Una juez de Jaca ha ratificado por riesgo de fuga y de reiteración delictiva la prisión incondicional de dos ciudadanos alemanes que el pasado 21 de marzo se saltaron varios controles tras cruzar la frontera francoespañola con un BMW 325CI por el Puerto de Somport (Huesca) y embistieron a una patrulla y a varios agentes, causando heridas leves a tres guardias civiles. La persecución se prolongó cerca de 80 kilómetros entre las localidades de Canfranc y Nueno y durante la misma el copiloto llegó a arrojar botellas de agua y cajas a dos agentes motorizados para intentar hacerlos perder el equilibrio. Los dos investigados, Christina A. F. B. y Thomas G., ya habían intentado entrar sin éxito en España 48 horas antes por el paso de la Junquera (Gerona).

En su resolución, a la que ha tenido acceso LA RAZÓN, la magistrada que ha asumido la instrucción del procedimiento, Mercedes González, recuerda que a los dos ciudadanos alemanes se les imputan delitos de desobediencia y resistencia a agente de la autoridad, atentado a agente de la autoridad, conducción bajo la influencia de bebidas alcohólicas, conducción temeraria con concreto peligro y manifiesto desprecio a la vida de los demás, lesiones y daños. Y añade que de las investigaciones policiales practicadas hasta el momento han puesto de relieve indicios suficientes de la comisión de los hechos que se les atribuyen, por lo que procede mantener la prisión provisional de ambos para evitar que puedan sustraerse a la acción de la justicia “teniendo en cuenta la naturaleza de las penas previstas para estas modalidades delictivas”, evitando así tanto el riesgo de fuga como de una posible reiteración delictiva, dado que los dos carecen de arraigo en España y de “medios económicos para subsistir”.

La titular del Juzgado de Instrucción número 2 de Jaca ha acordado la medida a instancias de la Fiscalía y de la acusación particular tras celebrarse ayer la comparecencia a la que obliga el artículo 505 de la Ley de Enjuiciamiento Criminal, que si un detenido fuera puesto a disposición de un juez distinto del que sea competente para instruir la causa (como sucedió en este caso, pues la medida de prisión la acordó una juez de Huesca dado que los dos investigados fueron ingresados en un hospital de la capital oscense a consecuencias de las heridas sufridas en el accidente que permitió su detención) “en el plazo de tiempo más breve posible” debe ser puesto a disposición del instructor competente para que ratifique o no la medida de prisión.

La defensa de los agentes heridos, que ejerce el letrado de la Asociación Española de Guardias Civiles (AEGC) Jorge Piedrafita, se ha mostrado satisfecho por la decisión de la magistrada y ha anunciado que la acusación particular actuará “con contundencia” para que sean condenados “por unos hechos graves que podrían haber costado la vida a tres agentes de la Guardia civil” que, asegura, “actuaron con profesionalidad y de forma correcta y proporcionada para detener el vehículo que circulaba a más de 200 Km por hora y evitar así daños mayores”, garantizando el cierre de fronteras terrestres acordado en el estado de alarma.

Tras embestir por segunda vez a una patrulla, un agente se vio obligado a efectuar dos disparos que impactaron en una de las ruedas del coche. Sus ocupantes no pudieron ser detenidos hasta que en el kilómetro 373 de la A-23, a la altura de la localidad oscense de Nueno, el vehículo perdió la rueda delantera derecha y la conductora perdió el control del coche saliéndose de la vía y chocando contra el guardarraíl. La mujer afirmó que “antes de conducir había consumido vodka”.