Internacional

El Gobierno noruego cierra un acuerdo para permitir la explotación minera de fondos marinos

El objetivo es explotar primero un área de 281.000 kilómetros situada en el mar de Barents y el mar de Groenlandia, en el Océano Ártico

Deshielo del Ártico
Deshielo del Ártico La RazónLa Razón

El Gobierno noruego anunció este martes un acuerdo con dos fuerzas de la oposición para aprobar un plan que permitirá la apertura progresiva de los fondos marinos a la explotación minera.

El acuerdo es fruto de las negociaciones mantenidas en los últimos meses por el Ejecutivo en minoría de laboristas y centristas con los conservadores y la derecha xenófoba, que le garantizarían la mayoría cuando la cuestión sea debatida y votada en el Parlamento el próximo mes.

Con respecto al plan inicial presentado en junio por el Gobierno, se han reforzado las exigencias medioambientales y se ha acordado que los primeros planes de explotacióndeban ser aprobados expresamente por la Cámara.

El propósito es abrir primero a la explotación un área de 281.000 kilómetros situada en el mar de Barents y el mar de Groenlandia, en el Océano Ártico.

Según un informe reciente del Directorio General de Petróleo, en la plataforma continental noruega hay millones de toneladas de minerales como cobre, zinc y cobalto. Los partidos firmantes resaltaron al presentar el acuerdo que este asegura que se puedan explotar minerales de forma rentable y sostenible, aunque sus explicaciones no han convencido a los críticos.

"Los expertos han enviado advertencias serias. No tenemos idea de las consecuencias de una actividad como esa y no hay exigencias medioambientales a las empresas", denunció Lars Haltbrekken, portavoz del Partido de Izquierda Socialista, habitual aliado del Gobierno encabezado por el laborista Jonas Gahr Støre.

La Dirección General de Medio Ambiente noruega ha señalado con anterioridad que no hay datos suficientes para saber cómo realizar la explotación minera en los fondos mineros de forma segura.

Las críticas han sido también generalizadas entre las organizaciones ecologistas: así, Greenpeace habló de "catástrofe para el mar" y la Sociedad Noruega para la Conservación de la Naturaleza de "locura", mientras Bellona acusó a este país nórdico de querer convertirse en un "delincuente medioambiental internacional".