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OpenBrick revoluciona la inversión inmobiliaria
La digitalización del sector avanza con tokens financieros que prometen liquidez, transparencia y acceso para todo tipo de inversores

La digitalización ha llegado al mercado inmobiliario y lo está haciendo de la mano de la tecnología «blockchain». Carlos Matilla, CEO de OpenBrick, lidera una iniciativa pionera que promete democratizar el acceso a las inversiones inmobiliarias y mejorar la eficiencia del proceso de financiación para los promotores. Y es que la tokenización está cambiando las reglas del juego.
Licenciado en Administración y Finanzas por la Universidad Complutense y con un máster en Finanzas por ESCP Business School y el IEB, Matilla ha trabajado en entidades como NFQ Advisory, Banco Santander CIB e ioBuilders. Hoy, está al frente de una plataforma que aspira a convertirse en un referente del nuevo mercado de capitales inmobiliario.
«OpenBrick nace del cruce entre experiencia y oportunidad», explica Matilla. La plataforma surgió en 2023 fruto de la colaboración entre Grupo Lar, Renta 4 Banco e ioBuilders, con el respaldo posterior de actores clave como BME, Garrigues, Teras Capital y Morabanc. Todos compartían una inquietud común: modernizar el acceso a la financiación de proyectos inmobiliarios y abrir este tipo de inversiones a nuevos perfiles de inversores.
La misión es clara: redefinir la financiación e inversión inmobiliaria a través de la tokenización. ¿Cómo? Creando una plataforma regulada donde se puedan emitir, gestionar y negociar instrumentos financieros tokenizados ligados a activos inmobiliarios. Todo esto, en un entorno seguro, regulado por Iberclear.
El sector inmobiliario, apunta Matilla, arrastra varios problemas estructurales. Por un lado, muchos promotores encuentran dificultades para financiar sus proyectos por fuera de los canales tradicionales. Por el otro, los inversores minoristas enfrentan barreras altas, como las grandes cantidades de capital, poca diversidad de productos y compromisos a largo plazo sin liquidez. Aquí es donde entra la tokenización. «Permite emitir valores financieros respaldados por proyectos concretos y representarlos mediante tokens», expone. Esto facilita su negociación en entornos digitales, manteniendo siempre el marco regulador. El resultado es un mercado más accesible, flexible y dinámico, tanto para financiar como para invertir.
Aunque la tokenización inmobiliaria aún se encuentra en una fase inicial, Matilla es optimista sobre su evolución. «Estamos viendo cada vez más interés por parte de promotores, inversores e instituciones financieras», afirma. Y lo más interesante es que esta revolución no se limita al sector inmobiliario. También está ocurriendo en la deuda privada, la gestión de activos o incluso en los propios bancos centrales. Europa ha dado pasos clave, como el Régimen Piloto para infraestructuras DLT, que permite experimentar con mercados secundarios basados en «blockchain». En España, la actualización de la Ley del Mercado de Valores también respalda esta nueva infraestructura.
Es importante entender que no se tokeniza el inmueble en sí, sino los instrumentos financieros asociados, como acciones o bonos. Desde la perspectiva del usuario, el proceso es muy similar al de cualquier otra inversión tradicional, ya que no se necesitan conocimientos técnicos ni familiaridad con «blockchain».
«La tokenización permite automatizar procesos, mejorar la eficiencia operativa y de gestión, al mismo tiempo que reduce barreras de entrada a la inversión e incrementa la liquidez. La tecnología está al servicio de promotores e inversores, pero de forma casi invisible. Lo importante no es tanto el cómo, sino los beneficios que aporta: eficiencia, claridad y mayor accesibilidad en la financiación e inversión inmobiliaria», subraya Matilla.
Mercado secundario
Ahora, el proceso de tokenización ya permite emitir activos financieros ligados a proyectos inmobiliarios. Sin embargo, el siguiente gran paso –ya en marcha– será la posibilidad de negociar estos tokens en mercados secundarios organizados. Las primeras emisiones serán accesibles para inversores institucionales y de banca privada. En un futuro cercano, cuando ESMA (Autoridad Europea de Valores y Mercados) y CNMV lo autorice, estas inversiones estarán disponibles para minoristas.
La tokenización permite respaldar emisiones con una gran variedad de activos inmobiliarios: promociones residenciales, activos comerciales, turísticos o logísticos. Esta diversidad es fundamental para ofrecer una cartera equilibrada con diferentes niveles de riesgo y horizontes temporales.
«Uno de los grandes avances de OpenBrick es dar liquidez a un tipo de activo tradicionalmente ilíquido», destaca Matilla. El mercado secundario en el que se podrán negociar estos tokens permitirá a los inversores vender sus participaciones antes del vencimiento del proyecto, algo impensable hasta ahora en muchas inversiones inmobiliarias. «En definitiva, la tokenización no solo amplía el acceso, sino que redefine cómo nos relacionamos con la inversión inmobiliaria, abriendo las puertas a un modelo más moderno, inclusivo y conectado con las necesidades del futuro», concluye el CEO de OpenBrick.
No son criptodivisas
Los tokens inmobiliarios no son criptodivisas: son representaciones digitales de instrumentos financieros regulados, respaldados por activos reales y estructuras legales sólidas. Su comportamiento, su riesgo y su marco legal están alineados con los de otros productos de inversión tradicionales.
Los valores tokenizados están sujetos a las mismas garantías, normas y supervisión regulatoria que otros instrumentos del mercado. No se trata de un entorno paralelo o desregulado. Todo lo contrario: en España, la nueva Ley del Mercado de Valores ya reconoce la posibilidad de registrar estos instrumentos en blockchain, y a nivel europeo, iniciativas como el Régimen Piloto o el Sandbox de la CNMV refuerzan la confianza institucional en este modelo.
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