Reducción de la jornada laboral
Gonzalo Bernardos (62), economista, sentencia la reducción de la jornada: "Es de sentido común"
La jornada laboral de 37,5 horas, una de las grandes promesas del Gobierno, choca de frente con el 'no' de PP, Vox y Junts, dejando en el aire el futuro de una medida clave para la legislatura
Los avances en productividad, cuando no se reparten, generan una peligrosa brecha social. Bajo esta premisa, el economista Gonzalo Bernardos defiende que las mejoras de eficiencia en una economía deben traducirse en un doble beneficio para los trabajadores: por un lado, salarios más altos; por otro, más tiempo libre. Su análisis pone de relieve el estancamiento que vive España, donde el poder adquisitivo de los asalariados ha registrado un crecimiento raquítico del 0,7 % anual entre 1983 y 2024.
En este contexto, la propuesta para reducir la jornada laboral no es, a su juicio, una concesión, sino una cuestión de puro sentido común. El experto recuerda que el progreso en este ámbito ha sido exasperantemente lento, con un recorte de apenas siete horas en los últimos veintidós años. Una evolución a todas luces insuficiente que mantiene a España anclada en modelos de trabajo que no se corresponden con la riqueza que el país es capaz de generar.
Sin embargo, esta visión choca frontalmente con la realidad parlamentaria. La iniciativa legislativa que buscaba implantar una jornada laboral de 37,5 horas semanales sin merma salarial ha fracasado en el Congreso de los Diputados, lo que supone un duro revés para el Ministerio de Trabajo que dirige Yolanda Díaz. El proyecto estrella de la vicepresidenta naufragó antes de ver la luz.
Los argumentos tras el rechazo parlamentario
De hecho, la propuesta decayó tras recibir 170 votos en contra, emitidos por los diputados del Partido Popular, Vox y Junts. Desde la bancada popular se ha despachado la medida como una propuesta puramente "ideológica", un intento de "trabajar menos y cobrar más" que, según ellos, ignora la necesidad de vincular cualquier reducción de jornada a un aumento de la productividad.
Por otro lado, el economista Gonzalo Bernardos ofrece en el programa Más Vale Tarde una interpretación distinta sobre el sorprendente voto en contra de Junts. A su entender, obedece a una estrategia calculada para contentar a una parte de su base electoral, formada por pequeños empresarios a los que califica de "poco productivos". Estos verían con especial recelo una medida que les obligaría a reorganizar sus negocios.
No obstante, a pesar de su firme defensa de la reducción horaria, Bernardos admite una realidad social innegable: a día de hoy, la mayoría de los trabajadores preferiría un aumento de sueldo antes que disponer de más tiempo libre. Para el economista, sin embargo, la aspiración no debería ser elegir, sino centrarse en conseguir ambas mejoras, un objetivo que, de momento, se aleja en el horizonte político.