Los jóvenes con competencias digitales afrontan con más éxito el futuro

Puede que una persona que estudiase ingeniería informática en el siglo XX pensase que una de sus salidas profesionales sería, varios años después, la de desarrollador de aplicaciones para dispositivos móviles. Igual que alguien que hubiese estudiado periodismo. Jamás se hubiese imaginado que llevar las redes sociales de una empresa podría ser uno de los puestos de trabajo que tuviese que cubrir con su conocimiento. O matemáticas, que ha pasado de ser una carrera cuya principal salida era la de profesor de la materia a ser uno de los roles más demandados por las empresas, dado que son los candidatos idóneos para puestos como Data Scientist, Data Architect, Data Engineer o Chief Data Officer (algo que, por cierto, ha hecho que, de tener 8.700 alumnos en el curso 85-86, se pase a 13.500 en el 20-21).

Sirvan estos ejemplos para ilustrar cómo la tecnología está moldeando los trabajos y cómo los profesionales que se adaptan y tienen estas necesarias competencias tecnológicas son los que mejor se adaptan a estos cambios.

La tecnología, de hecho, también está transformando los propios modelos educativos. Aunque durante los confinamientos por la COVID-19 fue aún más evidente que estas herramientas tecnológicas eran de gran utilidad para la transmisión y adquisición de conocimientos en todos los rangos de edad, el "Estudio del uso de la tecnología en la educación", elaborado por Ipsos y Telefónica, pone de manifiesto que más del 80 % de profesores, centros educativos y padres vieron durante los confinamientos que la transformación digital de la educación no tenía vuelta atrás.

Como saber leer

Tener estas competencias digitales y tecnológicas se ha vuelto algo tan imprescindible como saber leer. Pero el reto debe ser no dejar a nadie atrás con el uso de estas herramientas. Por eso, a través de sus divisiones Telefónica Educación Digital (TED) y Telefónica Empresas, la operadora ha desarrollado una propuesta en la que el estudiante está en el centro, mientras que los colegios y centros educativos disponen de las herramientas y capacidades necesarias para que los alumnos saquen el máximo partido a la tecnología. Es decir, que no se trata de poner ordenadores portátiles y pizarras interactivas porque sí y que estas sustituyan a los libros, cuadernos, las tizas y pizarras tradicionales. La tecnología, como herramienta, debe permitir una nueva manera de enseñar los conocimientos, de adquirirlos al tiempo que utilizamos estas soluciones en nuestro día a día y ganamos en competencias transversales que posteriormente se necesitarán en el mundo laboral.

Algunas universidades, de hecho, ya están poniendo en marcha esta metodología. Es el caso de la Universidad Jaume I o la Universidad Nebrija. Ambas han integrado la conectividad y las herramientas de trabajo colaborativo y de videoconferencias para, de esta manera, crear experiencias de aprendizaje activas. De esta manera, los alumnos también pueden trabajar en cualquier momento y desde cualquier lugar, sin necesidad de acudir a clase en las horas en las que se imparten, facilitando la conciliación y el estudio.

Involucrar al profesor

Los beneficios de estas herramientas tecnológicas en el ámbito de la educación no solo residen en la parte del alumnado, sino que necesariamente deben involucrar a los profesores. De esta forma, los docentes dejan de ser meros transmisores del conocimiento para convertirse cada vez más en generadores de contenidos virtuales y en gestores de experiencias y dinámicas de clase. Algo que favorece la adquisición de estas competencias y nociones por parte del alumnado.

Tal y como señala Belén Espejo, especialista en educación en Telefónica Empresas, «el desafío está en impulsar la transformación cultural del entorno educativo y gestionar el cambio a un nuevo modelo de aprendizaje donde el alumno es el protagonista, el profesor le guía y la tecnología habilita un nuevo camino en el que las posibilidades de aprendizaje se multiplican».

Las herramientas Educa365 intentan aprovecharse de esta cada vez mayor digitalización por parte de los alumnos y el hecho de que estén cada vez más familiarizados con las plataformas de contenidos y recursos audiovisuales. Combinando elementos de hardware, software, Inteligencia Artificial (IA) y robótica, Telefónica apuesta por facilitar una solución que permite fijar conocimientos más complejos haciéndolos más atractivos para los alumnos.

Además, se intenta solventar así uno de los principales desafíos del sector educativo: que sus alumnos salgan con las competencias y destrezas que demanda el mercado laboral. Por eso, la alfabetización digital desde el colegio adquiere más importancia que nunca.