Fintech

La revolución de las fintech: hipotecas, tarjetas y remesas

Estas startups permiten realizar algunas operaciones típicas financieras pero sin una estructura bancaria detrás

Los bancos tradicionales deben competir con las nuevas entidades nativas digitales, como los neobancos o las FinTech
Los bancos tradicionales deben competir con las nuevas entidades nativas digitales, como los neobancos o las FinTechDreamstimedreamstime

Las startups cuyo modelo de negocio está en el lado de las finanzas (tanto personales como empresariales), conocidas como fintech, viven un momento mágico. De hecho, dos de las principales firmas de inversión de capital riesgo (VC), como Sequoia Capital –que ha invertido en empresas como Apple o Zoom– y Andreessen Horowitz (a16z) , que apostó por startups como Slack o Instagram, invirtieron el año pasado más dinero en fintech que en cualquier otra categoría, según un estudio de CB Insights. En el caso de Sequoia, casi la cuarta parte de las cien inversiones que efectuó fue en una fintech. Un porcentaje similar al de a16z, que sumó 206 operaciones.

Tarjeta de marca blanca

Es una realidad que se repite a escala internacional y que ha llegado a nuestro país, donde las fintech también están en auge. Buena prueba de ello es la llegada de la parisina Swan, una startup de servicios bancarios que ha decidido apostar por Alemania y España al ser «países estratégicos» para la compañía, según explica a esa redacción Julia Turbany, vicepresidenta de ventas.

Esta startup permite que cualquier empresa que no sea bancaria (como retail, turismo o cualquier vertical) pueda ofrecer soluciones bancarias a sus clientes. Algo que se consigue «con nuestra estructura, tanto tecnológica como regulatoria, que se ofrece de manera personalizada a estos clientes en marca blanca», detalla Turbany.

Entre sus clientes están Carrefour en Francia, que ofrece un producto bancario como es la tarjeta de beneficios con su propia marca. «Es un producto de banca a la carta y por el que un usuario de Carrefour es también un cliente final de Swan, prácticamente sin saberlo».

Otros ejemplos de clientes con los que trabaja son empresas de software de recursos humanos. «Muchas veces quieren agilizar la forma en que mueven dinero de pago de nóminas o de beneficios. Integrándonos con ellos, con un solo botón pueden, sin cambiar de aplicación, hacer estas gestiones», defiende Swan.

Julia Turbany explica que su startup permite a los clientes efectuar las mismas operaciones que haría con un banco tradicional, pero sin la estructura de esta organización, salvo en lo relativo al crédito, ya que este tipo de operaciones que no están autorizadas a hacer. En cualquier caso, el respaldo financiero de Swan está asociado a BNP Paribas. «Nuestro equipo está formado en un gran porcentaje por gente técnica, pero también de legal y cumplimiento. El reto y objetivo de nuestro negocio, nuestra prioridad, es ser los más fáciles y ágiles en el mercado, pero también los más seguros, en los que más se pueda confiar», defiende.

Gestión de hipotecas

Otro modelo de negocio es el que representa Jorge González-Iglesias, CEO y fundador de Gibobs Allbanks, quien asegura que, gracias a su aplicación, los usuarios pueden tener un mejor conocimiento de su situación financiera y, además, ahorrarse dinero en el pago de su hipoteca, al tiempo que permite que los bancos tengan entre sus clientes aquellos que mejor encajan en sus estrategias de negocio.

«Nos hemos posicionado en un mundo donde el usuario tiene un nivel de concienciación sobre sus finanzas muy superior del que tenía antes, en el que apenas hay interacción con los bancos, y en el que estos tienen una necesidad imperiosa de redefinir cómo encontrar a su cliente adecuado, teniendo en cuenta que la gente ya no va a las sucursales», defiende Jorge González.

El primer producto con el que la startup ha empezado a trabajar es una hipoteca, aunque el CEO asegura que toda la plataforma sirve para tener un mayor control de las finanzas personales y, a partir de ahí, acceder a mejores productos financieros. Este emprendedor asegura que solo se cobra a la entidad bancaria si el usuario acaba aceptando la oferta que recibe a través de su plataforma. Para ello, la persona debe darse de alta y permitir que Gibobs Allbanks se conecte a sus cuentas bancarias, con el fin de poder hacer un diagnóstico de su salud financiera. «Lo que hacemos es conectar al usuario en fases muy tempranas, incluso mucho antes de que tengan una casa en mente, y le ayudamos a planificar cómo comprar esa casa a futuro. Para eso nos conectamos a sus finanzas, a los bancos con los que opera, y construimos todo un perfil para que el propio usuario tiene una mejor situación financiera», explica.

Envío de remesas

Jesús Javier Guevara Monjes es uno de los fundadores y CEO de Aura Pay, una startup destacada del ámbito de las fintech, pero que también se define como social, dado que su público está en aquellos migrantes que, sobre todo, envían dinero a sus países de origen. «Gracias a nuestra tecnología estamos logrando reducir los costes de transferencia de dinero, facilitando la inclusión financiera en los países de destino y el desarrollo tecnológico y digital en esas zonas», explica a LA RAZÓN este emprendedor venezolano afincado en nuestro país.

La startup a la que representa pretende ser una alternativa financiera completamente digital en la gestión de remesas. Su compromiso parte por establecer una comisión de entre el 3 y el 5%, independientemente de la subida de tipos. Según explica la startup, al hacer que el dólar valga más que el euro, el proceso para enviar dinero a países de Latinoamérica se encarece el doble, ya que el euro se convierte al dólar y del dólar a la moneda local. «Hay países muy inflacionistas donde las comisiones son de hasta el 14%», detalla Guevara, quien cifra en 800 millones de euros las remesas que, solo desde España, se envían a República Dominicana, uno de los países objetivo de Aura Pay.

Para poder operar en nuestro país, Aura Pay está en trámites para recibir una licencia de la autoridad. Los responsables de la start up intentan homologar este expediente para poder actuar en toda Latinoamérica y, a partir de ese momento, empezar a trabajar en países como República Dominicana y Venezuela, mientras que Colombia y el resto de la zona sur del continente son el siguiente mercado objetivo. En esos países los usuarios pueden operar desde la web, aunque la idea es tener una app para el móvil o el ordenador con la que poder recibir el dinero y hacer distintas operaciones.

Cabe señalar que, en el caso de los dos primeros, España es el segundo y tercer país, respectivamente, que más remesas de dinero envía a estas naciones. La startup ha cerrado una ronda pre-seed de 530.000 euros y busca ahora una de dos millones.