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Así ha evolucionado el MacBook desde su nacimiento hasta hoy sin darnos cuenta

La evolución del MacBook ha estado marcada en las últimas décadas por las peticiones cada vez más exigentes de sus usuarios. Renovándose cada entrega con nuevas funcionales y un diseño en continuo cambio.

MacBook representa un gran legado para la industria.
MacBook representa un gran legado para la industria.UnplashUnplash

MacBook llegó a la industria como un dispositivo innovador. Aunque en un principio no contaría con tanta popularidad como sus competidores, indudablemente dejó una huella en el mundo de la tecnología. Y a lo largo de los años continuaría evolucionando, junto con otros dispositivos que darían forma al ecosistema de Apple. Por ello, qué mejor forma de rememorarlo que dándole un vistazo a su historia.

Es así como volvemos al pasado, desglosando la evolución del MacBook para adaptarse a los estándares cada vez más exigentes de sus usuarios. En este sentido, renovándose cada entrega con nuevas funcionales y un diseño adaptado a la época. De ahí que hoy en día sea considerado una herramienta de trabajo de la más alta calidad, consolidándose como el preferido entre muchos profesionales.

El primer paso hacia la excelencia productiva

Esta línea debutaría en 1991 bajo el nombre de PowerBook 100, impulsada por un procesador Motorola 68000, integrando un teclado retranqueado y un trackball. Esta gozaría de un gran éxito, al que luego se sumaría la serie PowerBook 500 en 1994, trayendo aportes como un nuevo trackpad, micrófono, altavoces y conexión a Ethernet. Asimismo, siendo respaldado por el CPU 68LC040 de Motorola.

Pero este último no llegaría solo, ya que le acompañaría el PowerBook G3, siendo la versión más personalizable de Apple. Así como una de las más potentes, ya que su procesador PowerPC G3 resultó toda una innovación para la época. Al duplicar el rendimiento obtenido por sus competidores como el Intel Pentium II, consolidándose rápidamente entre los más utilizados del mercado

La transformación gradual del MacBook

No sería hasta poco antes de los 2000 que veríamos los primeros indicios de lo que pasaría a convertirse en el MackBook que conocemos. Hablamos del primer iBook de Apple, que estaría directamente influenciado por el iMac de aquel entonces. Así pues, luciendo una pantalla de alta resolución, un disco duro de 3,2 GB –sí, era bastante para la época–y por primera vez, WiFi. Aunque seguiría conservando el mismo procesador que su antecesor.

Posteriormente en 2001, Apple presentaría el Titanium PowerBook G4. Este gozaría de un lavado de cara completo, empezando por la nueva versión del PowerPC G4; que superaba en un 30% el rendimiento de los Pentium III de Intel. Asimismo, contaba con una batería de 5 horas de autonomía. Además de una pantalla TFT de 15,2 pulgadas, combinada a una carcasa de metal en el exterior, convirtiéndose en el estándar para futuros dispositivos Apple.

Cómo se forjó su identidad distintiva

Es así como a mediados de 2006 que la industria conocería la primera MacBook Pro, acompañada de características especiales. Como un teclado retroiluminado, mejor calidad de pantalla, trackpad renovado e incluso sensores de movimiento para proteger el disco duro en caso de caída. Pero lo más sorprendente, es que este no contaría con una renovación del PowerPC G4, sino que adoptarían la tecnología de Intel.

Lo mismo ocurrió con su versión MacBook estándar, y se mantendría con la llegada del MacBook Air en 2008. Inclusive, con sus versiones posteriores, tanto de 2012 como de 2015. Cada una con versiones de Intel Core i5 e i7 actualizados a sus respectivas generaciones. Asimismo, convirtiéndose en dos de los dispositivos con mejor rendimiento de sus épocas. De ahí que se convirtiera en la línea favorita de muchos en cuanto a productividad.

Cómo el MacBook se reinventó con cada nuevo dispositivo

Con los años llegaron al mercado nuevas versiones, como la del 2016, captando la atención de todos con la introducción de su Touch Bar. Así como la versión del 2017, que introdujo al mercado los chips Coffee Lake de Intel (7ma generación). Sin olvidar la MackBook del 2018, que contaría con un rediseño que la hacía mucho más delgada que sus antecesoras, convirtiéndose en la opción favorita por su portabilidad y rendimiento.

La versión del 2019 también se convertiría en una versión sólida para la comunidad de Apple, integrando la pantalla Retina más grande hasta la fecha. Pero no sería hasta 2020 que veríamos un verdadero cambio. Ya que por primera vez, Apple se alejaría de su colaboración con el fabricante de microchips, Intel, para integrar sus propios procesadores de gama alta.

MacBook como referente para la industria

Es así como llegó a la industria el procesador de Apple. Especialmente diseñado para brindarle el mejor rendimiento posible a la MackBook Air y Pro. Al mismo tiempo que garantizaba las 24 horas de autonomía de la batería. Un cambio que indudablemente sorprendió a todos y que fue muy bien recibido por los fanáticos. Y que, naturalmente, buscarían mejora con sus versiones posteriores, M1 Max y M2, integrados a la MackBook del 2021 y 2022 respectivamente.

En cuanto al 2023, ya podemos encontrar la nueva serie Air, las cuales incluyen versiones mejoradas del procesador M2 Pro y M2 Max. Además de la nueva MacBook Pro que se lanzó en noviembre e integra la última generación del Silicon M3 de Apple. Esto combinado con hasta 128 GB de RAM y almacenamiento de máximo 8 TB, convirtiéndose en el nuevo buque insignia de la compañía.