Toque de atención de la CNMV a los 'influencers': "No han comprendido que cualquier persona no puede recomendar una inversión"

Aviso a navegantes en el mundo virtual de los asesores, analistas e 'influencers' sin titulación reconocida. La Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV) les avisa de que deben cumplir "ciertas obligaciones" para poder recomendar inversiones. Así lo ha advertido el propio presidente de la Comisión, Rodrigo Buenaventura, que ha vuelto a cargar contra los 'influencers' que todavía "no han comprendido" que las inversiones financieras deben estar bajo supervisión de profesionales titulados y debidamente acreditados.

Buenaventura recuerda que "cualquier persona, aunque no sea profesional, que emita una recomendación de inversión" debe cumplir con unas "mínimas obligaciones", como son identificar quién formula la recomendación, presentar la información de manera objetiva y revelar los posibles conflictos de interés, y "eso incluye, decir si alguien está pagando por decir lo que se dice".

El presidente de la CNMV, que ha hecho estas declaraciones en una jornada de análisis financiero organizada por el Instituto Español de Analistas, ha insistido en que el desarrollo de las redes sociales y la viralidad que genera su funcionamiento producen "nuevos riesgos", que exigen que los supervisores estén especialmente en alerta para "prevenir posibles abusos de mercado o condiciones desordenadas" -como en el "caso Gamestop" en enero de 2021-, por lo que es necesario hacer un esfuerzo para que los mensajes lleguen a capas de la sociedad que no conocen que es una "norma aplicable en el régimen jurídico de los mercados de valores", o a aquellos que no conocen la identidad de los supervisores en España o en Europa. "El objetivo de la CNMV es reducir la distancia regulatoria entre los analistas profesionales y los denominados expertos, independientemente del canal, de manera que los inversores estén igualmente protegidos".

Asimismo, Buanaventura ha indicado que la Comisión debe "evitar situaciones incómodas o poco afortunadas que se están produciendo", con el objetivo de "reducir la distancia regulatoria" entre los analistas profesionales y los "denominados expertos", de manera que los inversores estén igualmente protegidos con independencia del canal y método que utilicen para emitir sus recomendaciones.