Inversiones
Se jubila el mejor inversor de la historia
Warren Buffett, tras seis décadas al frente de Berkshire Hathaway, ha logrado una rentabilidad acumulada del 5,5 millones por ciento gracias al value investing
Warren Buffett, probablemente el mejor inversor de todos los tiempos, se ha jubilado a los 94 años tras seis décadas al frente de Berkshire Hathaway. Durante ese tiempo, ha logrado una rentabilidad acumulada del 5,5 millones por ciento. Cada dólar invertido con él a mediados de los 60 se ha convertido hoy en 55.000 dólares. Incluso ajustando por inflación, la rentabilidad real ha sido del 530.000%. Nada mal para quien simplemente invirtió 1.000 dólares actuales con él hace 60 años y hoy posee 5,5 millones.
Este rendimiento, muy superior al del S&P 500 —que ha ofrecido una rentabilidad real del 3.900% en ese mismo período—, demuestra una capacidad de inversión sistemáticamente superior al mercado. No es casualidad que Berkshire Hathaway tenga hoy una capitalización bursátil superior al billón de euros. De ese valor, descontando la participación personal de Buffett, alrededor de un billón ha sido generado para sus accionistas.
¿A qué se debe este éxito? A una estrategia inversora sencilla en apariencia, pero extremadamente rigurosa en la práctica: el value investing. Buffett se ha ceñido a tres principios: invertir dentro de su círculo de competencia, exigir un margen de seguridad elevado y apostar por empresas con fosos competitivos. Esta combinación le ha permitido minimizar errores, maximizar rentabilidad y detectar valor allí donde otros no lo veían.
Ahora bien, ¿esa fortuna se ha logrado a costa del resto de la sociedad? Todo lo contrario. Buffett ha sido un extraordinario asignador de capital. Al identificar empresas infravaloradas con alto potencial productivo y al invertir en ellas, elevaba su cotización, facilitando así su acceso a financiación y, por tanto, la expansión de actividades generadoras de riqueza. Su acción ha mejorado la calidad informativa de los precios, coordinando mejor a los agentes económicos.
En definitiva, Warren Buffett ha guiado el capital hacia donde realmente hacía falta. Por eso, no solo sus accionistas han sido afortunados: toda la sociedad ha salido ganando. El estadounidense no solo multiplicó patrimonios; multiplicó el valor social de nuestras economías. Su retirada marca el fin de una era, pero su legado como el gran inversor-empresario del siglo perdurará.