Opinión
El desastroso legado de paro de Sánchez
A los 443.078 fijos discontinuos inactivos, que elevan el paro a 3,28 millones, se suma la reducción en la duración de los contratos
Recuerdo 2017, cuando los partidos que hoy conforman la coalición de Gobierno decían que «no se crea empleo, se trocea el existente», puesto que bajaban las horas trabajadas. Con datos de la última EPA, en España no se han recuperado las horas trabajadas de 2019. Aunque se recupera el número de ocupados, las horas trabajadas son 468.000 menos que en diciembre de 2019. Nos faltan 9.000 horas semanales. ¿Qué significa? No es un avance tecnológico exponencial generado en tres años, es que aunque aumentan los ocupados, la parcialidad y temporalidad han aumentado mucho más.
Esta semana se ha desvelado lo que tantos han denunciado desde hace tiempo. El Gobierno ha ocultado la cifra de trabajadores fijos discontinuos desempleados. El Gobierno finalmente reconoce que hay 443.078 trabajadores desempleados que no aparecen en la cifra oficial de parados. Admite que hay más de 443.000 trabajadores fijos discontinuos inactivos y eso que más de la mitad, 268.000, cobran prestación por desempleo. Esto eleva la cifra de paro a 3,28 millones, un 11% más de lo que se publica. Pero los datos son más preocupantes.
Si miramos las cifras de demandantes de empleo de junio de 2018, se situaban en 4.478.237 personas. En febrero de 2023, la cifra de demandantes de empleo total es de 4.558.348. Es decir, han aumentado los demandantes de empleo con respecto al principio de la era del Gobierno Sánchez. En ese mismo periodo, los demandantes de empleo «ocupados» se han disparado de 841.047 a 1.135.108, con datos del SEPE.
El total de demandantes de empleo no ocupados se eleva a 3.116.050, cuando era de 3.422.859 en junio de 2018. Se trasladan demandantes de empleo y unos aparecen como «ocupados» cuando antes eran no ocupados. Pero no trabajan. La propaganda del Gobierno ya no habla de horas trabajadas. Tampoco dicen sobre los fijos discontinuos lo que decía UGT en «Los errores de la reforma laboral de 2012 para la juventud de hoy», que consideraba los fijos discontinuos como «ejemplo» de precariedad. O lo que decía CC OO, que afirmaba que sustituyen «temporalidad por parcialidad indefinida como fórmula de flexibilidad».
Nos cuentan que los fijos discontinuos ya existían. Claro, pero no suponían una distorsión en la cifra de paro ni cercana a lo que se ha generado tras la Reforma Laboral de 2022, en la que se obliga a convertir contratos de obra y servicio y estacionales en fijos discontinuos que, cuando no están trabajando, no aparecen en la lista del paro aunque cobren desempleo. No es lo mismo la distorsión que generan estos contratos en la cifra de paro cuando los demandantes de empleo ocupados aumentan masivamente hasta superar 1.100.000. En cualquier caso, los mismos que decían que en España no se crea empleo, se esconde paro y se trocea el trabajo existente deberían estar escandalizados con las cifras actuales. La duración media de los contratos se ha reducido a 51,8 días en enero de 2023 comparado con 53,74 en enero de 2021 y 52,21 en enero de 2022.
En febrero, el incremento anual de afiliación es de un pobre 3,4%, pero alarma que los fijos discontinuos aumenten un 105,6%, treinta y una veces más que el incremento anual, como explica José Luís Fernández de USO. Las personas con un contrato indefinido a tiempo parcial crecen más del doble que aquellas que están con un contrato fijo a jornada completa.
Como explica USO «tan afiliado es el que trabaja cuatro horas semanales como el que trabaja cuarenta», lo que explica por qué el aumento de cotizantes en la Seguridad Social no se refleja en un aumento similar de las cotizaciones en términos equivalentes, es decir, a impuestos constantes. No olvidemos que las bases mínimas de cotización han subido casi un 44% entre 2019 y 2022. El total de afiliados a tiempo completo en el Régimen General es solo de un 44,8%, según USO.
España cierra febrero con la tasa de paro más alta de la UE aceptando el maquillaje antes comentado, muy por encima de Grecia. También lidera la tasa de paro juvenil. Según UBS, España además tiene la mayor tasa de paro «en la sombra» que añade dos puntos porcentuales a la tasa oficial.
Efectivamente, hay más de 20 millones de afiliados, un dato positivo, pero, además del descenso de horas trabajadas y los ingresos de la Seguridad Social en términos equivalentes, no podemos olvidar que el 55% del incremento neto de la ocupación en la legislatura son empleos en el sector público, que suponen más impuestos y más costes sobre el sector privado.
El Gobierno ha contado con el apoyo del BCE, comprando el 100% de la deuda neta emitida, y la permisividad de Bruselas para tirar de déficit estructural y un aumento de deuda en el periodo 2019-2022 que nos pone a la cabeza de la Unión Europea en incremento de desequilibrios. Ningún gobierno contó con semejante «estímulo». A pesar de ello, España cierra con todas estas lagunas por detrás de Grecia. No cabe a la euforia.
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