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Los viajes del Imserso, desde dentro: las historias de esfuerzo, amor y soledad que esconde el programa de turismo para la tercera edad

Salvados, programa de laSexta, viaja con un grupo de personas jubiladas a Benidorm para conocer el impacto de este programa en la vida de los mayores

MURCIA.-Consejo.- La Comunidad aprueba medio millón para ayudar a los locales que participaron en el programa del Imserso 22-23
Una pareja de jubilados toma el sol en las costas españolasEuropa Press

"En 1985, un grupo de jubilados españoles disfrutó por primera vez de unas vacaciones subvencionadas por el Estado. Aquel primer paquete del Imserso permitió a 16.000 mayores conocer Mallorca y Benidorm. Hoy, son más de 800.000 los pensionistas que cada año se apuntan a este programa de viajes". Con esta premisa, Salvados se adentra en uno de estos viajes en el destino estrella para miles de personas: Benidorm. En el último episodio del programa, titulado "Imserso: rebeldes sin pausa", Gonzo conoce las historias de personas como Diego, María Ángeles, Isabel, José, Paco o Noëlle, cada uno con una vida llena de retos, un presente y un futuro muy diferentes.

¿Qué les atrae tanto de estos viajes? "Me hacen la cama, me dan de comer, tengo baile y música", argumenta María Ángeles, de 77 años, que viaja acompañada de su marido, Diego (78 años). Eso sí, para que los viajes discurran sin sobresaltos hay que seguir unos simples consejos: no hablar de religión, ni de fútbol, ni de política. "Si hablas de eso discutes con todo el mundo. Si hablas de sexo te reirás un montón", bromea María Ángeles.

Este matrimonio aprovecha el programa de turismo del Imserso para viajar al máximo en pareja, algo que también hacen en familia, aunque en ese caso les sale algo más caro, pero no les importa asumir el coste. "Somos 10 y lo pagamos todo nosotros, pero es fenomenal. Yo la herencia la quiero dar en vida. Para dejársela a los hijos, la disfrutamos todos", dice el matrimonio.

Los que tiene que echar una mano con el cuidado de los nietos, como es el caso de Paco y Noëlle, eligen los viajes teniendo en cuenta las necesidades de su familia, llegando a acortar la estancia si es necesario. También hay pensionistas que acuden a estos viajes en solitario precisamente para relacionarse.

Ese es el caso de José, que dejó de trabajar a los 60 años (en 2008) y en 2017 perdió a su mujer, que falleció de ELA. Le preocupa el día en el que no pueda valerse por sí mismo porque no quiere ser una carga para su hijos. "Lo he pasado con mi madre, con mi padre y ahora no quiero que mis hijos tengan la obligación de estar pendientes de mí. No querría estar en casa de uno de los hijos o que vinieran a cuidarme. El día que ocurra, la idea es no depender de ellos e ir a una residencia bien atendido", comparte con Gonzo.

Isabel, trabajadora del Hotel Tropic de Benidorm, cuenta que muchos sienten la necesidad de ser escuchados y estar en compañía. "Sobre todo las señoras que vienen solas, que no tienen mucha familia. Vienen aquí y se lo pasan muy bien. La mayoría vienen también en Navidad porque están solos y aquí se encuentran en familia. Es como un casa para ellos. Pagas 30 o 35 euros y lo tienen todo hecho", apunta Isabel.

Desde el hotel destacan los buenos huéspedes que son los pensionistas, dejando las habitaciones recogidas, en algunos casos, como si nadie las hubiera usado. En cuanto a su dieta, ¿qué platos triunfan entre los jubilados? La carrillada de cerdo, el codillo, los langostinos, mejillones a la vinagreta y sardinas son los favoritos, cuentan desde la cocina del hotel.

En el episodio de Salvados también hay espacio para los nuevos comienzos, como la historia de amor entre Carmen y Lorenza, que empezó a los 60 años. Tras una infancia y juventud robada por la educación y las creencias de la época, Lorenza, desde 77 años, siente que ahora ha empezado su vida. "Ahora tengo 17 años", bromea.

El origen de los viajes del Imserso

Durante el programa, Gonzo tiene la oportunidad de hablar con dos de los grandes precursores del programa del Imserso: Joaquín Almunia y Margarita Nájera. "El programa nació en Calviá (Mallorca) de la mano de una persona que tuvo esa visión: Paco Obrador, que fue el primer alcalde socialista en Calviá. Estábamos en una situación muy complicada, porque los inviernos en un municipio netamente turístico eran muy difíciles, muy tristes, lo teníamos todo cerrado. Empezamos a darle vueltas para ver de qué manera podíamos ofrecer al Gobierno la creación de un programa para pasar el invierno en la playa", explica Margarita Nájera. Por lo tanto, el programa no surgió como una manera de ofrecer ocio a los mayores, sino de generar empleo.

Pese a todos los beneficios que ofrece el programa tanto para la tercera edad como para el sector turístico, manteniendo la actividad en temporada baja, también hay una serie de deficiencias que los jubilados vienen denunciando desde hace años. La calidad no siempre ha sido la mejor, en cuanto a alimentación y servicios, según se defiende el sector hotelero, por los bajos precios, pero este año que han subido las tarifas un 7,5% sigue habiendo problemas. Decenas de pensionistas, agrupados bajo la plataforma "Dignidad Mayores", denuncian que la comercialización de la temporada 2023-2024 está marcada por la dificultad para conseguir plaza, la escasez de habitaciones individuales, la oferta de hoteles de peor categoría a la prometida y los trayectos en autocar interminables.