5° aniversario del covid

De la urgencia al equilibrio: el teletrabajo llegó para quedarse

Lo que nació como una medida de emergencia en 2020 se ha convertido en una modalidad laboral consolidada en España

Pilar Rivera, trabajadora que actualmente realiza teletrabajo en casa
Pilar Rivera, empleada trabajando a distancia desde casaAlberto R. RoldánLa Razon

La pandemia convirtió cada hogar en una oficina y a España en un laboratorio del teletrabajo. El trabajo en remoto era hasta 2020, el año de la pandemia de coronavirus, una práctica exótica en nuestro país, más propia de puestos creativos y digitales en grandes compañías tecnológicas internacionales que del trabajador de a pie. Estos prejuicios se derrumbaron el 14 de marzo de 2020, cuando el Gobierno decretó el confinamiento por el estallido de la crisis sanitaria. El teletrabajo se implantó a marchas forzadas para garantizar la supervivencia de las empresas y de sus trabajadores cuando el encierro asfixió la economía nacional y mundial. Cinco años después, las mascarillas y las pantallas protectoras han caído en el olvido en las empresas españolas, pero no el trabajo a distancia, que se mantiene fuerte en modalidad híbrida gracias al ahorro de costes locativos para las empresas, la reducción del gasto y del tiempo de desplazamiento para los trabajadores, el aumento de la productividad y la mejora de la conciliación que proporciona.

Aunque los datos actuales se alejan del pico de la pandemia, el teletrabajo se ha estabilizado en tasas muy superiores a las registradas antes del covid. En 2019, antes de la crisis sanitaria, solo un 4,8% de los españoles tenía la opción de trabajar a distancia. Esta tasa se multiplicó casi por ocho en 2020, en plena pandemia, cuando llegó al 37%, ya que todos los empleos no esenciales y no estrictamente presenciales pasaron a desempeñarse desde el hogar. Incluso se popularizó el hashtag #yomequedoencasa, que promovió el teletrabajo como medida contra el coronavirus. Con internet y un ordenador el trabajo salía adelante. No perder tiempo en desplazamientos y ser más productivo eran los puntos más positivos; el aislamiento, la factura de la luz y la desconexión digital, lo que más preocupaba. Para atajar estas deficiencias, en octubre de 2020 entró en vigor laLey de Teletrabajo. Por otro lado, los trabajadores cuyo puesto, en cambio, no era adaptable al teletrabajo se pudieron beneficiar de los ERTE de fuerza mayor. Ahora el trabajo híbrido es el punto de equilibrio que ha logrado que el teletrabajo arraigue en España.

Con el fin del estado de alarma y la vuelta a la normalidad, el porcentaje de españoles que teletrabajaban se redujo al 17,6% en 2021, bajó al 14% en 2022, se redujo ligeramente en 2023 al 13,8% y repuntó al 15,1% en 2024, según la última “Encuesta sobre Equipamiento y Uso de Tecnologías de la Información y Comunicación (TIC) en los Hogares” del Instituto Nacional de Estadística. En línea con estos datos, el 14% de las vacantes publicadas en 2024 en Infojobs, uno de los mayores portales del empleo, ofrecían teletrabajo, por debajo del 21% de 2021 (el máximo), pero muy por encima del 2% de 2019.

Estos datos los corrobora también la Encuesta de Población Activa (EPA) correspondiente al cuarto trimestre de 2024, según la cual 3,19 millones de ocupados desempeñaban sus tareas desde su domicilio, ya sea de forma habitual u ocasional, 127.100 más que en el último trimestre de 2023. Teniendo en cuenta que en 2024 la cifra de ocupados en España alcanzó los 21,8 millones, el porcentaje de los que teletrabajaban ascendía al 14,6%, según esta estadística. De ellos, más de la mitad (1,65 millones) lo hizo durante el 50% de su jornada. Por regiones, la Comunidad de Madrid es, con mucha diferencia, la región que presenta tasas de teletrabajo mayores, con el 25,9% de los empleados trabajando a distancia parte de su jornada, seguida por Cataluña (16,2%), Comunidad Valenciana (14,4%) y País Vasco (13,1%). Estas cifras reflejan cómo en apenas un lustro España ha pasado de estar a la cola del teletrabajo en Europa a situarse sólo ligeramente por debajo de la media. Nuestro país incluso ha sido coronado como el mejor del mundo para los trabajadores en remoto, según un informe de nómadas digitales elaborado por la firma consultora global Global Citizen Solutions.

Las empresas españolas son conscientes de que no ofrecer o erradicar el teletrabajo puede desencadenar una fuga de talento. Según el “Estudio de Remuneración” de la consultora laboral Robert Walters publicado este mismo mes de marzo, el 74% de los directivos españoles sitúa el teletrabajo y la flexibilidad laboral, entendida como la premisa de que los empleados pueden ser eficientes independientemente de cuándo y dónde trabajen, entre los factores más determinantes para aceptar un empleo, por encima de los beneficios económicos como el esquema de bonus, valorado por el 63%, o contar con un seguro médico (54%). En este sentido, cuatro de cada 10 trabajadores en España estaría dispuesto a renunciar a parte de su salario a cambio de tener más medidas que les permitan conciliar, como el teletrabajo, según el “VI Estudio de Salud y Vida” elaborado por la aseguradora Aegon. Esto evidencia que el teletrabajo no fue solo una solución temporal durante la pandemia, sino que sigue siendo un factor clave para atraer y retener talento en la actualidad.