agricultores. Estas medidas incluyen la rotación de cultivos, la preservación de pastos, la prohibición de quemar rastrojos, la creación de márgenes junto a los cuerpos de agua para evitar la contaminación, la prohibición de labrar en terrenos inclinados, la obligatoriedad de dejar ciertas superficies en abandono, la protección de humedales y la preservación de elementos paisajísticos como los setos. Se reclama una mayor flexibilidad para que estas medidas consideren un equilibrio ambiental y también la rentabilidad de las explotaciones agrícolas.
Protección a lo familiar
La protección de las pequeñas y medianas explotaciones también es una prioridad para el sector agrario español. Los agricultores denuncian la tendencia hacia la concentración de la tierra en manos de grandes corporaciones agroalimentarias, lo que amenaza la diversidad y la sostenibilidad del sector. Exigen medidas que frenen la especulación y la compra de tierras por parte de agentes externos al sector agrario y que promuevan un modelo agrícola más justo y equitativo.
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