
Desalinización, una alternativa a la escasez hídrica
Desalinización, una alternativa a la escasez hídrica
Veolia apuesta por desalinizar el agua del mar y salobre para contribuir a la resiliencia de los territorios

Las condiciones geográficas de España la hacen ser especialmente vulnerable al cambio climático. Su exposición a diferentes microclimas y temperaturas extremas, así como la presencia de zonas áridas y semiáridas, hacen que la península esté más expuesta a los impactos del calentamiento global. Si a esto le sumamos el aumento de la población y la alta demanda de agua provocada por la afluencia de turistas que nos visitan, 94 millones en 2024, se pone en riesgo garantizar el suministro de agua en cantidad y calidad, tanto para el consumo humano, como para la industria.
La desalinización como pieza clave
Afortunadamente, España es un país con experiencia en la desalinización del agua como solución de abastecimiento. La primera planta desalinizadora, pionera en Europa, fue construida en 1964 en Lanzarote. Con el paso de los años, España se ha convertido en el cuarto país en términos de capacidad instalada, tras Arabia Saudita, Emiratos Árabes y los Estados Unidos, siendo líder europeo en desalinización al concentrar más del 50% de la capacidad instalada y generar alrededor de 5.000.000 de m3/día de agua. Su desarrollo tecnológico se debe en gran medida a compañías como Veolia, que actualmente gestiona la operación y mantenimiento de ocho plantas desalinizadoras, seis ubicadas en las Islas Canarias, y dos en Islas Baleares. La de Bahía de Palma cuenta con un caudal de 64.000 m³/día, convirtiéndose en la principal fuente de suministro de agua potable en Mallorca, además de ser la planta desalinizadora con la mayor capacidad de producción de agua que Veolia opera en España.
La morfología volcánica de las Islas Canarias limita significativamente la disponibilidad de caudales para la captación de agua. Con el fin de mitigar estas dificultades, Veolia está evaluando incrementar el caudal de suministro. Un ejemplo sería la planta de Salinetas, cuya capacidad ha pasado de los 10.000 m³/día del año 2000, a los 17.000 m³/día que produce en la actualidad. La compañía ofrece un apoyo fundamental a territorios e industrias, aplicando estrategias avanzadas de desalinización para diversificar la oferta de soluciones que amplían la disponibilidad de agua.
Veolia también opera trece plantas desalobradoras (agua salobre), de las cuales, la más grande se encuentra en Sant Joan Despí (Barcelona), que regenera un volumen de agua de 206.000 m³ al día.
Como solución complementaria para situaciones de excepción, las plantas modulares desalinizadoras son un recurso alternativo en casos de emergencia hídrica o incumplimiento de calidad del agua. Veolia España dispone de una flota de seis plantas modulares construidas entre 2022 y 2024 (cuatro en Canarias, una en Almería y otra en Alicante).
Estos modelos se usan para reforzar la producción de las plantas desalinizadoras existentes, por ejemplo durante trabajos de ampliación y reforma. Las plantas modulares también resultan de gran utilidad para garantizar caudales suficientes para el sector agrícola, como sucedió en la isla de La Palma durante la erupción volcánica de 2021, donde permitió proteger parte de la producción platanera. Otro caso que demuestra su conveniencia es el de Aguadulce en Roquetas de Mar (Almería), donde se instaló una planta modular desalobradora durante el periodo de parada técnica anual de la desalinizadora de Dalías.
Programa estratégico
A lo largo de los últimos 25 años, Veolia ha impulsado innovaciones importantes en este sector, permitiendo mejoras en la eficiencia energética del 85%, y una reducción del 90% en los costes del agua desalinizada. Desalinizar en la actualidad es más económico, efectivo, eficiente y escalable ante la escasez hídrica.
A nivel internacional, el 18% de las plantas desalinizadoras del mundo utilizan tecnologías de Veolia. Para el año 2030, el grupo aspira a multiplicar la capacidad operativa, impulsando su potencial tecnológico y su experiencia para incrementar la producción de 1,4 a 2,8 millones de metros cúbicos diarios. Dentro del plan estratégico 2024-2027 de la compañía, la desalinización se perfila, dentro del conjunto de medidas, como una de las alternativas clave para contribuir a alcanzar la huella hídrica cero en ciudades, industria y agricultura.
Reutilización del agua
Por otra parte, Veolia apuesta por la regeneración y posterior reutilización de aguas residuales como otra de las soluciones alternativas frente a la escasez hídrica. Tal es así que Veolia España reutiliza aproximadamente el 15% de las aguas residuales tratadas. Fruto de aplicar un tratamiento avanzado, el agua procedente de las depuradoras es destinado a nuevos usos para las ciudades, la agricultura y la industria, ya sea para el riego de zonas verdes, limpieza de calles, o para campos agrícolas. Esta agua regenerada también se devuelve en condiciones óptimas al medio ambiente, en los ríos y acuíferos, para empezar de nuevo el ciclo de captación. La reutilización del agua residual permite reducir la presión sobre los recursos hídricos y no depender de la cantidad de lluvia acumulada.
Algunos ejemplos paradigmáticos de reutilización de agua son el caso del área metropolitana de Barcelona, donde el 25% de los recursos hídricos provienen del agua regenerada gracias a la ecofactoría del Baix Llobregat; o el caso del campo de Cartagena, donde se pueden mantener los niveles de producción agrícola, incluso en situaciones de sequía severa, gracias a la actividad de la depuradora Cabezo Beaza.
De esta forma, Veolia ofrece un apoyo fundamental a territorios e industrias, aplicando estrategias avanzadas de desalinización y reutilización del agua para diversificar la oferta de soluciones existentes que permitan ampliar la disponibilidad y el abastecimiento de agua.
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