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Energía

La nuclear y el gas refrescan la gran ola de calor eléctrica

Vuelco en los peores días del verano, con las renovables cediendo el testigo. La denostada nuclear lleva julio y agosto respaldando a la fotovoltaica

Torres de alta tensión al atardecer en Madrid JESUS G. FERIALa Razon

España tiró con fuerza del gas y de la nuclear para alimentar a los aires acondicionados, refrigeradores y los ventiladores que han funcionado a todo trapo hasta hace 48 horas. De hecho, la ola de calor de la pasada semana, la segunda de la canícula, que derritió con especial ardor los termómetros desde el Puente de la Asunción del día 15 hasta el pasado lunes ha replicado incluso de forma más notable el patrón registrado en la primera oleada de calor sahariano registrada apenas unos días antes. Entonces, entre el 12 y el 14, durante tres días las tecnologías no renovables –especialmente la nuclear y los ciclos combinados que se alimentan de gas– sumaron tres jornadas batiendo por poco a las renovables como principales generadores de electricidad. Pero es que entre el 16 y el 18 de agosto las no renovables han superado con creces a sus competidoras.

Cuando más apretaba el calor, con el mercurio superando la barrera de los 40 grados en buena parte de España el pasado domingo, las no renovables tiraron del 54% de la generación frente al 46% de las renovables, según los datos facilitados por Red Eléctrica.

Así, en la semana más calurosa por ahora del verano, la aportación de las no renovables ha sido superior en cinco de los siete días de la misma y solo se ha logrado revertir la situación de forma clara desde la jornada de ayer, cuando la bajada de las temperaturas ha devuelto las cosas a su sitio, con un balance de un 58% frente al 42% favorable a las renovables.

De hecho, la semana arrancó con mayor generación de los ciclos combinados que de la solar fotovoltaica a pesar de que el calor asfixiante comenzaba a remitir. El lunes, el gas fue el líder de la generación eléctrica, con 180 gigavatios hora frente a los 160 GWh de nuclear. La fotovoltaica quedo relegada a la tercera posición, con 150 GWh de aportación al sistema.

Esta situación revela la importancia de la nuclear y del gas como respaldo ante los picos de demanda mientras no se extienda el almacenamiento eléctrico, aún en fase embrionaria, y deja patente que si se sigue adelante con el escenario planteado de cierre de centrales nucleares –con los dos reactores de Almaraz a finales de 2027 y 2028– España tendrá que quemar más gas, y por tanto, aumentar sus emisiones. Una situación agravada además por el efecto del aumento de las olas de calor, de su frecuencia e intensidad. En este sentido, las dos oleadas de calor consecutivas han provocado un aumento de la demanda del 2,4% respecto al mismo periodo del verano de 2024, según los datos recogidos por REE.

En cualquier caso, en lo que va de mes es la solar fotovoltaica la que sigue liderando la generación, con una cuota del 25,3%, superando a la nuclear, que está en el 21,2% y a los ciclos combinados de gas, con una aportación del 18%, por encima de la eólica, que cae al cuarto lugar con el 15,2%. Una situación que se enquista desde junio, agravada por las restricciones técnicas en los servicios de ajuste introducidas por el operador a raíz del apagón del pasado 28 de abril, entre las que figura una mayor intensidad en la utilización del gas para dar fiabilidad al sistema, especialemente notable en las horas de menor incidencia solar. Cabe recordar que España alcanzó un récord de generación renovable unos días antes de la caída del sistema, cuando el 17 de de abril el 74,3% de la generación provino de fuentes renovables.

En julio, la nuclear también ocupó la segunda posición de la generación eléctrica en España tras la fotovoltaica, reforzando su papel frente a los meses críticos, en los que la mayor demanda y la caída de la generación hidráulica hace necesaria una aportación más notable de los reactores nucleares.

En este sentido, a tenor de estos datos, la nuclear sigue siendo clave para sostener al sistema en episodios críticos de tensión a pesar de que el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, señaló a esta tecnología como un lastre durante la recuperación tras el apagón y parte del Ejecutivo, la que lidera Yolanda Díaz, considera una «línea roja» su cierre definitivo y no quiere ni oír hablar de la posibilidad de negociar una moratoria frente al apagón.

Está por ver la incidencia en los precios de este segundo episodio de calor extremo. En la primera quincena, la electricidad en el mercado mayorista, una de las referencias para la tarifa regulada o PVPC, se ha abaratado casi un 25% en comparativa interanual, coincidiendo con la primera ola. Según el histórico elaborado por Efe, el megavatio hora (MWh) se ha pagó de media a 69,7 euros entre el 1 y el 15 de agosto, frente a los 90,4 euros del mismo periodo de 2024, cuando los precios del gas natural que utilizan los ciclos combinados eran sensiblemente superiores a los actuales.

Si no se producen alteraciones, este agosto podría cerrar como el más económico desde el de 2020, cuando el precio medio de la luz fue de 36,2 euros por MWh, por debajo, incluso, de los 45 euros el MWh que registró un año antes, cuando todavía no se había declarado la pandemia del coronavirus. A falta de lo que ocurra en los próximos diez días, lo cierto es que el rango de precios estará lejos de los máximos históricos vistos en 2022, durante la crisis energética posterior a la invasión rusa de Ucrania. Aquel agosto, el MWh se pagó, de media, a 308,6 euros.

En cualquier caso, esta utilización de los ciclos combinados para dar seguridad al suministro eléctrico y evitar apagones tiene un precio. Y es que el megavatio hora habría bajado aún más su coste si no se hubiera recurrido a este mecanismo.