
45 líneas
Macron y el uranio ucranio
El presidente galo tiene puestos los ojos en los yacimientos de uranio de Kirovohrad, Zhytomyr, Volyn y Dnipropetrovsk

No siempre las cosas son como parecen. A veces se nos presentan compromisos con determinados valores como manifestaciones de altruismo, pero en política es raro encontrar casos de filantropía pura. Trump es tan osado, tan bruto, que expone sus intereses con una crudeza que asusta. Otros envuelven sus expectativas de ganancias bajo el paraguas de los valores. Le pasa a Macron, que en las últimas semanas destaca por su decidido impulso a la hora de abanderar el compromiso de Europa con Ucrania. La gestión económica de Macron ha sido tan desastrosa que ha elevado la deuda pública hasta los 3,3 billones de euros. Para financiar el rearme europeo que propugna, tendrá que seguir endeudándose. Pero, además, Francia necesita energía para alimentar a los 56 reactores nucleares que le dejó en herencia De Gaulle, y que generan el 70% de las necesidades de electricidad del país. Hasta ahora, Francia se abastecía del uranio que necesitan sus centrales con las minas de Níger, excolonia cuyas nuevas autoridades han roto con París y ya no le suministran el combustible que necesita. Por eso Macron tiene puestos los ojos en los yacimientos de uranio de Kirovohrad, Zhytomyr, Volyn y Dnipropetrovsk, en la Ucrania no ocupada por Putin, que el presidente galo intenta por todos los medios siga en manos de Zelensky. Parece que Macron le ofrecen a Trump un intercambio. Si acaba la guerra, EE. UU toma el control de los metales de tierras raras, y Francia, a cambio colaborar enviando una pequeña «fuerza de paz» al país ocupado, recibiría los depósitos de uranio que necesitan sus centrales. Todos salen ganando.
✕
Accede a tu cuenta para comentar