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El efecto electoral dispara un 23,5% el consumo de cemento en marzo

En los últimos 12 meses, el consumo ha caído un 0,2%

Las cementeras estiman que la tendencia se mantenga durante todo el año
Imagen de una cementeralarazon

Todo el mundo sabe que los años electorales son especialmente activos en adjudicaciones públicas y las obras se multiplican por toda la geografía nacional. Cortar cintas para inaugurar carreteras, hospitales, puentes, estaciones, calles asfaltadas,,, se multiplican cuando las citas con las urnas se acercan. En estas circunstancias, el consumo de cemento en España se dispara exponencialmente. Solo en el mes de marzo, este porcentaje ha crecido un 23,5% en marzo, hasta las 1,4 millones de toneladas, respecto al mismo mes del año pasado. Pese a que este dato se ha podido ver marcado porque en marzo del pasado año estuvo convocada la huelga del transporte, con una especial incidencia en el sector al paralizar parte de su producción, el director general de la agrupación de fabricantes de cemento de España (Oficemen), Aniceto Zaragoza, ha achacado este incremento "al efecto elecciones, que suele suponer un incremento previo en las obras públicas en el ámbito local".

Según la Estadística del Cemento presentada por Oficemen, el incremento del consumo de cemento registrado en marzo ha llevado que en España creciera en el primer trimestre del año un 6,7%, hasta las 3,69 millones de toneladas, respecto al mismo periodo del año pasado, aunque en los últimos 12 meses, el consumo haya caído un 0,2% y, en valores absolutos, se hayan consumido un total de 15,1 millones de toneladas de cemento desde abril de 2022 hasta marzo de este año.

Para Zaragoza, el crecimiento registrado en marzo ha superado las previsiones, animado por el crecimiento de las exportaciones de un 1,7 % en marzo, hasta las 506.610 toneladas, frente a las 498.329 registradas en el mismo mes del año 2022, pese a que en el cómputo de los tres primeros meses del año este indicador se anota una caída del 6%, hasta los 1,34 millones de toneladas, lo que supone una pérdida de 85.970 toneladas respecto al mismo periodo de 2022. Por su parte, las importaciones el mes pasado se hundieron un 75,5%, hasta las 44.865 toneladas.

Con estos últimos datos, el sector de los fabricantes estima que la producción contraerá hasta final de año, hasta situarse en el entorno del 0,3%, aunque esta tendencia puede cambiar si el reparto de los fondos europeos llega finalmente al tejido productivo, algo que no está ocurriendo en la actualidad. Con ello, se lograría el impulso de nuevos proyectos de obra pública, que se han elevado tras el fin de la pandemia, aunque todavía están lejos de niveles previos a la gran crisis financiera y a la implosión de la burbuja inmobiliaria.

Pero el reparto de estos fondos europeos no termina de ajustar bien sus engranajes y la ralentización de la economía y la presión inflacionaria están haciendo mella entre las empresas, que están optando por paralizar muchos proyectos de inversión, tanto por la subida de costes como por las exigencias burocráticas para acceder a estos fondos, que complican y retrasan su llegada a la economía real. Así, los fondos Next Generation siguen elevando la cifra de contratos desiertos durante el primer trimestre de 2023, un situación que se agrava año a año desde su puesta en marcha en 2021.Ahora mismo, el 11,7% del total de estos contratos con financiación europea terminaron sin destinatario, por un valor de 66,5 millones de euros –el 12% en el caso de los contratos generales no adscritos a estos fondos–, una cifra superior al 10% del anterior trimestre y casi un 4% más que en el total de 2021 y 2022, según datos oficiales recabados por la consultora de contratación pública Gobierto.