Mundo laboral

Contratos indefinidos, ¿hay que tener miedo al despido?

Este tipo de contrato no garantiza la seguridad total, ya que los despidos, ya sean objetivos, disciplinarios o colectivos, afectan a todos

Ayudas de 4.000 euros por cada contrato indefinido a un parado
Ayudas de 4.000 euros por cada contrato indefinido a un paradolarazon

Este tipo de empleo representa un avance en la estabilidad laboral, aunque no es una garantía permanente. Desde la implementación de la reforma laboral el 1 de enero de 2022, los contratos indefinidos han experimentado un crecimiento constante, alcanzando cifras récord. Este aumento, según estimaciones del Banco de España, ha elevado en 3.000 millones el gasto total de las familias, vinculando la reducción de la temporalidad laboral con la confianza del consumidor.

No obstante, es importante tener presente que, a pesar de estos avances, contar con un contrato indefinido no impide que una empresa pueda llevar a cabo un despido. El despido de un trabajador, ya sea con contrato indefinido o no, puede ser clasificado como procedente o improcedente. En el primer caso, se distinguen los despidos objetivos y disciplinarios. Las razones para un despido objetivo incluyen la ineptitud del trabajador, falta de adaptación, motivos económicos, técnicos, organizativos o productivos, y falta de dotación económica. Por otro lado, un despido disciplinario puede justificarse por incumplimientos contractuales como faltas de asistencia repetidas e injustificadas o impuntualidad en el trabajo, entre otros.

Un trabajador con contrato indefinido también puede ser objeto de un despido colectivo o Expediente de Regulación de Empleo (ERE) debido a razones económicas, técnicas, organizativas o productivas de la empresa.

Aunque la terminación del contrato puede conllevar una indemnización y el correspondiente finiquito, el resultado final es que el trabajador puede perder su empleo, a menos que en casos de despidos improcedentes una sentencia ordene la readmisión y el trabajador opte por regresar.