Elecciones municipales

Entre el pacto a la andaluza y el fin del veto de Cs al PSOE

El PSOE no suma con Podemos en Castilla y León, Murcia, Aragón y Canarias mientras que el acuerdo entre PP, Cs y Vox sería factible en cuatro regiones.

Entre el pacto a la andaluza y el fin del veto de Cs al PSOE
Entre el pacto a la andaluza y el fin del veto de Cs al PSOElarazon

El PSOE no suma con Podemos en Castilla y León, Murcia, Aragón y Canarias mientras que el acuerdo entre PP, Cs y Vox sería factible en cuatro regiones.

Si el 28-A concedió a Pedro Sánchez un escenario extraordinariamente cómodo para negociar la conformación del Gobierno a nivel nacional, el escenario no se reeditó ayer. Se esperaba un triunfo incontestable de los candidatos de Sánchez en algunos territorios y éstos llegaron en feudos como Castilla-La Mancha y Extremadura. Las encuestas auguraban además algunas victorias históricas –Murcia y Madrid, por ejemplo– y éstas llegaron pero no se traducirán en poder. La revitalización de la marca socialista, el «efecto Sánchez», se dejó sentir en las 12 comunidades autónomas que ayer eligieron sus parlamentos, pero esta subida no fue ni mucho menos suficiente. Porque en lo que concierne a los futuros pactos, la victoria socialista quedó oscurecida por la imposibilidad de conformar gobierno.

La gran decepción del PSOE tuvo como escenario Madrid. La lucha por el Gobierno autonómico madrileño se había convertido, sin duda, en la joya de la corona de estos comicios y aunque Ángel Gabilondo fue el más votado –lo que situó al PSOE como primera fuerza después de que lo lograra Joaquín Leguina en 1987 por última vez– los tres partidos de centro derecha contarán con mayoría absoluta en el Parlamento de Vallecas. El veto que el candidato naranja, Ignacio Aguado, puso a Gabilondo en campaña allana el camino hacia la única fórmula que suma: la de PP, Cs y Vox para aupar como presidenta a Isabel Díaz Ayuso.

En un escenario de creciente fragmentación política, las mayorías absolutas parecían cosa del pasado. Sin embargo, Emiliano García Page y Guillermo Fernández Vara, los candidatos socialistas en Castilla-La Mancha y Extremadura, rompieron anoche todos los pronósticos. Gobernarán en solitario, sin las hipotecas de los acuerdos con Podemos o Ciudadanos. Sus rotundos triunfos se convirtieron en el gran consuelo del PSOE y en la excepción de la jornada.

Al margen de Madrid, los otros dos feudos por excelencia del PP que se expusieron ayer al veredicto de las urnas fueron Castilla y León y Murcia. Las encuestas vaticinaban un resultado ajustado entre bloques para las Cortes de Valladolid y, finalmente, el socialista Luis Tudanca ha sido el que más impulso ha tomado en campaña: eso sí, necesitará el acuerdo con Ciudadanos para ser investido. Aunque las derechas aquí también podrán sumar. En lo que respecta a Murcia, el PSOE esperaba cosechar una victoria que se le resistía desde hace décadas. Lo logró pero no podrá gobernar, ya que el PP, Cs y Vox suman para gobernar. Aquí sin embargo, un eventual pacto entre PSOE y Ciudadanos también valdría para acceder al Gobierno.

Junto a la de Madrid, otra de las decepciones de la noche para el PSOE se concretó en Aragón. El acuerdo PSOE-Podemos, que se presentaba de forma clara como el «plan A», tampoco suma para Javier Lambán. El PP con Ciudadanos, con Vox y con el PAR suman los diputados necesarios para sacar adelante una investidura.

Fuera de los oasis de Mérida y Toledo, el PSOE sí tendrá que fajarse más que en otras regiones para hacer presidentes a sus cabezas de cartel. Es el caso de Baleares, ya que Francina Armengol (PSOE) podrá revalidar su condición de presidenta si mantiene el apoyo de Podemos y Mès, que ya fueron sus socios de investidura hace cuatro años.

También de izquierdas se antoja el gobierno de Asturias, en donde el «subidón» socialista abre la puerta a una más que probable reedición de los acuerdos PSOE-Podemos-IU. Los socialistas, sin embargo, tendrán también la posibilidad de gobernar con Ciudadanos. Ocurre lo mismo en La Rioja, en donde PP y Ciudadanos no llegan a la mayoría absoluta, de forma que el PSOE, como primera fuerza, podrá tomar la iniciativa y negociar su investidura con Podemos o con el partido naranja.

En el caso de Canarias, el PSOE logró desplazar a Coalición Canaria como primera fuerza, pero no supera la mayoría con Podemos y con Nueva Canarias. De esta forma, el entendimiento entre el PSOE y Coalición Canaria se antoja clave.