
Pensiones
Cómo blindar la pensión del futuro con la devolución de Hacienda en la Renta
La renta lograda de forma anual a través del IRPF puede servir para abrir planes de ahorro muy rentables enfocados a la jubilación

Este lunes 30 de junio concluye el plazo para que los contribuyentes presenten su declaración del Impuesto de la Renta de las Personas Físicas (IRPF) correspondiente a la Campaña de la Renta de 2024.
Aquellos a los que les salga a devolver, especialmente si esto ocurre de forma sistemática, tienen una renta anual periódica con la que abrir un plan para complementar su futura pensión pública. De esta manera, no solo blindan su jubilación, sino que además aumentan su patrimonio.
Estas devoluciones se pueden destinar a planes de ahorro previsionales (planes de pensiones, planes de previsión asegurados PPA o planes de ahorro sistemático PIAS).
Las diferencias es que los PPA o los planes de pensiones no pueden rescatarse antes de que el cliente se jubile, salvo excepciones como incapacidad laboral permanente total, gran dependencia, enfermedad grave, fallecimiento, desempleo prolongado o desahucio de la vivienda habitual.
Los planes de ahorro sistemático (PIAS) son un seguro que completa el ahorro mensual con importantes ventajas fiscales. A largo plazo, generalmente desde los cinco años, se obtiene rentabilidad en los ahorros y una renta vitalicia.
Según explica la Agencia Tributaria, los PIAS son contratos celebrados con entidades aseguradoras para constituir con los recursos aportados esa renta vitalicia que está asegurada. La ley de IRPF les otorga un tratamiento fiscal más beneficioso
En el caso de los PIAS hay un límite de ahorro (8.000 euros al mes) y el importe total de las primas aseguradas no puede exceder los 240.000 euros.
La diferencia estriba entonces en los beneficios fiscales de unos y otros planes y la flexibilidad de acceso al ahorro.
La magia del interés compuesto
Antes de tomar una decisión hay que tener en cuenta que la inversión en un producto financiero crece por dos vías. La primera, a través de la gestión en activos como acciones, bonos, divisas u otros productos.
La segunda, mediante la capitalización de los intereses de la inversión, el denominado interés compuesto. De esta forma, la rentabilidad generada se acumula sobre el capital inicial de tal forma que la cantidad invertida crezca de forma exponencial.
Es decir, si ahorramos 100 euros y se invierte con una rentabilidad media anual del 6%, las ganancias son de 6 euros anuales. Por tanto, al siguiente año, la rentabilidad se calcula sobre 106 euros, y así sucesivamente. En 20 años tendremos siguiendo el mismo patrón 47.991,27 euros sobre una inversión total de 24.000 euros. El doble en términos de rentabilidad.
Por tanto, la inversión en productos de ahorro para complementar la pensión con la devolución que obtengamos de la Renta es una buena fórmula para aumentar el patrimonio y blindar la jubilación, según indican todas las entidades financieras, aseguradoras y alientan los organismos que monitorizan el sistema público de pensiones.
Mejorar la cobertura de salud
El informe "La dependencia en España. Una contingencia del siglo XXI", elaborado por la consultora Analistas Financieros Internacionales (AFI) y el Instituto Santalucía, indica que más de medio millón de mayores de 65 años sufrirá dependencia de tercer grado.
El coste de esos cuidados, entre los que se incluye contratar a una personas que ayude en esas tareas, supone un mínimo de 20.000 euros anuales, 1,6 veces más que la pensión media que recibe una personas a partir de los 80 años.
De esta manera, la pensión pública no da para afrontar semejante gasto por lo que es más que conveniente invertir en un producto enfocado a la jubilación aunque solo sea como precaución y tranquilidad.
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